martes, 11 de septiembre de 2007

La Biblia y su antítesis




La Biblia también puede ser una historia profética de la humanidad. Testigo redundante del porvenir irrepetible. Así la distinguimos de la mitología, que narra lo que sucedió de una vez y para siempre, el acontecimiento nouménico del que la realidad no sería más que una reverberación cíclica.

Sin el Nuevo Testamento las Escrituras quedan reducidas a un montón de fantasmas que, si bien aventajan a las fábulas paganas en sabiduría, se igualan a ellas en cuanto a veracidad y exactitud. Pero, paradójicamente, sin el Antiguo Testamento el Evangelio no iba a ser menos inaceptable que aquél tomado por sí solo.

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