lunes, 19 de enero de 2009

Nemo gratis mendax


Kant no fue el primero en postular una moral no consecuencialista. San Agustín defendía otro tanto en su libro "Sobre la verdad", sin permitir excepciones de ningún tipo. Lo cual es coherente con la moral católica, que no admite el mal menor.

Parece que en supuestos extremos, donde mantener la coherencia entrañe un grave peligro, la desproporción entre la injusticia que se causa y la que se intenta evitar permitiría la infidelidad al principio enunciado. Pero ¿y si tales supuestos fueran la regla en lugar de la excepción? ¿No iba a implicar dicha licencia la abrogación de facto de toda moral y la instauración de la mentira?

Pedro Abelardo, criticando a los estoicos, argumentaba que no todos los pecados son iguales, y que deben juzgarse según la intención del agente. Precisamente por ello expuso que hacer el mal a sabiendas es incorrecto e inexcusable, con independencia de que lo deseemos o no, y de que hallemos o no placer en la consecución de dicho mal.

En el Evangelio encontramos también muchos pasajes en favor de la integridad de carácter. "Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás es apto para el reino de Dios". "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la salvará". En fin: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida", etc.

Todavía más. No se nos puede obligar a conservar la vida, porque tal cometido está por encima de nuestras fuerzas. Pero sí se nos puede obligar a decir la verdad, por la que somos dignos de llamarnos hombres.

Si tenemos el deber de decir siempre la verdad, incluso a precio de nuestra vida, ¿cómo podría librarnos de él la compasión hacia el otro? ¿Acaso la vida del prójimo vale más que la propia? Al "sed prudentes" hay que añadir el "no resistáis al mal", esto es, no devolváis mal por mal. Y mentir es siempre un acto malicioso, pues nadie miente en la ignorancia.

2 comentarios:

Héctor Meda dijo...

No parece que nadie haya venido a discutirte... lo cual no significa que tengas razón Jeje.

En breve hablaré de la criatura humeana y espero que esta vez sí estés de acuerdo conmigo.

Pero bueno más que nada venía a pedirte tu opinión sobre este post mío del que no me has dicho nada:

http://hector1564.blogspot.com/2009/01/sobre-naturalismo-ii.html

Saludos

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Puede que no tenga toda la razón. Éste es uno de los pocos casos en los que sería capaz de contraargumentarme.

Quiero atender a tu réplica "in situ", pero estoy disperso en otros debates, y tanta actividad polémica es difícilmente compaginable con un trabajo a jornada completa (y una hija pesada). Pero esta noche lo intento. Miro también ese otro post.