lunes, 1 de enero de 2007

Poesía para el pobre


No hay peor miseria que la contradicción. La superioridad del bien sobre el mal se basa en que incluye también al mal, lo asume sin justificarlo, sin contradecirse, mientras que el mal no puede ver el bien sin sentir que se disuelve. Bien y mal tienen fines distintos, pero idénticas raíces. Si están mezclados en la realidad, ¿cómo separarlos quirúrgicamente en el discurso?

Parcialidad e hipocresía van siempre de la mano. El marxismo ha extendido la idea de que la moral es algo parcial, dependiente de factores sociales aleatorios y de una voluntad fáustica de cambiar el mundo. Deplorable idea. La moral no debe ser otra cosa que la justicia desde el prisma de la equidad, esto es, algo que empieza por la purga, la confesión y el arrepentimiento de uno mismo. Sin equidad toda justicia, o lo que toma este nombre, es un saqueo.

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Propter Sion non tacebis