jueves, 22 de febrero de 2007

Tanteo ontológico


Alma y cuerpo no son dos sustancias distintas, porque la materia no es sustancial. Dos "cosas" distintas sí, como lo son mi brazo derecho y mi brazo izquierdo. Pero eso no demuestra nada.

Sugiero que recapitulemos. ¿Qué es el dualismo? Reconocer dos principios rectores en el orden de los acontecimientos. Dos principios, no dos tipos de principios: un alma y un cuerpo, un Dios y un Arconte, no un número indefinido de ellos. El cristianismo es en este sentido pluralista (hay tantos principios como espíritus), aunque asuma que sólo se da un tipo de ente rector. Lo deduce por reducción al absurdo y en base al siguiente descarte de posibilidades:

1. La materia y el espíritu se rigen recíprocamente: tan chocante como pretender que A es mayor que B y B es mayor que A.

2. La materia rige al espíritu: improbable, ya que no hay nexo causal.

3. El espíritu rige a la materia: ídem.

4. El espíritu rige al espíritu: no se admite si está en su naturaleza ser libre; y si ninguno es libre, entonces ninguno rige.

5. La materia rige a la materia: ahora bien, si no hay individuos reales en ella, concluimos que se rige a sí misma: ella se ordena y se obedece, lo que es ridículo.

6. El espíritu y la materia son lo mismo: esto es cortar el nudo gordiano, en lugar de desatarlo.

7. Espíritu y materia obran independientemente y de forma caótica: luego resulta imposible pronunciarse filosóficamente al respecto.

8. Espíritu y materia obran independientemente y en armonía: solución correcta, a mi entender.

Es decir, el único principio rector, según el cristianismo, es el espíritu, en base a dos vertientes:

a) Dios-espíritu, que rige el mundo desde la Creación.

b) Alma-espíritu, que obra de forma espontánea, sujeta a causas finales.

Por todo lo cual:

1) Si el espíritu carece de realidad o no es otra cosa que materia, entonces nada se subordina a nada: ni el espíritu a la materia, porque aquél no existe, ni la materia a la materia, por el mismo motivo, esto es, porque no hay individuos reales en lo material.

2) Se mire como se mire, no hay dualismo bajo la perspectiva cristiana. Partimos de que hay una definición "a priori" de la materia, de que no basta con reducir ésta a lo observado. Ahora bien, la materia prima no rige nada, ni siquiera a sí. Deviene pura pasividad de causas eficientes. Es la materia activa tal y como la percibimos la que exige presuponer algo no material en ella, y no hablo de propiedades emergentes, sino de un elemento consubstancial a la misma. Así, la inercia de la materia es independiente de cualquier fuerza externa. No hay materia sin inercia ni inercia sin materia, pero la noción de inercia escapa a la de un cuerpo condicionado por la cadena de la causalidad que lo vincula al resto de cuerpos. Se trata de una noción inmaterial, pues, aunque esté en la materia y en ninguna otra parte.

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Propter Sion non tacebis