martes, 27 de marzo de 2007

Un talión de ultratumba


Nadie se queja del amor eterno ni de la gloria eterna. Nadie dejaría de tributar estima a un ser querido por haber contemplado la posibilidad de que sobreviviese en otro mundo. "Siempre te querremos" o "no te olvidaremos nunca" son frases que suelen acompañar a los muertos. Amor incondicional.

¿Se trata de ser bonachón o de ser justo? Si lo primero, entonces todos -hasta los peores criminales- merecen ser honrados y recordados por las generaciones. Si lo segundo, habrá que guardar una proporción estricta entre las virtudes del hombre y sus merecimientos póstumos. Pero yo sostengo que hay proporción entre obrar algo de una vez por todas y sufrir sus consecuencias de una vez por todas, suponiendo que se me haya concedido un tiempo razonable para rectificar. Dios concede toda la vida.

Vuelvo, pues, a preguntarme: ¿Debemos comportarnos piadosamente con la memoria de nuestros amigos siempre que nos sea posible? Sin duda. Y lo que es justo para nosotros, a saber, emitir un juicio moral de eterna vigencia en función de arbitrarias simpatías, ¿no lo será para Dios contra los enemigos de la humanidad?

20 Air_ 'Non, Non,...

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Propter Sion non tacebis