Conocer el mal y no conocer el remedio sirve de poco. Conocer el remedio y desconocer el mal es todavía más inútil. Pero habrá quien no esté al corriente ni del mal ni del remedio. Ése ya está ardiendo.
Es por ello que me resulta difícil no ver a paganos y ateos como cuasihombres, a muchas mujeres como infranimales y a todos los afeminados como submujeres.
Jesucristo los veía como enfermos que había que curar, como Hijos de Dios que le regocijaban cuando volvían hacia el Padre.
ResponderEliminarYo también.
ResponderEliminarOye, ¿puedes escuchar la música de este blog desde tu guarida?
Sí, pero con dificultad... además, la música clásica no es mi fuerte (podrás deducirlo por la máscara que uso).
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