Para que una manifestación de dolor -incluso así definida- nos resulte creíble tenemos que presuponer una suerte de individualidad en lo que expresa padecimiento. Ahora bien, afirmar que las plantas son individuos me parece problemático, muy difícilmente argumentable. La alternativa implica sostener que los individuos se encuentran en todas partes (sean o no seres vivos) en forma de substancias invisibles. Esta hipótesis tiene un nombre antiguo: se llama monadología.
Ya se imagina qué significa que consideren a las plantas como individuos. Que mañana nos considerarán a los individuos como plantas.
ResponderEliminarTodo experimento teórico conlleva un simulacro moral, sin duda. Pero en este caso mi crítica es sólo metafísica.
ResponderEliminarPodría continuar así: Si la consciencia es una "propiedad emergente", ¿por qué no iba a serlo la individualidad, consciente o no? Cuándo y porqué emerge esa individualidad en una planta (¿indivisible?) es lo que tendría que justificar el materialismo. Por coherencia, pues ve en el alma de los hombres un epifenómeno de los cambios corporales que subyacen al crecimiento y no un atributo inherente al organismo de principio a fin.
Gracias por la visita.
Ahora bien, afirmar que las plantas son individuos me parece problemático
ResponderEliminarEl post que citás no dice jamás que las plantas sean individuos o algo por el estilo. Quizá te estaba haciendo falta vertir un sofisma apologético y no había por dónde. El lector Amézaga tampoco notó el asunto.
tenemos que presuponer una suerte de individualidad en lo que expresa padecimiento
El artículo citado explica que incluso ese padecimiento puede no estar expresado, e incluso vale la pena distinguir entre "tacto", "dolor" y "padecimiento".
Lo de la individualidad emergente no lo consideraré por hoy una tontería por mero contraste. Es decir, al lado de las mónadas, esto es un detalle.
No veo cómo podría existir padecimiento sin individualidad, salvo que asimilemos este término al de reacción. Pero, como hay reacciones por doquier, con vida o sin ella, entiendo que el autor del post no se refería a eso, sino a las reacciones particulares de los organismos con un grado de complejidad apreciable.
ResponderEliminarAhora bien, para llamar a algo complejo (adjetivo en singular) tenemos que dar por sentado que es simple en lo substancial, pues de lo contrario estaríamos calificando muchas cosas y no sólo una. La gramática nos da aquí importantes pistas metafísicas que la ciencia no siempre tiene en cuenta en sus investigaciones, con los consiguientes extravíos y arbitrariedades.
"Simple en lo substancial" es, ya, un desvarío gratuito inútil para la ciencia. La complejidad puede medirse aun cuando eso que conforma tal sistema no sea, a su vez, tan simple como un punto.
ResponderEliminarMuy bien, pero sólo estarás obviando la dificultad que planteo. Si lo más simple se subordina a lo más complejo, es porque lo complejo-subordinante es simple en lo substancial (por lo que hablamos de organización y no de organizaciones), mientras que lo simple-subordinado es complejo en lo material (lo cual permite una subordinación en lugar de una coordinación).
ResponderEliminarIrichc, viendo el mundo de la política se me ocurre pensar que lo que puede dar unidad a entidades como las plantas no sea una "subordinación" sino un "equilibrio de poderes" (excluyo el ser humano de esta perspectiva porque tiene alma).
ResponderEliminarA eso me refería con "coordinación" de lo simple con lo simple. Pero entonces no habría una individualidad, sino varias.
ResponderEliminarAntes hay que saber si las totalidades referidas son nematológicas o diarológicas.
ResponderEliminarNando, ¿hablando en inglés?
ResponderEliminarEn buenés.
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