sábado, 20 de octubre de 2007

Ida y vuelta




La Biblia está escrita mediante la superposición de varios planos narrativos: la humanidad contra Dios; la humanidad contra Israel; e Israel contra Dios. Es la historia del pecado original, visto como un círculo que va ensanchándose desde la caída de nuestros primeros padres y la descendencia de Caín hasta alcanzar al propio pueblo elegido, que crucifica a su Rey y Señor.

La traición de Judas, la negación de Pedro y la dormición de los demás apóstoles es el punto álgido en la historia de la maldad. Un punto de no retorno, pues coincide con la regeneración de todas las cosas a través de la sangre de Cristo; de la cruz, que es un árbol seco que da vida; de la eucaristía, cuya transgresión incomprensible (comer el cuerpo de Dios) repara la primera falta, igualmente incomprensible (desoír la voluntad de Dios ingiriendo el fruto prohibido). Así, la mujer fue la primera en pecar y arrastrarnos a la muerte, pero también la primera en testimoniar la resurrección de la carne.

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Propter Sion non tacebis