No me sorprende que quienes consideran una prioridad política el casar homosexuales releguen al último lugar la protección de la vida en su fase embrionaria. Son los mismos, por cierto, que niegan al Estado la posibilidad de matar a un asesino, pero se la sirven en bandeja a una madre con respecto a su hijo nonato. Cuestión de principios, supongo. Bien es sabido que los fetos no votan ni participan en la lucha de clases.
Estos eximios estadistas y laureados científicos piden al nasciturus que sea "inteligente" o "consciente" para concederle el salvoconducto. Por la misma razón, no lo considerarán vertebrado hasta que tenga espina dorsal, ni mamífero hasta que mame o le crezcan las tetillas. El hombre sería así el único animal que va cambiando de especie y de clasificación taxonómica en el transcurso de su vida. La identidad no estaría en los genes (darwinismo), sino en el grado de desarrollo de los órganos (lamarquismo). La humanidad se ganaría con el tiempo, como quien gana peso; o bien surgiría inopinadamente con el primer chispazo neuronal. Propongo bautizar a esta vanguardia biofilosófica del siguiente modo: creacionistas éticos.
Porqué "creacionistas"?
ResponderEliminarPorque combaten la continuidad del hombre desde la concepción, y porque creen que éste -al depender su noción de factores periféricos, como la inteligencia- es radicalmente distinto al resto de especies, que lo son por el mero parentesco.
ResponderEliminarNo veo porque los llamas éticos entonces.
ResponderEliminarDescribes un grupo sanguinario y sediento de muerte que usa el aborto como medio anticonceptivo muy seguido dadas sus permanentes orgías salvajes bisexuales (aunque no veo como se quedan embarazados los homosexuales).
En realidad la cosa no es así. Tu lo narras en el mismo estilo truculento y preconceptuoso que los textos dichos sagrados de la tribu semítica polvorienta, la secta cristiana y otras. Me corrijo: me gusta mas tu estilo...