Ach Herr, laß deine lieben Engelein
am letzten Ende die Seele mein
in Abrahams Schoß tragen,
den Leib in seinem Schlafkämmerlein
gar sanft ohn einige Qual und Pein
ruhen bis an jüngsten Tag.
Alsdann vom Tod erwecke mich,
daß meine Augen sehen dich
in ewige Freude, o Gottes Sohn,
mein Heiland und Genadenthron.
Herr Jesu Christ, erhöre mich,
ich will dich preisen ewiglich.
Amen.
Ésta bien podría ser la transposición musical de la anterior entrada. Es Franz Tunder (1614-1667), con la cantata para soprano Ach Herr, laß deine lieben Engelein. Traduzco del inglés (letra: Martin Schalling, 1571):
ResponderEliminar¡Ah, Señor, permite a tus queridos ángeles
que en mi fin carguen con mi alma
hasta el seno de Abraham,
mientras mi cuerpo en su angosta alcoba
sereno, sin dolor ni tormento,
descansa hasta el último día!
Despiértame entonces de la muerte,
con tal de que mis ojos puedan verte
y rebosen felicidad, ¡oh Hijo de Dios,
salvador mío y trono de misericordia!
Señor Jesucristo, escúchame,
¡quiero alabarte eternamente!
Amén.
Fantástica música y traducción, pero ¿¿y el cuadro??
ResponderEliminarGuercino (1591-1666), buen pintor para ser bizco. San Francisco con un ángel tocando el violín.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Quizá sería de su gusto esta canción que tanto me agrada: http://www.youtube.com/watch?v=5nwI__wm96k
ResponderEliminarMuy bonito, Paco, gracias. Me aficioné a la música antigua a través del hijo de Bach, Carl Philip, sobre todo por la música instrumental. El padre siempre me ha resultado algo más impenetrable, aunque sus conciertos para clave y las partitas para solo violín, entre otras muchas, sean manifiestamente geniales. Con el tiempo, sin embargo, he derivado más hacia el primer barroco de Monteverdi, Cavalieri, Marini o Luzzasco (Bach es tardío) y, a lo sumo, el barroco medio, con Schütz, Carissimi y Buxtehude -y discípulos- como referentes. Los manierismos de Fiocco, Lotti, Vivaldi, Handel, Galuppi, etc. me ponen un poco nervioso.
ResponderEliminarUn cordial saludo.