Todo lo causado lo es por sí mismo o por otro.
Si es causa de sí, es eterno. Si no, surge.
Nada puede cambiar ni surgir por razón de lo que no existe.
Lo absolutamente indiferente -la nada o lo carente de predicados- no existe.
Luego nada puede cambiar ni surgir por razón de la nada. A contrario sensu, todo lo que cambia o surge lo hace por razón de algo.
Cuanto surge, por el mero hecho de permanecer un instante, existe en el tiempo.
Cuanto existe en el tiempo -siendo variable, pues no hay tiempo sin variación- está sometido a influencias, sean internas o externas.
Lo infinito en extensión y en tiempo no puede ser de todos los modos distintos posibles, sino sólo de aquellos de los que se pueda dar razón conforme a lo existente. O, lo que es lo mismo, sólo será según determine su razón y no de otra manera.
A su vez, lo finito en extensión y en tiempo será parte de lo infinito, esto es, sometido a su razón, o no será parte de lo infinito y tendrá una razón propia y autónoma.
Si no es parte de lo infinito, o bien debe surgir de la nada (lo que no es posible), o bien de lo finito. Esto último conduce a un regreso al infinito y, por tanto, se descarta.
Por consiguiente, si lo infinito así entendido existe, lo finito es siempre parte de él, quedando sujeto a su norma racional.
Ahora bien, todo lo infinito en extensión y en tiempo está únicamente compuesto de partes finitas.
Por tanto, la razón de lo infinito debe hallarse en lo finito o en otra parte.
Sin embargo, se ha concluido que la razón de lo finito depende de la de lo infinito.
Ergo, la razón de lo infinito en tiempo y en espacio no puede hallarse en sí mismo, sino en otra parte, a saber, fuera del tiempo y el espacio.
Ergo, Dios es esta razón, según Dios es definido. Y dado que nada puede ser razón de algo sin existir, Dios existe.
Hay unos cuantos non sequitor e indefiniciones en el argumento (¿nuevo? ¿cuáles son los viejos?).
ResponderEliminarAún aceptando todo el argumento, lo único que has hecho ha sido decir que hay algo que existe eternamente según sus leyes (o razones). Puedes llamarlo Universo en lugar de Dios. Ese nominalismo del final es tramposo.
Algunos ejemplos de tus Indefiniciones: extensión, infinito, espacio, tiempo. Las únicas definiciones precisas de estos conceptos están en la física, y algunas no son únicas. El tiempo puede ser multidimensional y puede no existir fuera del universo conocido desde el big bang. O puede que sí. Hay también varios infinitos posibles, como sabemos desde Cantor. Cada uno tiene sus propiedades.
Querer hacer deducciones del mundo y sus posibles dioses pasando olímpicamente de todo esto ya son ganas. Tu argumento no preclude muchos dioses como no preclude muchos universos (y más vale que no lo haga, porque muchos universos son posibles). Estarás tentado a juntarlos en uno, pero tu no saber manejar los infinitos será lo que te lleve a cometer esa falacia argumental.
Quería decir "non sequitur".
ResponderEliminarCreo que su razonamiento no explica que Dios existe, si no que su convicción de que Dios existe, trata de justificarse mediante un proceso lógico.
ResponderEliminarHola, José Luis.
ResponderEliminarPor favor, muéstrame en qué consisten esos "non sequitur". Aunque he intentado evitarlos, podría darse el caso de que diera cosas por supuestas que no se explicitan en los encadenamientos.
Si me refiero a este argumento como "nueva prueba" es porque no me consta que se haya empleado antes, si bien no pretendo conocer todo lo que se ha escrito al respecto. Su núcleo, si se entiende bien, es como sigue:
1) Todo es por una razón.
2) Lo finito remite su razón a una causa primera fuera del espacio y el tiempo o a una infinidad de causas, a la que me he referido con el nombre de "lo infinito en extensión y en tiempo", pues así conciben muchos al universo. Aquí no importa cómo sea realmente el universo, sino que se trata de excluir lógicamente posibilidades que favorecen la interpretación atea.
3) Como la noción de causa primera trascendente rompe la regla de la causalidad, concedo que no debe preferirse desde la física. Por tanto, asumo con los ateos que la causa de lo finito corpóreo es lo infinito corpóreo.
4) Sin embargo, por la misma definición de lo infinito, que remite a lo finito (y en última instancia también sucede así con lo transfinito, aunque la mención sea superflua aquí), se deduce que no puede haber una razón propia de la infinitud, ya que todas las razones refieren siempre a cuerpos más o menos determinados.
5) Esto nos conduce al siguiente círculo vicioso: lo finito remite a lo infinito y lo infinito a lo finito, por lo que no habría una verdadera causa del universo y éste carecería de razón.
6) Con todo, es imposible que algo carezca de razón, como tú mismo admites que el argumento habría demostrado, si es que está bien construido.
7) Por tanto, la razón del todo (es decir, de lo finito y de lo infinito, o del universo) no es inmanente (finita o infinita en el tiempo y el espacio), sino trascendente (infinita fuera del tiempo y del espacio: infinita porque fuera del espacio-tiempo no hay límites, y única porque tampoco hay divisiones).
8) A la causa primera, única, infinita y trascendente se la conoce como Dios en la teología cristiana, en la neoplatónica, en la judía y en la musulmana, al menos. Luego no es ilegítimo referirnos a ella de esta manera.
9) De dicha causa se dirá no sólo que es inteligible y por ende posible, sino que, además, existe, pues es razón de lo existente.
En fin, tendrás que explicarme en base a qué la hipótesis del multiverso o las distintas definiciones de tiempo afectan a este constructo argumental.
Saludos.
Hay que joderse, cuanto idiota vaga por el cosmos limitado de sus propias fronteras mentales.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista la demostración es consistente ... si lo que buscamos demostrar es que la existencia de Dios es razonable.
ResponderEliminarPero para que un ateo acepte esta existencia, desde su empirismo pedirá pruebas para validar que lo razonable es, además, real. Real considerado como analizable, cuantizable y reproducible.. ahí está el problema. El mismo problema que nos encontramos cuando entramos a definir los universales. Son evidentes, pero no demostrables.
Las pruebas empíricas de la existencia de Dios no se pueden encontrar dentro del mismo ámbito en que se realiza el razonamiento. Gödel lo dejó claro en sus teoremas de la incompletud... Por lo que nos quedamos con que la existencia de Dios es razonable.
Esta limitación es coherente con la misma revelación divina, en donde se nos indica que nos dio libertad... y si pudiéramos demostrar la existencia de Dios... esta libertad no existiría y la Fe no sería un don de Dios. La sacralidad quedaría obsoleta al poder acceder a Dios de forma directa.
Podemos decir que el segundo velo del templo sigue y seguirá velando la visión directa de Dios hasta el fin de los tiempos.
Gracias, en un placer leerle :)
Hay otro problema: si no se le da peso ontológico a la nada, se cae en el panteísmo, pues no sería posible el 'ex nihilo'.
ResponderEliminarMiserere:
ResponderEliminarSi el ateo pide una prueba empírica de Dios, tendrá que explicar qué entiende por "prueba empírica". Probablemente querrá ver un fenómeno que no se daría en un universo sin Dios: un milagro. Pero los milagros no prueban nada, ya que al no depender de la razón al alcance del hombre carecen de fuerza demostrativa más allá de la capacidad de convencerse que posean los observadores en cada caso. Así, los de Jesucristo bastaron a los discípulos y no a los maestros de la Ley.
Si quisiera algo inferior a un milagro, como una causa inmaterial, estaría pidiendo un imposible, pues lo inmaterial no es causa de nada físico. Todo lo asociado a la fuerza y a lo unitario o inextenso (lo que en Leibniz es el alma o mónada) puede traducirse en términos de extensión o materialidad en la medida que dicha asociación conlleva el fundamento ontológico del fenómeno y no una descripción del mismo.
Por una cuestión de principio, tal y como dije en un escrito anterior, el empírico recela del raciocinio puro (Kant) y rehuye sus demostraciones, teniéndolas por insuficientes o falaces. De nada sirve que lo empujemos al absurdo, ni bastará con mostrarle que una hipótesis opuesta a la suya enmarca mejor determinado acontecimiento. Si no encuentra solución alguna según su método, esperará encontrarla arrojado en brazos de la sabiduría provisional del escepticismo o imaginará cualquiera que se le antoje. Es el método mismo el que predefine lo que quiere encontrar y lo que ni siquiera busca.
Ululatus:
ResponderEliminarCreo que tu objeción parte de un error común, que es confundir la nada absoluta con el "desde la nada" con el que traducimos la expresión "creatio ex nihilo", que significa "creación desde la nada material". Esto es, la generación del mundo sin materia preexistente al propio acto de generar. Pero que no exista la materia no significa que no exista nada en absoluto, puesto que precisamente intentamos probar la existencia de un Dios inmaterial que es, según cierta teología, Creador del universo.
La Biblia rechaza el nihilismo puro creador al hablar del hombre hecho a imagen de Dios, que es como si dijéramos "a modo de reflejo", cuando es sabido que la nada o la voluntad vacía nada reflejan. Y Alberto Magno: Ex ipso creavit Deus omnes gentes et eorum statuit originem. Siendo Dios la razón de todo, es también compendio de todas las razones. Luego lo mismo que se ha dicho para el hombre podría servir para el resto de la Creación, habida cuenta de que en el hombre está contenido todo, tanto en mente (teoría de la reminiscencia) como en cuerpo (teoría del microcosmos).
1) No sabemos si todo es por una razón o no. Lo que hay no sabemos por qué está ahí. No lo sabemos ni del Universo ni de un posible dos o de unos posibles dioses. Sabemos que, una vez que haya algo, hay unas leyes que rigen los fenómenos que observamos. ¿Llamas razón a las leyes?
ResponderEliminar2) Ese saltar fuera del espacio y del tiempo es un non-sequitur como una casa. Lo mismo si el salto es a la consecución infinita de causas (vide 1). Si muchos conciben el universo como lo que se extiende infinitamente en el espacio y el tiempo, allá ellos, pero esto no es una necesidad lógica ni física. Es una mala definición u otro non-sequitur.
3) La noción de causa primera no es una noción bien definida. De hecho, la definición de causa tampoco lo es hasta que uno la define en un modelo formal, cosa que no se hace en tu argumento. En un modelo formal, pueden definirse
ciertas causalidades, pero no hablar de la causa del modelo en sí. Fuera de un modelo formal, sin definir bien las cosas, me temo que vas a estar, como todos los que intentaron conocer el ser con la metafísica, gastando saliva en vano.
Perdona si no sigo con todos los puntos. Entre el comentario anterior y este ya tienes bastantes objeciones como para ignorarlas.
¿Prueba empírica de la existencia de un dios? La presencia de un ser con las características que se le atribuyen. A saber, completo dominio de la realidad. Cuando lo tenga delante y responda amablemente a mis peticiones para mostrar sus superpoderes empezaré a creer. Mientras los milagros sean poquita cosa o, siendo gran cosa (resurrecciones y así), pero mal documentadas, seguiré muy escéptico.
Cierto estimado Irichc :)
ResponderEliminarPero creo que no has captado lo que dentro del empirismo se entiende como prueba de la existencia de Dios... te lo recuerda Jose Luis Ferreira: déjame conversar con ese ser denominado dios y entonces creeré. Santo Tomás reeditado...
Los milagros pueden ser atribuidos a la propia naturaleza humana en facetas desconocidas.. por lo que son fácilmente descartables como pruebas de la existencia de Dios.
El empírico... como dices... recela del razonamiento y para soslayar este inconveniente tiene que tener un refrendo experimental paralelo para creen en cualquier cosa. Esto no es nada extraño, ya lo que evidencia es una desconfianza visceral a lo sobrenatural... por muy razonado que se le presente.
Como Dios no puede ser objeto de experimento, ya que su naturaleza excede la experimentalidad,... se aplica la navaja de Ockam y se descarta como innecesario.
¿Innecesario? Si... innecesario para todo aquel que tenga como premisa que no son necesarias las razones para la existencia/ inexistencia de todo.
podemos argumentar que esta premisa nos lleva a aceptar que nada tiene sentido o causa última... dirán que es evidente que no existen estas causas últimas. Sin causa última ¿Para qué pensar en causas primeras? Tema de la existencia de Dios resuelto...
¿Entonces? Nos encontramos con el problema que impide que ateos y creyentes converjamos en un modelo de universo: partimos de premisas indemostrables antagónicas. Esto nos lleva a desarrollar modelos de universo, de sociedad y ser humano diferentes e irreconciliables.
Tras estos modelos, se termina en el desarrollo de hermenéuticas de explicación de la realidad cotidiana opuestas. Entendemos de forma diferente.
¿Que hacemos entonces?... esta pregunta da para treinta entradas blog :)))
Saludos cordiales.
Postular un dios no resuelve el problema de las causas primeras. Por una parte, es autoengañarse decir que definir algo como causa primera resuelve la causa primera. Queda saber la causa de esa causa primera. La pereza mental de no seguir ese hilo solo por haber definido algo como incausable es imperdonable en quien supuestamente quiere saber, pero es algo comprensible en quien solo quiere justificar creencias.
ResponderEliminarPor otra parte es una hipótesis más complicada el suponer que lo que existe sin causa es un ser con superpoderes que un universo con leyes.
Por otra parte, el universo es comporta tan indiferente a los avatares humanos como podría esperare de una ausencia de dioses. La hipótesis de dios es superflua en ciencia y en moral. En ciencia es estéril. En moral, habrá quien la necesite para obrar moralmente, pero, entonces, los que no la necesitamos somos como dios, según la lógica de esos teístas.
José Luis:
ResponderEliminarCon este texto he pretendido ofrecer una fundamentación de las premisas "todo tiene una causa" y "debe existir un inicio o causa primera", que pese a integrar el argumento ontológico tradicional yo no tengo por autoevidentes. Puede pensarse que algo sea causa de sí mismo, aunque no se cree a sí mismo ni surja de la nada: podría ser eterno desde siempre y por tanto increado. Sólo lo infinito en acto puede tener esta cualidad, tal y como la concebía Spinoza. Mi crítica consiste en señalar que lo infinito no puede substantivizarse, puesto que se compone de un número infinito de partes finitas y no hay una razón propia de la infinitud. Pero tampoco lo finito se explica sin recurrir a lo infinito, ya que nada limitado es ajeno o impermeable a lo que le rodea. En una palabra: tanto lo infinito como lo finito ofrecen explicaciones incompletas de sí mismos mientras permanecen dentro del espacio y el tiempo.
Por tanto, no es cierto que quede "saber la causa primera de esa causa primera". Nos movemos en planos por completo distintos -dentro y fuera del tiempo- y carece de sentido hablar de multiplicidad sucesiva donde no hay extensión ni duración. En el lugar sin lugar que ocupa Dios sólo puede haber una singularidad, Dios mismo, o no haber absolutamente nada.
Tampoco es "una hipótesis más complicada", dado que explica más cosas que el círculo vicioso en el que los ateos os veis obligados a sostener. Y explicar es lo contrario de complicar.
Bueno José Luis,
ResponderEliminarEvidentemente al quitarnos de encima el problema de la existencia de Dios, reducimos la parsimonia del sistema... a cambio de tener un modelo de universo relativo muy difícil de manejar a a hora de definirnos a nosotros y nuestra sociedad.
Lo que ganamos por una parte, lo perdemos de largo por la otra. Tendríamos que admitir que nada tiene sentido más allá del que, en cada momento, cada persona, decida darle... y esto es inestabilidad constante. En términos físicos diríamos que definimos un sistema con una gran entropía y con tremendas alinealidades que da lugar evidentemente al caos.
Postulando a Dios, obtenemos orden y herramientas que dan estabilidad a la sociedad y al ser humano. Este orden no tiene porque ser estático. Hoy en día se maneja el concepto de orden dinámico más ajustado a la realidad que vivimos. Pero aún así, muchas personas se sentirían limitadas por el orden natural que conlleva considerar la existencia de Dios.
¿Qué es mejor? Cada cual elegirá el mal que le pareciera más adecuado y soportable.
Los creyentes preferimos entender el universo como un lugar ordenado con unas leyes que definen todo lo creado y que nos dan sentido a nosotros como seres humano y como sociedad. Precisamente estas leyes son la evidencia de que Dios no se desentiende de nosotros :) ya que ligan causa y efecto de manera evidente. Por otra parte tenemos una revelación coherente con las leyes... que dota de mayor estabilidad aún al sistema.
Pero hay un factor adicional a la hora de la elección entre la existencia de Dios o su inexistencia. Comparto un hehco real... hace unos meses dando vueltas al tema con un conocido ateo, además de ingeniero como yo... discutíamos el asunto del orden y yo le explicaba la evidencia del orden dinámico como se conoce dentro de la teoría moderna de sistemas... tras darle mil vueltas me dijo que el no podía aceptar esa definición por mucho que le presentara pruebas experimentales... ¿Por qué le pregunté? Me dijo porque simplemente Dios no puede existir y el no consentía en cuestionarse su inexistencia.
La reacción fue similar a la de muchos creyentes que, ante la inexistencia de pruebas empíricas, dicen que ellos nos se cuestionan la inexistencia de Dios.
Entonces llegamos a la fe como confianza en el modelo de universo que cada cual tiene y mediante el cual entendemos lo que nos rodea. Unos tienen fe en la existencia de Dios y otros en su inexistencia. Así de fácil..
Pero la Fe tiene otro nivel superior a la confianza que es complicado de explicar a un no creyente... Simplemente es y aparece como certeza en un momento dado sin más razón que si misma. A eso le llamamos don o gracia. No tiene razón ni lógica ... simplemente es.
A ese nivel la lógica y la razón quedan obstruidos por ¿Cómo le llamamos? cerrazón irrazonable o gracia divina... es complicado ser ecuánime en este asunto :) No nos queda más que respetarnos e intentar convivir.
Saludos cordiales ;)
José Luis, quedaban estos flecos:
ResponderEliminarNo sabemos si todo es por una razón o no... Sabemos que, una vez que haya algo, hay unas leyes que rigen los fenómenos que observamos. ¿Llamas razón a las leyes?
Sí. La analogía entre ley y razón es clásica y está justificada, ya que ambas fijan límites estables.
Ese saltar fuera del espacio y del tiempo es un non-sequitur como una casa.
No lo creo. Es una conclusión por reducción al absurdo de la contraria a "tertium non datur". Lo que Aristóteles llamaba demostración apagógica.
En un modelo formal, pueden definirse ciertas causalidades, pero no hablar de la causa del modelo en sí.
La metafísica, por su propia posición relativa, no tiene esta limitación.
irichc:
ResponderEliminarEs que no es verdad que el universo tenga que ser infinito (¿cuál de los infinitos, existen infinitos tipos de infinito?). Puede ser perfectamente finito. No hay nada lógicamente incongruente con un universo finito con leyes. Puestos a especular, postular uno infinito se antoja más complicado.
Dices que solo hablabas de que tiene que haber una primera causa de todo. Esto es lo mismo que el problema de toda la vida ¿por qué hay algo en lugar de nada? Sabemos que hay algo en lugar de nada y, en razonamientos más entreverados tú solo has repetido esta afirmación trivial. Pero en medio has colado la infinitud y Dios. Nada de eso se sigue.
Miserere:
Nada de lo que dices tiene que ver con la existencia de Dios sino de tus ganas de que exista. Con eso no me meto. Pero cada vez que hagas una afirmación acerca de supuestas acciones de ese ser, sí podremos discutir, pues se trataría de hechos empíricos. ¿Milagros? ¿Verdades reveladas? ¿Comunicación con los muertos?
Todo lo que dices, además, vale para cualquier otra superchería que uno quiera creer, desde los cientos de miles de dioses hinduistas hasta las disparatadas creencias new age.
La fe es fácil de explicar a cualquiera, excepto al creyente. Fe es una palabra que se pone ahí en lugar de otra: ignorancia. No sabemos, entonces creemos. I.e.: como reconocemos nuestra ignorancia, creemos con fe lo que nos da la gana. Los creyentes creen (otra vez la fe) que con llamar a las cosas de otra manera se les arregla su concepción del mundo.
José Luis:
ResponderEliminarNo recuerdo haber dicho que el universo tuviera que ser infinito. Dije que así lo entienden algunos ateos, que oponen esta concepción a la de un universo creado y dependiente de un principio no material. Ahora bien, si el universo es finito, tanto mejor: la objeción cae sola. Si el mundo no es eterno, tiene un comienzo, y ésta es una perspectiva más favorable a los teístas.
Vale Jose Luis...
ResponderEliminarSeñalar una opción razonable como absurdo (superchería) no evidencia más que cierto temor ante las evidencias.
También sería una superchería la creencia en la inexistencia de Dios. :) ¿Por qué? Porque esta opción no da sentido al universo... y aceptar un sinsentido por definición es todo menos razonable y científico.
Sigo viendo la lógica deductiva de irichc impecable y evidenciadora de que creer en Dios es razonable.
Saludos cordiales y hasta otra ;)
irichc:
ResponderEliminarDe ninguna parte se sigue que lo que existe haya de ser infinito, ni de la existencia del tiempo finito se sigue un antes de este tiempo. En fin, si quieres jugar con las palabras sin darles significado que tenga que ver con algo que sepamos qué es, adelante. Harás lo que todos los metafísicos y teólogos del mundo. Nada.
Miserere:
¿De dónde sacas que sin dios no hay sentido? ¿De dónde que el universo tenga un sentido? ¡Ay las ganas!