Lo pensable, lo móvil y lo extenso son entia ab alio, seres por otro, al exigir como correlativo lo que piensa, lo que mueve y lo que extiende. Con todo, lo que piensa no es ideal ni pensable, lo que mueve no es móvil y lo que extiende no es extenso.
Podemos articular esta aseveración mediante razonamientos silogísticos.
Silogismo 1
(1) La condición de posibilidad o causa de las ideas es ser pensables.
(2) Las ideas no pueden pensarse a sí mismas.
(3) Por tanto, la condición de posibilidad o causa de las ideas presupone un ser distinto de las mismas ideas.
(4) Las ideas existen.
(5) La causa de las ideas no es una idea, sino lo que puede pensar las ideas. Luego es una mente.
(6) Por tanto, la causa de las ideas existe y es una mente.
La segunda premisa no requiere demostración.
Silogismo 2
(1) La condición de posibilidad o causa de lo móvil es ser movible.
(2) Lo móvil no puede moverse a sí mismo.
(3) Por tanto, la condición de posibilidad o causa de lo móvil presupone un ser distinto del mismo móvil.
(4) Lo móvil existe.
(5) La causa de lo móvil es inmóvil.
(6) Por tanto, la causa de lo móvil existe y es inmóvil.
Demostración de la segunda premisa: Si lo móvil puede moverse a sí mismo, o bien se moverán todas sus partes al mismo tiempo, o bien tendrá partes que mueven a las demás y otras que son movidas por aquéllas, o bien carecerá de partes, siendo inextenso.
Si todas partes se mueven a sí mismas al mismo tiempo, cada átomo en la naturaleza es un dios, un ente incognoscible incapaz de ser reducido por el conocimiento de los demás entes. No hay razón para presuponer tal cosa, por lo que esta posibilidad debe rechazarse en virtud del principio de razón suficiente (entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem).
Si hay partes que mueven a las demás y otras que son movidas por aquéllas, la automoción no es una propiedad de la materia, sino de cierto tipo de materia. Dado que toda materia es compuesta, o bien las partes capaces de automoción estarán compuestas de otras partes dotadas de automoción ad infinitum, lo que se niega esgrimiendo de nuevo el principio de razón suficiente, o bien serán el resultado de la unión de partes que no poseen la automoción. Sin embargo, puesto que es imposible dar lo que no se tiene, se niega que del agregado de partes sin automoción resulte un cuerpo capaz de moverse a sí mismo.
Si lo móvil puede moverse a sí mismo y es inextenso, se sigue que lo inextenso no puede mover a lo extenso, al no haber contacto posible entre ambos. Por tanto, lo extenso deberá permanecer inmóvil, ya que no se mueve por sí mismo ni puede ser movido por otro. Lo cual es evidentemente falso, con lo que, siendo correcta la inferencia, debe reputarse falsa la asunción inicial.
Por consiguiente, lo móvil no puede moverse a sí mismo.
Silogismo 3
(1) La condición de posibilidad o causa de lo extenso es ser extensible.
(2) Lo extenso no puede extenderse a sí mismo.
(3) Por tanto, la condición o posibilidad o causa de lo extenso presupone un ser distinto del mismo ser extenso.
(4) Lo extenso existe.
(5) La causa de lo extenso es inextensa.
(6) Por tanto, la causa de lo extenso existe y es inextensa.
Demostración de la segunda premisa: Si lo extenso puede extenderse a sí mismo, o bien empezó a extenderse a partir de lo extenso, o bien fue siempre extenso.
Si lo extenso empezó a extenderse a partir de lo extenso, se procederá ad infinitum, lo que equivale a sostener que lo inextenso nunca empezó a extenderse, esto es, que fue siempre extenso.
A partir de las conclusiones de los anteriores silogismos obtenemos que la causa de las ideas es una mente, mientras que la causa de la materia es inmóvil e inextensa. Si tal mente ha de reputarse ajena a la generación y a la corrupción, como creo haber demostrado en otra parte, será inmóvil, inextensa y extramundana. No siendo posible predicar más de un ser en lo inextenso atemporal, pues no cabe la pluralidad donde no hay espacio ni tiempo, es forzoso concluir que la causa de las ideas y de la materia es una y la misma.
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Propter Sion non tacebis