miércoles, 14 de septiembre de 2022


Proclo fundamenta la existencia de Dios en los siguientes términos:

PROPOSICIÓN 1: El Uno es anterior a lo múltiple.

Demostración:

Lo múltiple participa del Uno, esto es, es uno (al componerse de unidades y ser una multiplicidad) y no uno (al no ser la unidad pura). De ello se infiere que lo múltiple no puede ser anterior al Uno, pues no podría participar de él, ni tampoco ser simultáneo al Uno y de su mismo rango, ya que sería su opuesto, es decir, no-Uno, y no sería una multiplicidad ni se compondría de unidades, lo que va contra su definición. Por consiguiente, el Uno es anterior a lo múltiple.

PROPOSICIÓN 2: El efecto es inferior a la causa.

Demostración:

Toda causa genera un efecto igual, superior o inferior a ella.

1. El efecto no es igual a la causa. 

Pruébase: Dos productores iguales crean productos iguales. De modo que si una causa B, siendo distinta de su consecuente C, fuera igual a su antecedente A, estaríamos ante dos productores iguales, A y B, creando dos productos desiguales, B y C respectivamente. Pero esto es imposible. Por tanto, si algún efecto es distinto de su causa, todo efecto es distinto de su causa. Ahora bien, algún efecto es distinto de su causa. Por tanto, todo efecto es distinto de su causa.

2. El efecto no es superior a la causa.

Pruébase: Todo el poder del efecto procede de la causa, dado que no procede de sí mismo (ya que es efecto) ni de la nada (que carece de todo y, por ello, también de poder). Luego, si la causa es capaz de perfeccionar al efecto, es capaz de perfeccionarse a sí misma y no es inferior a lo que produce.

3. El efecto es inferior a la causa.

Pruébase: Dado que el efecto no es igual ni superior a la causa, síguese que es inferior.

PROPOSICIÓN 3: En el orden causal no puede darse circularidad.

Demostración:

Si el orden causal procede de modo circular, todo será anterior y posterior, antecedente y consecuente. Ahora bien, habida cuenta que el efecto es inferior a la causa (por la Proposición 2), todo será al mismo tiempo inferior y superior respecto al mismo referente, lo que es absurdo. Por tanto, la circularidad queda excluida en la sucesión de causas y efectos.

PROPOSICIÓN 4: En el orden causal no puede darse un regreso al infinito.

Demostración:

Si todo tiene una causa y no existe lo incausado, entonces el todo -la suma de todos los entes- también tiene una causa causada. Pero ni esta causa ni su causante son parte del todo, ya que, a pesar de que la parte es inferior al todo, el todo sería inferior a ellos (por la Proposición 2); y si hay algo superior al todo y distinto de él, síguese que el todo no es todo, lo que es contradictorio y repugna a su noción. Por tanto, en el orden causal no se da el regreso al infinito.

PROPOSICIÓN 5: La nada no es causa eficiente del ente que empieza a ser.

Demostración:

Afirmar que un ente que empieza a ser carece de causa conlleva sostener o bien que es causa de sí mismo y, en consecuencia, que existe antes de existir, lo que no es admisible, o bien que su causa es una pura nada. Concedido que el efecto es inferior a la causa (por la Proposición 2) y que el ente es superior a la nada, es forzoso concluir que la nada no es causa eficiente del ente que empieza a ser.

PROPOSICIÓN 6: En el orden causal debe darse una causa primera.

Demostración:

Toda vez que el Uno es anterior a lo múltiple (por la Proposición 1) y que en el orden causal no puede darse circularidad (por la Proposición 3), ni un regreso al infinito (por la Proposición 4), ni eventos incausados (por la Proposición 5), ha de postularse una causa primera, anterior a toda multiplicidad, esto es, simple y sin partes.

* * *

Prosigue Proclo para probar la inmortalidad del alma:

PROPOSICIÓN 7: Todo cuanto existe es inmóvil, semoviente o extrínsecamente móvil.

Demostración:

Lo móvil o bien lo es intrísecamente (movido por sí mismo) o bien extrínsecamente (movido por otro). Lo extrínsecamente móvil no puede ser movido circularmente por aquello que también es extrínsecamente móvil, ni por una sucesión infinita de causas, sino por una causa anterior a toda multiplicidad, esto es, simple y carente de partes (por la Proposición 6). Luego será movido por lo inmóvil o por lo semoviente. Ahora bien, el primer móvil no puede ser lo inmóvil (ya que va contra su naturaleza) ni lo extrínsecamente móvil, que es movido por otro. Por tanto, será movido por lo semoviente.

PROPOSICIÓN 8: Lo semoviente es capaz de revertir a sí mismo.

Demostración:

En tanto lo semoviente es al mismo tiempo motor y movido, es causa y fin de sí mismo en su actividad.

PROPOSICIÓN 9: Lo que puede revertir a sí mismo es incorpóreo.

Demostración:

El sujeto que revierte a sí mismo es idéntico a aquello a lo que revierte. Tal identidad en el movimiento resulta imposible para cualquier ser susceptible de división, al estar en flujo perpetuo.

PROPOSICIÓN 10: Lo que puede revertir a sí mismo tiene una existencia separable de todo cuerpo.

Demostración: 

La actividad no es superior a la existencia, sino que por el contrario procede de ella. Por tanto, cualquier actividad separable de todo cuerpo conlleva la existencia separable de todo cuerpo.

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