sábado, 18 de febrero de 2023

 

¿Cuál es el valor más alto en la jerarquía moral? Cualquiera que sea el que propongamos podrá ser cuestionado, excepto uno.

1. No es la máxima felicidad del máximo número de personas. 

Si la justicia debe cumplirse, los criminales deben ser castigados. La justicia debe cumplirse. Por tanto, los criminales deben ser castigados. De donde se sigue que es falso que siempre tengamos que procurar la máxima felicidad del máximo número de personas.

2. No es la búsqueda de la virtud por la virtud misma.

Todos deben buscar la felicidad. La virtud sólo hace felices a los virtuosos, mientras que hace a los no virtuosos infelices. Por tanto, no todos deben buscar la virtud por la virtud misma.

3. No es la consideración del hombre como un fin en sí mismo.

Emplear algo como medio para lograr un bien mayor es racional y moralmente correcto. El hombre no es el mayor bien concebible. Por tanto, el hombre puede ser utilizado como medio para conseguir un bien mayor. De lo contrario, todo sacrificio virtuoso sería inmoral.

Sin embargo:

1. La verdad es el mayor bien concebible. Por tanto, la mayor felicidad del máximo número de personas consiste en ser fiel a la verdad y adorarla, en lo que también estriba la mayor bondad.

2. Todos deben buscar la felicidad. La virtud hace felices a los virtuosos y a los no virtuosos infelices, ya que sólo los primeros conocen la razón que los mueve a seguirla. Sin embargo, la verdad hace a todos veraces y, como ya se ha dicho, felices y buenos en grado sumo. Luego todos deben buscar la verdad por sí misma, y la virtud por la verdad.

3. Emplear algo como medio para lograr un bien mayor es racional y moralmente correcto. No hay mayor bien que la verdad. Por tanto, sólo la verdad es un fin en sí misma.

En consecuencia, la verdad es el valor más alto en la jerarquía moral. No es difícil probarlo. Si afirmamos que "X es el valor moral más alto", estamos aseverando que "X es el valor moral más alto" es verdad, lo que conlleva que depende  de la verdad para ser válido. En este sentido, si un valor debe ser validado por otro valor se sigue que no puede ser el valor más alto, esto es, aquel que se valida a sí mismo. Por consiguiente, "X es el valor moral más alto" no puede ser una proposición verdadera a no ser que por X se entienda la verdad.

La verdad sólo depende de sí misma, pues no es el resultado de nada distinto a ella. Por ello, la verdad es eterna e inmutable. Sin embargo, nada en el universo ni el mismo universo es eterno o inmutable. Por tanto, la verdad no es el mismo universo ni nada material contenido en el universo.

Podría argumentarse que la verdad es sólo un nombre que empleamos para referirnos a todo lo que es verdadero. Pero, como ya hemos probado, la verdad debe ser reconocida como el valor más alto para que cualquier otro valor pueda ser valioso. Tal no sería posible si la verdad fuera sólo un nombre o si no existiera por sí misma. En consecuencia, la verdad es real y existe por sí misma.

Así, si la verdad existe por sí misma y no es el universo ni nada material contenido en el universo, debemos decir que  la verdad es o bien Dios o bien nada en absoluto. Habiendo acordado que la verdad es real (ya que de lo contrario nada sería verdad, ni siquiera la afirmación "la verdad no es real"), ha de concederse que la verdad absoluta y autosubsistente es Dios.

Dado que la definición de la verdad y la de Dios son idénticas, es correcto sostener que la verdad es Dios y que Dios es la verdad. Vemos, pues, que la verdad es una realidad autosubsistente e inmaterial que constituye el valor moral más alto en la jerarquía y se valida a sí mismo. Por otro lado, Dios es una realidad autosubsistente e inmaterial que constituye el valor moral más alto en la jerarquía y se valida a sí mismo. No siendo admisible que existan dos valores máximos, resulta evidente que la verdad es Dios y Dios es la verdad.

Todo ser autosubsistente e inmaterial no puede ser limitado por nada, al ser superior a todos los demás seres y no estar constreñido por el espacio o el tiempo. Por el contrario, todo ser defectuoso es limitado de algún modo. Así, todo ser autosubsistente e inmaterial, al no ser defectuoso en modo alguno, es omnisciente, omnipotente y perfectamente bueno, esto es, bueno sin ningún límite o máximamente bueno. Ahora bien, la verdad es una realidad autosubsistente e inmaterial. Por tanto, la verdad es omnisciente, omnipotente y perfectamente buena.

Asimismo, la verdad existe necesariamente. Luego, una vez se ha mostrado que Dios y la verdad son idénticos, síguese que Dios existe necesariamente.

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Propter Sion non tacebis