Si el principio de no contradicción existiera seguiría siendo ilimitado, ya que existir en mi terminología no equivale a ser en el espacio y en el tiempo (llamo a eso ser real), siendo así que es un sinónimo directo de obrar. Y dado que 1) tal principio indudablemente obra, pues se conserva a sí mismo y da valor de verdad a todas las proposiciones verdaderas, que a su vez están en la esencia de todo lo real, y 2) obrar es un predicado, se sigue que 3) existir es un predicado y que 4) el principio de no contradicción existe.
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Propter Sion non tacebis