Todo lo que cambia de lugar o de tiempo cambia por completo. Es decir, ninguna de las partes de un estado es idéntica a la del otro, al cambiar su relación y definirse dichas partes por tal relación. Pero no decimos que el universo es distinto a sí mismo en su sucesión temporal, sino que, como el Barco de Teseo, afirmamos que es uno porque es una su causa, el constructor, y uno su fin, el navegar.
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Propter Sion non tacebis