Me parece autoevidente la proposición según la cual si algo no existe siempre no es necesario y, por tanto, si existe, tiene un comienzo. A pesar de ello, cabe demostrarla. La primera parte de la proposición se sigue de la definición de necesario, pues llamamos de este modo a lo que no puede no existir, a saber, a lo que existe siempre. La segunda parte de la proposición se basa en el siguiente razonamiento:
Si algo puede no existir, no contiene en sí mismo nada que lo determine a existir siempre, ya que si lo contuviera existiría siempre. Luego, si existe aquello que en sí mismo puede no existir siempre, existirá sólo mientras se dé aquello que le permite existir. Por consiguiente, no existirá por sí mismo, sino por otro.
Caben, pues, dos alternativas:
1) Si aquello que existe por otro no existe siempre, estará sujeto al cambio, es decir, pasará del no-ser al ser y tendrá un comienzo.
2) Por el contrario, si aquello que existe por otro existe siempre, no estará sujeto al cambio y existirá inmutablemente. Por idéntico motivo, no podrá no existir y será necesario pese a ser por otro.
La segunda opción entraña un absurdo. Si algo existe por otro y es, por tanto, efecto de otro, está recibiendo la acción de su causa. Pretender que B recibe la acción de A, que tal acción da lugar a la existencia de B y que, con todo, no se produce ningún cambio en B al recibir la acción de A, es un sinsentido. Pues, si B no ha cambiado en nada al recibir la acción de A, no es cierto que reciba de A su existir siempre y su no poder no existir, sino que éstos pertenecían a su noción, sin que le hayan sido prestados por un ser distinto de sí mismo. En consecuencia, en contra de lo que se ha supuesto, B existirá por sí mismo y no por otro. Dado que se ha reducido al absurdo la segunda opción, se impone la primera. Por lo que debe concluirse que aquello que existe por otro tiene un comienzo.
Se plantea el contraejemplo de que algo podría no tener comienzo y, sin embargo, cesar de existir y no ser necesario. Platón y todos los neoplatónicos han creído que esto es falso, y yo soy del mismo parecer. Si algo existe por otro, debe a otro el inicio de su ser, como acabamos de demostrar. E converso, si algo no existe por otro, no debe a otro su existencia, ni encuentra fuera de sí mismo razón para el cambio, por lo que será siempre idéntico a sí mismo y no tendrá ni inicio ni fin. En consecuencia, si algo no tiene comienzo, tampoco podrá cesar de existir, puesto que será un ser necesario. Mas, si pudiera ser destruido, habría algo en su noción que lo permitiría y, por tanto, sería falso que contiene en sí mismo algo que lo determina necesariamente a existir; esto es, sería y no sería un ser necesario.
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Propter Sion non tacebis