miércoles, 11 de septiembre de 2024


Siger de Brabante tiene una demostración sencilla, pero no trivial, mediante la que prueba la existencia de una causa primera. Escribe que si existiera una sucesión infinita de causas y efectos, puesto que unas causas serían anteriores a otras y éstas posteriores a aquéllas, tal no sería posible concebirlo si no se diera una causa primera, toda vez que lo anterior y lo posterior se dicen según su proximidad respecto al primero. Por tanto, si hay anterioridad y posterioridad en el orden causal, se da una causa primera y debe excluirse la posibilidad de una sucesión causal carente de inicio.

Escribe asimismo que, dado que en el presente hay un número limitado de efectos y éstos se hacen cada vez más abundantes en la sucesión temporal, multiplicándose, podemos deducir que si retrocedemos en el tiempo, tales efectos serán cada vez más escasos, y también sus causas, por lo que, retrocediendo lo suficiente, hallaremos que la causa de todo es una.

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Propter Sion non tacebis