A mí me da el "pálpito" de que aquí el meollo del asunto es la diferencia entre las ideas de "cuerpo" y "lugar". Pero como no puedo dar ahora argumentos muy profundos, salvo quizás recurrir a la nociones elementales de las ciencias físicas, pues me voy a basar ante todo en la filosofía del sentido común.
Para un racionalismo mínimo, y para un sentido común que no sea "mágico" (el "sentido común" de las mujeres baruya, por ejemplo, puede darles a pensar que son los espíritus de los muertos, y no varones humanos, los que hacen sonar las flautas durante las ceremonias de iniciación )es evidente que el principio de identidad rige en todo el cosmos visible. Nuestro "sentido común" nos dice que un "cuerpo" no puede ocupar dos lugares diferentes, porque entonces serían dos cuerpos distintos. Por otra parte las ciencias físicas tampoco pueden aceptar esta disyunción entre lugar y cuerpo, porque entonces todas las ecuaciones físicas se irían al traste. La cuestión de la "multilocalidad" reaparecería, en todo caso, en el ámbito de la física cuántica. Pero en éste caso no sabemos ni tan siquiera si estamos tratando con "cuerpos" o con otro tipo de "entidades".
El supuesto de Spinoza "nadie sabe lo que puede un cuerpo" no creo que se pueda utilizar para apoyar la "multilocalidad" de los cuerpos. Porque lo que "puede" un cuerpo no se recorta en un horizonte infinito. Y en todo caso, sabemos lo que "no puede" un cuerpo; por ejemplo, no puede ocupar dos lugares a la vez, porque entonces sería otro cuerpo. Y si fingimos que no sabemos "lo que no puede un cuerpo", es porque abandonamos el "sentido común", común a los hombres de ciencia y a los hombres racionalistas, y pasamos al "sentido común" de los teólogos o de los magos. Desde este "sentido común" deberíamos considerar racional, no solo la posibilidad de que Jesús ocupara varios lugares al mismo tiempo, sino la posibilidad racional de la bilocación de los borrachos, según narra la película española "Amanece que no es poco".
Eduardo Robredo (Baruch)
Discrepo cuando se establece, con el sentido común por testigo, que es imposible que un cuerpo ocupe "dos lugares diferentes". ¿Se ha meditado bien esta afirmación? Un cuerpo, por definición extenso, está en infinitos lugares al mismo tiempo, por definición inextensos (intersección entre líneas). Se me contestará que ese cuerpo es continuo: también lo es el universo, que no tolera vacío entre los intersticios -microscópicos o abismales, según nuestra percepción- que pueden separar a un objeto de otro. La unidad no se funda en la supuesta discontinuidad material, sino en la relación unitaria de las partes. El propio uni-verso es tal por estar contenido perfectamente en la mente de Dios, su Creador; aunque siendo aquél contingente y éste necesario, mal puede compararse su relación con la establecida por el alma y el cuerpo, ayuntados con carácter forzoso.
Entonces, si todas las manifestaciones de la eucaristía están unitaria e intrínsecamente relacionadas con el ser de Cristo, a saber, su alma, rigurosamente se sostiene que son su cuerpo. ¿Un cuerpo animado sin automovimiento? En efecto, el automovimiento es una potencia del alma que puede actualizarse o no. Por lo demás, el que los individuos A y B sean capaces en distinto grado de representarse el cuerpo de A, y no por ello éste deje de ser "de A", se debe a la mayor perfección de las representaciones del propio cuerpo en A. Si, por el contrario, las de B fuesen más perfectas, el cuerpo de A dejaría de pertenecerle a su originario dueño y engrosaría "ipso facto" el de B.
Concluyo: El lugar no forma parte de los factores de individuación de los cuerpos, ni siquiera con carácter accesorio. En palabras de Leibniz, no es más que "el modo de discernir aquellas cosas que no pueden ser discernidas por sí mismas, como dos puntos que no tengan de suyo nada por lo que se les pueda distinguir, pero se les distingue por su posición".
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La discusión es ya bastante vieja, mas conviene recordarla.
Robredo está confuso, el pobre afirma que el ser humano completa? el 98% de la biomasa, al advertirle para que no diga más tonterías rectifica y dice que es la biomasa animal terrestre, le pregunto si incluye a las vacas y a los corderos y dice que sí, que lo dice Dennett.
ResponderEliminarMis preguntas y recomendaciones no se publican porque me tiene censurado, pero me tiene alucinado
Bien, ya somos dos los censurados y no me siento tan solo. En mi caso la excusa fue una larga discusión, sucesiva a la que enlazo aquí, que terminó en un gran galimatías por la poca predisposición de mis interlocutores a razonar de forma limpia, actitud de la que acabé contagiándome pegándoles breves argumentos precocinados. Pero, queriendo sólo confundir a los que no buscaban la verdad y desentendiéndome de sus malos modos, no tuve la intención de sabotear nada que no creyese ya arruinado, como sí hicieron ellos en cambio en el debate precedente sin que yo emitira queja alguna al respecto (ver el mensaje kilométrico e intempestivo que lo cierra, de un anónimo "Bangkok girl", en zafia alusión a mi mujer).
ResponderEliminarMi opinión rápida sobre el personaje Robredo, un blogger al que a pesar de todo respeto, es que su afán por librarse de la servidumbre debida al mentor Gustavo Bueno lo ha llevado a aceptar a Darwin algo acríticamente, como ariete ateo y clave de bóveda de la realidad toda. Una vía realmente empobrecedora, aunque pueda darle fama en España al llenar un hueco filosófico en un segmento intelectual hasta ahora ocupado en exclusiva por biólogos profesionales. Mi duda está en saber qué será Robredo dentro de unos años.
Creo, por cierto, que este oportunismo va en consonancia con la deshonestidad de sus tesis políticas, que fluctúan del liberalismo radical (el Darwin económico) al socialismo jacobino de Rosa Díez e Isidoro Lamas, en especial desde que la derecha española fue derrotada en las últimas elecciones.
Más dura será la caída.
Esperaremos a ver qué nos depara la física cuántica, por si puede abrir puertas a la filosofía. No serán cuerpos, pero los cuerpos están formados por átomos. Interesante post. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Luis. A veces me pregunto qué habría dicho Leibniz de la física cuántica, de llegarla a conocer. Imagino que lo mismo que dijo Einstein. Admito, sin embargo, que el tema me sobrepasa.
ResponderEliminarTal y como estuvo planteado el debate, se trataba de definir la esencia de la corporeidad, ya sea como forma visible o contorno, ya como forma invisible basada en la infinita divisibilidad de la materia. De la primera tesis se sigue un panpsiquismo o un no saber qué es un cuerpo, o a qué llamamos "mi cuerpo", por lo que entiendo que la tesis que yo opongo queda confirmada por reducción al absurdo de ésta su contraria.
Es posible que Robredo no haya reflexionado lo bastante sobre este asunto. Esa impresión tuve en base a su disculpa por no poder profundizar y su apelación refleja a las "ciencias físicas". La sospecha es verosímil si consideramos que aquí confunde la mismidad de un cuerpo (el no poder estar yo ni nadie en dos sitios a la vez, como ente idéntico y repetido), que no le discuto, con la naturaleza de lo corpóreo, de la que dice que es tan obvia como que las lechugas no hablan italiano. Juzgue el lector la obviedad del asunto.
Recuerdo, al hilo de esto, que Robredo exigía al nasciturus "forma humana" para poder empatizar con él y concederle el derecho a vivir. Se aprecia la continuidad argumental de esta perspectiva con la del cuerpo-perímetro.
ResponderEliminarEstas cuestiones metafísicas nunca son inocentes y acaban desembocando siempre en veredictos morales.