domingo, 22 de noviembre de 2009

Patrullas de la fe




Antonio Piñero, con la erudición a la que nos tiene acostumbrados, escribe en su blog:


La existencia de “patrullas de la fe” a principios del siglo V en Alejandría -en defensa de la fe cristiana y para hostigamiento de paganos que aún no se habían convertido- eran cosa corriente en la ciudad desde el momento en el que el cristianismo fue de facto declarado religión oficial del Imperio en el 380 por Teodosio I en su famoso decreto en el se prohibían además los sacrificios paganos. E incluso existían antes; el decreto de Teodosio I hizo que tales patrullas cobraran fuerza. Los miembros de tales grupos se reclutaban entre cristianos fanáticos coptos (indígenas egipcios cristianos) y sobre todo entre los monjes, poco helenizados. No dudaría en compararlas con las patrullas de “guardianes de la revolución (de la fe islámica)” que circulan hoy por Irán.


Párrafo que requiere el aval de las fuentes para alcanzar alguna credibilidad. ¿Durante cuánto tiempo y en cuántos lugares del Imperio existió una policía de estas características? Sócrates escribe en la Historia Eclesiástica:

Algunos monjes que habitaban las montañas de Nitria, de muy fiera disposición, y a los cuales Teófilo algún tiempo antes armó injustamente contra Dioscoro y sus hermanos, transportados de nuevo por un celo ardiente, resolvieron luchar en nombre de Cirilo. Unos quinientos de ellos, pues, abandonando sus monasterios, llegaron a la ciudad.


Que quinientos monjes pudieran ser policía suficiente para una ciudad que rondaba, según creo, el medio millón de habitantes se me antoja bastante improbable, por fieros que resultasen. La intepretación correcta es que vinieron a ser una especie de guardia personal de Cirilo en un momento de tensión y abusos contra los cristianos.

Capítulos antes Sócrates explica cuáles fueron los antecedentes de este nuevo empleo de la violencia por parte de los monjes:

Habiéndose generado tal división, ambas facciones se acusaron de impías mutuamente. Y algunas, prestando oídos a Teófilo, llamaron a sus hermanos "origenistas" e "impíos" y los otros calificaron de "antropomorfitas" a los convencidos por Teófilo. A resultas de esto surgieron altercados violentos y una guerra inextinguible entre los monjes. Teófilo, al tener indicios del éxito de su estratagema, fue a Nitria donde se encuentran los monasterios, acompañado por una mutitud de personas, y armó a los monjes contra Dioscoro y sus hermanos, quienes viéndose en peligro de perder sus vidas escaparon con gran dificultad.


Es decir, los monjes actuaron en el desierto contra Dioscoro y los suyos, también monjes, en una situación excepcional. Por tanto, estaban muy lejos de ser una policía urbana permanente.

Por si hubiera alguna duda, sobre Nitria escribe el autor anónimo de la Historia Monachorum Aegypto:

Luego llegamos a Nitria, el más conocido de los monasterios de Egipto, a unas cuarenta millas de Alejandría. Toma su nombre de la ciudad próxima en la que se obtiene el nitro... En este lugar hay unas cincuenta moradas, o no muchas menos, situadas cerca y bajo un mismo padre. En algunas de ellas muchos viven juntos, en otras unos pocos y en algunas hay hermanos que viven solos.


Hablamos, pues, de un lugar desértico y prácticamente deshabitado a 60 kilómetros de Alejandría. Nada parecido a la gran urbe a la que los ascetas de Nitria acudieron en tiempos de Cirilo, no para luchar contra los paganos (que existían desde siempre), sino para apoyar a aquél frente a los judíos y el prefecto Orestes.

Piñero debería en consecuencia refutar mi argumentación o rectificar la suya.

*

ACTUALIZACIÓN:
Piñero me ha contestado de dos modos. En primer lugar borrando mis réplicas en su blog, cuyo contenido no era otro que el de este post. En segundo lugar, aludiendo al comienzo de su última entrega al pasaje citado por mí (los quinientos monjes de Nitria), y sin mencionarme por supuesto. Por toda respuesta, un fragmento de la Vida de San Antonio de San Atanasio, donde se nos explica cómo el ermitaño apoyaba moralmente a los cristianos condenados al martirio. Aquí el señor Piñero ve algo parecido a los "guardianes de la revolución" en Irán. Sobran comentarios.

1 comentario:

  1. De este Piñero me pregunto si su tanta erudición no le hará dudar de lo que no cree y creerlo (aunque sea un poco (siquiera como hipótesis)).

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Propter Sion non tacebis