miércoles, 9 de diciembre de 2009

Dios: certeza absoluta




Debe decirse que Dios es lo primero que puede ser aprehendido por el intelecto. La razón para ello es que la naturaleza de nuestro entendimiento derivado de los sentidos es tal que siempre comienza en lo indeterminado, de manera que los mismos sentidos por su naturaleza aprehenden siempre las cosas sensibles en su ser indeterminado antes de aprehenderlas en su ser determinado, aunque en ocasiones los sentidos pueden aprehender lo indeterminado junto (en términos de duración) con lo determinado. Esto se aprecia al distinguirse el conocimiento determinado del indeterminado. Pues, así como los sentidos saben sobre algo -aproximándose desde cierta distancia- que es un cuerpo antes de saber que es un animal, y saben que es un animal antes de saber que es un hombre, y que es un hombre antes de saber que es Sócrates, del mismo modo el intelecto siempre entiende sobre algo, sea lo que fuere, mediante una prioridad de naturaleza (si no siempre mediante una prioridad de tiempo), que es un ser antes de de entender que es este ser, que es bueno antes de entender cuán bueno es, que es un ser antes de entender que es una substancia, y así sucesivamente respecto a los demás grados de entendimiento, que entienden siempre los universales confusamente antes que lo que es más particular y determinado. Y en este sentido se sostiene universalmente que, en la medida en que un inteligible es indeterminado, el intelecto naturalmente lo entiende antes.


Enrique de Gante

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Propter Sion non tacebis