Es necesario lo que no requiere nociones previas para existir o ser comprendido.
I.
El universo es innecesario. Si se explicase por sí mismo, carecería de causa. Y si careciera de causa, sería inexplicable (pues no es autoevidente). Como la primera y la segunda proposición se contradicen, las opuestas son verdaderas.
Sin embargo, si Dios y no el universo fuera innecesario, sería explicable por el universo o por otra cosa. Por tanto, o bien Dios existe y es explicable, o bien existe y no es explicable, o bien no existe y es explicable, o bien no existe y no es explicable. De las cuatro posibles, sólo dos proposiciones favorecen al ateo; y, de estas dos, sólo la última es congruente, aunque exige prueba.
II.
Dios es necesario. Si todo precisara ser explicado, nada sería cierto. Ahora bien, hay algo cierto, luego no todo precisa ser explicado.
Sin embargo, si el universo y no Dios fuera necesario, nada en el mundo precisaría ser explicado, lo que es falso. Ergo el universo es innecesario.
Creer es una cuestión de fe, y tratar de demostrar que no existe se antoja tan peregrino, como aquellos que tratan de demostrar que el amor es sólo química.
ResponderEliminarEs inútil plantear una pregunta filosófica como si fuera científica.
La Humanidad en su conjunto siempre ha tenido consciencia de un Ser superior aunque expresado y concebido de miles de formas diferentes.
Su mismo razonamiento cae en la necesidad de que el Big Bang venga de algún sitio o sea creado. De la nada no surge la materia. Filosóficamente se precisa un primer principio, o ente externo a la materia, que de lugar a la materia misma.
Y ninguna de las dos descarta la existencia de Dios.
Quizás este comentario de Gabriel Albiac añada luz: Dios no juega a los dados.
ResponderEliminarLas creencias son indemostrables, tanto la de creer en Dios como la de creer que no existe. Sin embargo, los ateos postulan su creencia como si la ciencia la apoyara.