El reduccionismo es la tesis según la cual todo puede explicarse por sus partes. Ahora bien, no puede descomponerse un número hasta la unidad, sino que todo número la presupone. La metafísica ha querido trasladar la noción matemática de unidad al ámbito físico, pues la substancia de los escolásticos no es otra cosa. Así, Dios es lo cualitativo universal, y el alma lo cualitativo local.
Es proposición cuantitativa la que describe un agregado divisible compuesto a su vez de partes divisibles. Por ejemplo, “La piedra es pesada” o “El cristal es frágil”. Se trata de un juicio que, cuando es genérico, vale tanto para las partes de su objeto (la mitad de la piedra, un tercio del cristal) como para el conjunto del mismo. Si se tratase de un juicio más preciso, como “La piedra pesa un kilo”, diremos que es de tipo cuantitativo cuando pueda expresarse fraccionadamente o mediante operaciones aritméticas sin desvirtuarse su sentido (v.g., “La piedra pesa el doble de medio kilo”).
Es proposición cualitativa la que describe un hecho indivisible o emite un juicio unitario sobre un hecho. Por ejemplo, “El electrón se mueve en esta dirección” o “El hombre es racional”. En este caso lo que se afirma recae sobre el todo pero no sobre las partes (medio electrón, las neuronas) y no puede descomponerse en términos geométricos.
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Propter Sion non tacebis