Definición I
Llamo causa primera a aquella que, siendo absolutamente simple (sin partes), basta para explicarse a sí misma, y siendo absolutamente necesaria (sin cambios), todos los efectos remiten a ella.
Definición II
Llamo causas segundas a aquellas que, en oposición a la causa primera, no se explican a sí mismas, están sujetas a variación o contingencia, así como a finitud (limitadas por el espacio y el tiempo), y remiten a un ente heterogéneo para justificar su existencia.
Axioma I
La universalidad de las causas se divide en causa primera y causas segundas, tertium non datur.
Axioma II
Todo cuanto existe temporalmente produce un efecto.
Axioma III
Sólo puede predicarse la necesidad de un solo ente.
Axioma IV
Lo infinito en acto todo lo puede. Et contra, lo finito no lo puede todo.
Proposición I
La causa primera sólo puede vincularse a las causas segundas por contenerlas en germen, esto es, intrínsecamente, al modo en que el progenitor se vincula a su progenie.
Demostración
Si el vínculo entre la causa primera y las causas segundas no derivase de la definición de la causa primera como engendradora de las demás, debería atribuirse a una tertia species distinta a la causa primera y a las causas segundas, lo que es absurdo, por el Axioma I.
Proposición II
Todas las causas segundas proceden de la causa primera.
Demostración
Ex definitione, y por la Proposición I.
Proposición III
No hay hiatos en la cadena causal.
Demostración
Dada una serie causal truncada, se hallaría en ella (en la parte ex ante) una causa sin efecto, lo que se rechaza en base al Axioma II. Hallaríase también (en la parte ex post) una causa incausada distinta de la que dio inicio a la primera serie, lo que se niega en virtud de la Definición I y el Axioma III, pues siendo causa primera sería causa necesaria y habría dos causas primeras necesarias. Por tanto, es imposible un hiato en la causalidad, si no es por vía de milagro.
Proposición IV
Nada existe sin causa, salvo la causa primera.
Demostración
Por las Proposiciones II y III, todas las causas segundas proceden de la causa primera, sin hiatos en la cadena causal. Además, todo cuanto, no siendo necesario, existe sin causa carece de razón para existir aquí antes que allí, hoy antes que mañana, de este modo antes que de este otro, etc. Por tanto, existir sin causa conlleva existir de cualquier manera posible. Ahora bien, toda causa incausada, exceptuando la causa primera, es finita. Luego, por el Axioma IV, no lo puede todo ni, en consecuencia, puede existir de cualquier manera posible. Así, toda causa incausada distinta de la causa primera sería finita (por la Definición II) e infinita (por el Axioma IV), lo que es un sinsentido. De donde se sigue que es imposible que haya causas segundas incausadas, que es lo que había que demostrar.
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Propter Sion non tacebis