¿Qué sucede en el cerebro de un profesor y en el de sus alumnos cuando conciben el teorema de Pitágoras? ¿Lo conciben de un modo idéntico en tanto que teorema o cada uno a su manera según su configuración cerebral? Si lo conciben de un modo distinto, no es el mismo teorema; y si lo conciben de un modo idéntico, ¿cómo va a resultar un efecto idéntico de una multiplicidad de causas distintas, dadas las infinitas diferencias entre el cerebro del profesor y el de sus alumnos? Luego la causa de que conciban exactamente lo mismo es el teorema, no sus cerebros. Por consiguiente, el teorema ha obrado en sus cerebros.
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Propter Sion non tacebis