domingo, 7 de mayo de 2023


Santo Tomás recurre a Aristóteles para demostrar la existencia de Dios mediante dos proposiciones.

I. La primera proposición es que todo lo móvil es movido por otro. Puede probarse de distintos modos.

Con Aristóteles:

1) Todo lo móvil cambia.

2) Lo que carece de partes no cambia.

3) Por tanto, todo lo móvil tiene partes.

4) Si algo tiene partes, el reposo de una parte conlleva necesariamente el reposo del todo.

5) Algo cuyo reposo es causado por otro tiene también la causa de su movimiento en otro, por lo que no se mueve primordialmente.

6) Por tanto, todo lo móvil es movido por otro.

O bien:

1) Nada está simultáneamente en acto y en potencia respecto de una misma cosa.

2) Por tanto, todo lo móvil es movido por otro.

O bien, con Plotino:

1) Nada es superior a sí mismo.

2) La causa es superior al efecto.

3) Por tanto, nada es sujeto y objeto de una misma acción.

4) Por tanto, todo lo móvil es movido por otro.

II. La segunda proposición es que en los motores y movidos no es posible proceder indefinidamente. Pruébase:

1) Todo lo móvil tiene partes, luego es un cuerpo.

2) Si un cuerpo mueve a otro ad infinitum, del movimiento de un cuerpo se seguirá el de infinitos cuerpos.

3) Ahora bien, un movimiento infinito no puede darse en un tiempo finito.

4) Por tanto, en los motores y movidos no es posible proceder indefinidamente.

De las dos proposiciones se extrae la conclusión del primer motor inmóvil:

1) Todo lo móvil es movido por otro.

2) En los motores y movidos no es posible proceder indefinidamente.

3) Algo es móvil.

4) Por tanto, se da un primer motor inmóvil, carente de partes y por ende de cuerpo, a quien llamamos Dios.

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Propter Sion non tacebis