miércoles, 26 de julio de 2023


Respecto a este argumento:

Todo lo que carece de comienzo no puede ser dividido.
Todo cuanto es móvil está dividido en una pluralidad de lugares y tiempos.
Por tanto, todo lo que carece de comienzo es inmóvil.

Todo lo que puede ser dividido tiene comienzo.
Todo lo que existe en el espacio y el tiempo es móvil.
Todo cuanto es móvil está dividido en una pluralidad de lugares y tiempos.
Por tanto, todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo.

Dándose sólo dos posibles clases de entidades, a saber, las que tienen y las que no tienen comienzo, se sigue que las entidades que tienen comienzo deben ser causadas por sí mismas o por las entidades que no tienen comienzo. La autocausación es imposible, lo que conlleva que la segunda alternativa es necesariamente verdadera.

Ha de afirmarse, pues, que lo inmóvil es causa eficiente de lo móvil y no sólo su causa final. Tal conclusión, aunque sea experimentalmente incomprensible (que algo mueva algo sin contacto físico y sin moverse), es no obstante clara desde un punto de vista analítico. De este modo, siendo división el movimiento de lo múltiple e indivisión la quietud de lo uno, cabe sostener en contra de Aristóteles que el movimiento procede de la quietud como la multiplicidad procede de lo uno.


Si hubiera que demostrar el panpsiquismo de la monadología, cabría hacerlo del siguiente modo:

Todo obrar deriva del movimiento.
La vida es un obrar.
Por tanto, la vida deriva del movimiento.

Todo lo que deriva de algo preexiste en él.
La vida deriva del movimiento.
Por tanto, la vida preexiste en todo móvil.

La materia es móvil.
La vida preexiste en todo móvil.
Por tanto, la vida preexiste en la materia.

Desde una perspectiva determinista, el porvenir está contenido en el pasado, por lo que todo obrar y existir futuros proceden del obrar y existir pasados. El determinismo aplicado a la biología desemboca en panpsiquismo.

viernes, 21 de julio de 2023

El Argumento de la División Imposible

I.

Mientras que es posible que algo finito en acto sea también infinito en potencia (esto es, un ente con un pasado finito y un futuro infinito), es no obstante imposible que algo infinito en acto sea también finito en acto (esto es, un ente con un pasado infinito y un futuro finito).

Por tanto, algo que ha existido como un todo durante un número infinito de años en el pasado no puede ser dividido en el futuro. De lo contrario la unidad de dicho ser sería infinita en acto y finita en acto, lo que es absurdo.

Por consiguiente, es verdadera la proposición "Lo que no tiene comienzo no puede ser dividido". Su negación es también verdadera: "Lo que tiene comienzo puede ser dividido". Y lo es asimismo su inversa: "Lo que puede ser dividido tiene comienzo".

Establecido lo anterior, presentamos el siguiente silogismo:

1) Todo lo que puede ser dividido tiene comienzo.

2) Todo lo que existe en el espacio y el tiempo es móvil.

3) Todo cuanto es móvil está dividido en una pluralidad de lugares y tiempos.

4) Por tanto, todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo.

Si todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo, el universo tiene comienzo.

Si el universo tiene comienzo, o bien es causado por un ente inespacial e intemporal o bien es causa de sí mismo. Puesto que esto es imposible, dado que nada es antes de sí mismo o mayor que sí mismo, se sigue que aquello es necesario. Luego Dios, creador del universo, existe.

De argüirse que el universo existió inicialmente en una forma inespacial e intemporal para devenir en una forma espacial y temporal, respondemos que, toda vez que en dicho supuesto el universo cesaría de ser inespacial e intemporal, se dividiría en ser y no-ser. Y, al estar dividido, tendría un comienzo.

II.

Platón escribe en el Timeo:

Acerca del universo -o cosmos o si en alguna ocasión se le hubiera dado otro nombre más apropiado, usémoslo- debemos indagar primero, lo que se supone que hay que considerar en primer lugar en toda ocasión: si siempre ha sido, sin comienzo de la generación, o si se generó y tuvo algún inicio. Es generado, pues es visible y tangible y tiene un cuerpo y tales cosas son todas sensibles y lo sensible, captado por la opinión.

Aunque en el diálogo el aserto no queda suficientemente justificado, parece que el razonamiento que subyace es como sigue:

Ser siempre es ser uno, ya que lo que no es siempre está dividido entre el ser y el no ser. Así, el ser que existe siempre tiene un ser infinito y, en la medida en que el infinito no puede ser dividido, pues dividir es limitar, tal ser es indivisible.

Ahora bien, lo que cae bajo los sentidos es divisible, ya que la unidad, al ser inextensa, sólo puede ser inteligida. 

Por tanto, lo que cae bajo los sentidos no es el ser que existe siempre.

El universo cae bajo los sentidos.

Por consiguiente, el universo no es el ser que existe siempre.


domingo, 16 de julio de 2023


Supón un alfabeto con un número infinito de caracteres. Sería correcto decir que, dada la cantidad adecuada de tinta y papel, puede generar infinitos libros distintos. 

Podríamos también asumir que los libros infinitos ya están idealmente impresos en el alfabeto infinito, incluso si aún no se han expresado en tinta y papel. Esto es así dado que la combinación de los caracteres entre sí no añade nada al alfabeto que sea extraño a él, pues contiene en sí mismo todo lo que necesita para producir infinitos libros. Dichos libros no son producidos cuando son expresados mediante la tinta y el papel, al no depender su contenido del medio en que se plasma, sino que su producción resulta de la mera combinación de las letras que lo componen. Y esta producción, al ser ideal, es actual con sólo ser posible, del mismo modo que todos los números son actuales aunque nadie los piense.

Un alfabeto infinito equivale a los infinitos libros contenidos en él. Sin embargo, una cantidad finita de materia no puede equivaler a un número infinito de sucesos derivados de su desarrollo temporal, dado el axioma según el cual lo infinito no puede contenerse en lo finito. Este infinito número de sucesos se dará necesariamente en un tiempo infinito por aplicación del principio de identidad de los indiscernibles, que evita que el tiempo se repita circularmente, y del principio de no contradicción, que impide que algo sea anterior y posterior a sí mismo. Por tanto, puesto que 1) no hay nada externo a la materia que influya en ella y 2) la materia finita puede desarrollarse infinitamente, debe concluirse que 3) la materia finita contiene un desarrollo infinito porque está informada por algo no material, infinito e interno a ella.