viernes, 21 de julio de 2023

El Argumento de la División Imposible

I.

Mientras que es posible que algo finito en acto sea también infinito en potencia (esto es, un ente con un pasado finito y un futuro infinito), es no obstante imposible que algo infinito en acto sea también finito en acto (esto es, un ente con un pasado infinito y un futuro finito).

Por tanto, algo que ha existido como un todo durante un número infinito de años en el pasado no puede ser dividido en el futuro. De lo contrario la unidad de dicho ser sería infinita en acto y finita en acto, lo que es absurdo.

Por consiguiente, es verdadera la proposición "Lo que no tiene comienzo no puede ser dividido". Su negación es también verdadera: "Lo que tiene comienzo puede ser dividido". Y lo es asimismo su inversa: "Lo que puede ser dividido tiene comienzo".

Establecido lo anterior, presentamos el siguiente silogismo:

1) Todo lo que puede ser dividido tiene comienzo.

2) Todo lo que existe en el espacio y el tiempo es móvil.

3) Todo cuanto es móvil está dividido en una pluralidad de lugares y tiempos.

4) Por tanto, todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo.

Si todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo, el universo tiene comienzo.

Si el universo tiene comienzo, o bien es causado por un ente inespacial e intemporal o bien es causa de sí mismo. Puesto que esto es imposible, dado que nada es antes de sí mismo o mayor que sí mismo, se sigue que aquello es necesario. Luego Dios, creador del universo, existe.

De argüirse que el universo existió inicialmente en una forma inespacial e intemporal para devenir en una forma espacial y temporal, respondemos que, toda vez que en dicho supuesto el universo cesaría de ser inespacial e intemporal, se dividiría en ser y no-ser. Y, al estar dividido, tendría un comienzo.

II.

Platón escribe en el Timeo:

Acerca del universo -o cosmos o si en alguna ocasión se le hubiera dado otro nombre más apropiado, usémoslo- debemos indagar primero, lo que se supone que hay que considerar en primer lugar en toda ocasión: si siempre ha sido, sin comienzo de la generación, o si se generó y tuvo algún inicio. Es generado, pues es visible y tangible y tiene un cuerpo y tales cosas son todas sensibles y lo sensible, captado por la opinión.

Aunque en el diálogo el aserto no queda suficientemente justificado, parece que el razonamiento que subyace es como sigue:

Ser siempre es ser uno, ya que lo que no es siempre está dividido entre el ser y el no ser. Así, el ser que existe siempre tiene un ser infinito y, en la medida en que el infinito no puede ser dividido, pues dividir es limitar, tal ser es indivisible.

Ahora bien, lo que cae bajo los sentidos es divisible, ya que la unidad, al ser inextensa, sólo puede ser inteligida. 

Por tanto, lo que cae bajo los sentidos no es el ser que existe siempre.

El universo cae bajo los sentidos.

Por consiguiente, el universo no es el ser que existe siempre.


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