sábado, 1 de enero de 2022


Llull demuestra "a priori" la existencia necesaria de Dios:

El bien y el ser concuerdan y, por tanto, el sumo bien y el sumo ser. Pues, si esto no fuera cierto, su negación sería cierta, esto es: El sumo bien y el sumo no ser concuerdan; y también: El sumo ser y el no sumo bien concuerdan. Por consiguiente, el sumo no ser es un ser (ya que el sumo bien, con el que concuerda, es un ser) y el no sumo bien es el sumo bien (ya que, al concordar con el sumo ser, el no sumo bien debe ser en grado sumo), lo que es contradictorio. Por tanto, se sigue un imposible si el sumo bien y el sumo ser no concuerdan; luego lo contrario es verdadero.

Se ha probado que el sumo bien y el sumo ser concuerdan. Ahora bien, ningún ser es sumo si no es necesario. Por tanto, el sumo bien y el sumo ser son necesarios, y todo bien y todo ser que no sean sumos no son necesarios. Luego Dios es necesario y el universo contingente.

El primer párrafo demuestra que el sumo bien y el sumo ser son uno y son posibles, dado que lo contrario es imposible.

El segundo párrafo demuestra que, además de posibles, son necesarios.

Quien quiera refutar, pruebe:

1) Que "El sumo bien y el sumo ser concuerdan" es una proposición falsa e imposible.

2) Que "Todo lo que es en grado sumo es necesario" es una proposición falsa e imposible.

Por ejemplo, si algo fuera infinitamente extenso (extenso en grado sumo) sería necesario, al carecer de comienzo o fin, de crecimiento o decrecimiento. Por "necesario" entiendo "que existe por sí mismo".

Este axioma sólo aplica a aquello que es positivamente en grado sumo. Por tanto, no aplicaría a lo infinitamente impotente (el sumo no ser), que por ello no es necesariamente existente, sino lo contrario, esto es, necesariamente inexistente.