sábado, 31 de marzo de 2007

Emergiendo la falacia


El lenguaje, dicen, es una propiedad emergente de las letras como el producto lo es de multiplicar y el cociente de dividir. Es falso. En primer lugar, porque en un número están idealmente contenidas todas sus operaciones. En segundo lugar, porque de la nada nada sale. Cuando compones una frase surge algo que no estaba en las letras: un sentido. ¡Pero sólo se pueden componer frases con letras! Mágica operación la que hace aflorar elementos reales -lo que comprendemos- de elementos irreales -lo que no comprendemos.

El engaño está en tomar como unidades primarias a sus eventuales consecuencias. Así, no son las letras las que originan la frase en su globalidad, sino las palabras, cuyo sentido es relativamente independiente de su expresión gramatical (y ello posibilita la traducción). Trasponiendo el ejemplo al caso, no es la materia la verdadera unidad mínima del sujeto que se autopercibe, sino el alma, que aunque debe traducirse en operaciones reales cambiantes a través del cuerpo, es real e idéntica a sí misma.

Algo efectivo como la consciencia no puede depender de un constructo ideal al estilo de la relación de las partes entre ellas. O descomponemos dicha relación en átomos conscientes "ad infinitum", cosa quimérica, o mostramos en qué lugar se da el contacto que produce la consciencia de manera inexplicable. Y de nuevo el paralelismo. Un grupo creciente de letras intentando formar un sentido por su propia virtud jamás conseguiría tal propósito. Pues de la acumulación de grafías no iba a seguirse el orden necesario exigido por los espacios entre palabra y palabra, espacios que no dependen de las letras, sino de la voluntad; y ésta de la razón que le es inmanente, suprágrafa. Por ella puede el hombre actuar sin sujeción absoluta al precipitado de fenómenos que integra su circunstancia.

Caldara medealasta...

3 comentarios:

Tumbaíto dijo...

La nada nadea.

Atilio dijo...

Que enorme cantidad de estupideces dichas con una tan grande cantidad de solemnidad! Es el espiritu de seriedad del que hablaba Nietzsche...
No sabes nada de teoria del lenguaje. No sabes nada de filosofia. No sabes nada de ciencia. Y lo peor es que te debes creer alguien serio y respetable!
Sigue que eres muy gracioso y me encanta leer tus creaciones, por favor.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Atilio, recuerdos a tu padre.