sábado, 31 de marzo de 2007

Emergiendo la falacia


El lenguaje, dicen, es una propiedad emergente de las letras como el producto lo es de multiplicar y el cociente de dividir. Es falso. En primer lugar, porque en un número están idealmente contenidas todas sus operaciones. En segundo lugar, porque de la nada nada sale. Cuando compones una frase surge algo que no estaba en las letras: un sentido. ¡Pero sólo se pueden componer frases con letras! Mágica operación la que hace aflorar elementos reales -lo que comprendemos- de elementos irreales -lo que no comprendemos.

El engaño está en tomar como unidades primarias a sus eventuales consecuencias. Así, no son las letras las que originan la frase en su globalidad, sino las palabras, cuyo sentido es relativamente independiente de su expresión gramatical (y ello posibilita la traducción). Trasponiendo el ejemplo al caso, no es la materia la verdadera unidad mínima del sujeto que se autopercibe, sino el alma, que aunque debe traducirse en operaciones reales cambiantes a través del cuerpo, es real e idéntica a sí misma.

Algo efectivo como la consciencia no puede depender de un constructo ideal al estilo de la relación de las partes entre ellas. O descomponemos dicha relación en átomos conscientes "ad infinitum", cosa quimérica, o mostramos en qué lugar se da el contacto que produce la consciencia de manera inexplicable. Y de nuevo el paralelismo. Un grupo creciente de letras intentando formar un sentido por su propia virtud jamás conseguiría tal propósito. Pues de la acumulación de grafías no iba a seguirse el orden necesario exigido por los espacios entre palabra y palabra, espacios que no dependen de las letras, sino de la voluntad; y ésta de la razón que le es inmanente, suprágrafa. Por ella puede el hombre actuar sin sujeción absoluta al precipitado de fenómenos que integra su circunstancia.

Caldara medealasta...

jueves, 29 de marzo de 2007

Retrológica


El alma está en el cerebro, pero no es el cerebro. Hasta un ateo emergentista me dará la razón en esto, pues él piensa que la consciencia es superior -o al menos distinta- a todo compuesto orgánico necesario para causarla. Creerá con ello que hay efectos mayores que sus causas, o inadecuados a las mismas. Pero a ti te llamará creyente por creer lo contrario: que el alma es por armonía la causa adecuada, y que es mayor que su efecto.

miércoles, 28 de marzo de 2007

La ciencia sabe


Tanto si la ciencia demuestra que Dios no existe como si demuestra su existencia, es un tanto que se apunta la ciencia. Por fortuna, la ciencia sabe que no tiene sentido entrar en esta disputa, pues encontrar evidencias de algo que existe es fácil, pero demostrar que algo no existe es más bien difícil, aun sin ninguna evidencia de su existencia, como es el caso.

Un nick cualquiera


* * *


El ateísmo nada es. Los mayores ateos, los más convencidos, son demasiado perezosos para decidir en su espíritu que Dios no existe; su indolencia llega al punto de volverlos fríos e indiferentes sobre este artículo tan capital, como sobre la naturaleza de su alma o sobre las consecuencias de una religión verdadera. No niegan estas cosas ni las conceden: bástales con no pensar en ellas.

La Bruyère


01 Ouverture.mp3

martes, 27 de marzo de 2007

Esquizofrénico




If you talk to God, you are praying; if God talks to you, you have schizophrenia.

Un talión de ultratumba


Nadie se queja del amor eterno ni de la gloria eterna. Nadie dejaría de tributar estima a un ser querido por haber contemplado la posibilidad de que sobreviviese en otro mundo. "Siempre te querremos" o "no te olvidaremos nunca" son frases que suelen acompañar a los muertos. Amor incondicional.

¿Se trata de ser bonachón o de ser justo? Si lo primero, entonces todos -hasta los peores criminales- merecen ser honrados y recordados por las generaciones. Si lo segundo, habrá que guardar una proporción estricta entre las virtudes del hombre y sus merecimientos póstumos. Pero yo sostengo que hay proporción entre obrar algo de una vez por todas y sufrir sus consecuencias de una vez por todas, suponiendo que se me haya concedido un tiempo razonable para rectificar. Dios concede toda la vida.

Vuelvo, pues, a preguntarme: ¿Debemos comportarnos piadosamente con la memoria de nuestros amigos siempre que nos sea posible? Sin duda. Y lo que es justo para nosotros, a saber, emitir un juicio moral de eterna vigencia en función de arbitrarias simpatías, ¿no lo será para Dios contra los enemigos de la humanidad?

20 Air_ 'Non, Non,...

Síntesis fallida


Valorar más la amistad que el amor es griego. A la inversa es cristiano. Ni lo uno ni lo otro, gay.

No trata de la naturaleza del mal


Pero no estuvo mal.



Nuria

lunes, 26 de marzo de 2007

La religión y el buen humor, según Leibniz


Lord Shaftesbury expone la opinión de que la autoridad limita excesivamente la libertad de criticar, mostrando su deseo de que nada estuviere exento de poder ser sometido a crítica. Por mi parte, me inclino a creer que no comprende en ello los dogmas, y que no negará que ciertas personas son muy dignas de respeto. Ocurre con frecuencia que los dogmas están ligados a esas personas; y cuando los dogmas son ciertos, y encierran verdades muy útiles y de gran alcance, no veo de qué pueda servir la libertad de criticar esas verdades, y ponerlas en duda.

Aún tiene menos razón cuando quiere esté permitido ridiculizarlo todo. Dícese que el ridículo no puede resistir a la razón. Eso sería cierto si los hombres gustasen más de razonar que de reír. Pero el falso ridículo, se dice por añadidura, solamente deslumbrará al vulgo. A lo cual he de alegar que el vulgo es más numeroso de lo que se cree; porque hay infinidad de gente instruida que es vulgo en lo referente al razonamiento. Es frecuente observar que los más razonables se dejan arrastrar por el placer de la risa más de lo conveniente. El hombre muestra indulgencia para con aquello que le proporciona placer, sin que le agrade estudiarlo con rigor; además, no es razonable abandonar al vulgo al error, ni permitir fácilmente que sea deslumbrado por él.

Puede decirse con razón que la gravedad conviene a la impostura; pero lo que no quisiere es que se entendiera que ella le es esencial; no por eso deja de convenirle menos la chacota; todo lo que divierte y desvía la vista del punto de que se trate, sirve para embaucar. Sin embargo, se reconoce que el hombre nunca mostrará gravedad suficiente cuando el asunto de que se trate sea realmente grave o importante; pero al mismo tiempo se tiene la pretensión de que cuando haya lugar a dudar, puede uno permitirse la burla. No todo el mundo sustenta esta misma opinión; hay que decidirse por el partido más seguro y, como no hay que ofender al disfrazado, únicamente podremos ridiculizar aquellas doctrinas cuya falta de solidez esté suficientemente reconocida; además, mientras dudemos, bueno será mostrarnos reservados. Porque creer con Lord Shaftesbury que, para descubrir si una cosa es consistente o no, precisa emplear la piedra de toque del ridículo, y ver si el sujeto es suspicaz o no, no equivale ciertamente a recomendar un medio para cerciorarnos; porque nada existe en el mundo que no pueda ridiculizarse, al menos mediante algo tomado de prestado, que el azar o la costumbre pueden proporcionar. Confucio fue el Sócrates de los chinos; no obstante, los alemanes, lo mismo que los franceses, al oír pronunciar su nombre, tienen que esforzarse para no dar rienda suelta a la risotada, cada uno con referencia a su lengua.

(...)

Hay quien elogia a los antiguos porque toleraban a los visionarios, y por conceder entera libertad a los filósofos para que bromeasen sobre la religión establecida. Pero esos antiguos tenían excusa, pues el paganismo casi no tenía dogmas fijos. Al chancear sobre aquella religión podían decir siempre que la verdadera no sufría nada con ello, y los visionarios podían siempre ponerse a cubierto amparándose en alguna divinidad. Sin embargo, esa tolerancia de los antiguos no dejaba de tener excepciones; Sócrates puede servirnos de ejemplo. Lo notable, por cierto, es que los antiguos no conocieron las guerras de religión, plaga que quedó reservada a épocas posteriores.

Bien dice quien asevera que la coacción es enemiga de la verdad, y que nuestros filósofos y matemáticos serían muy malos si las leyes interviniesen en la regulación de las ciencias. Esto ya se dejó sentir cuando la filosofía aristotélica fue adoptada por la religión y la magistratura; mas cuando se afirma que, para evitar que el ingenio sea desterrado de este mundo, precisa concederle plena libertad, aun para que pueda chancearse, se saca las cosas de quicio. Eso ni es posible ni se debe hacer, sobre todo en los escritos destinados a ver la luz pública y que versan sobre cosas sagradas y reverenciadas; no puede afirmarse destruimos el ingenio a causa de que evitemos tienda al mal.

Buena observación es la que dice que, de haber un tribunal constituido contra la licencia poética, todo el mundo querría ser poeta, y se dedicaría a escribir romances. Hubo en cierta ocasión un papa lo bastante terco que quiso establecer una especie de inquisición contra los poetas, en tiempos en que las bellas letras comenzaron a resurgir; fue Pablo II. Este papa creyó que lo que se proponían era restablecer el paganismo, y sus sospechas fueron objeto de chacota. Lord Shaftesbury no quiere que se trate con seriedad ciertos males, y juzga con razón al declarar que el ridículo es el verdadero medio para curar a las personas atacadas por el mal romántico; pero como los románticos no forman partido, siendo pocos los individuos que lo padecen, no es posible deducir consecuencia; pero no ocurre lo propio en cuanto a los sentimientos religiosos. No obstante, diremos de paso que el caballero Temple creía que Don Quijote perjudicó a su nación, y que al curar a sus compatriotas de su testarudez romántica, llevada hasta la exageración, los condujo al otro extremo, haciéndoles caer en la molicie. No puedo decir si aquel caballero estaba en lo cierto; lo que temo es no ocurriera lo mismo con quien quisiere alejar a la gente de la superstición empleando las burlas, pues creo que, de conseguirlo, caerían en la impiedad.

Lord Shaftesbury continúa diciendo: "Prefiero arriesgar el todo por el todo adhiriéndome a la religión, a procurar librarme de mis escrúpulos haciendo que mi espíritu se preocupe de tonterías". Mas eso no está de conformidad con el deseo de burlarse; pues parece que el lord vuelva ahora sobre sus pasos y se limite al regocijo, puesto que exclama: "Lo único que pretendo es que nos entreguemos al buen humor cuando queramos pensar en la religión". Si el buen humor significa entregarse a sentimientos de gozo, nada hay más razonable.

Lo que sigue es excelente, saber que el buen humor, es decir, el contentamiento o el gozo, es la base más segura de la religión y de la piedad; que este estado de alma nos aleja de la opinión de aquellos [los maniqueos] que creen que el mundo está gobernado por un mal principio, y que casi lo único que puede hacernos caer en el ateísmo es el mal humor; porque el hombre que siente mal humor siempre encuentra algo que alegar contra lo existente en el universo, y tiene tendencia a negar a Dios, o a verse asaltado por los malos pensamientos. "Porque -dice el lord- solamente nuestro mal humor es capaz de atribuir a Dios acritud, soberbia y orgullo". Esto último encierra gran cordura.

(...)

Se cree que si Roma y los paganos se hubieran contentado con poner en ridículo a los protestantes y cristianos, el Cristianismo no hubiera progresado gran cosa, y que no hubiera sobrevenido la Reforma. Quizás se tenga parte de razón; pero es posible que sin el obstáculo del rigor, el Cristianismo y la Reforma hubieren andado su camino mucho antes; además, es difícil determinar estas cuestiones de la ciencia que los teólogos denominan "media", es decir, lo que tal vez hubiere ocurrido en cierto caso dado.

Leibniz


[03] Of old, when ...


Ecuación civilizada


La idea de tolerancia es cristiana, pero su puesta en práctica es burguesa. No es extraño que la Iglesia intolerante sea antiburguesa y la burguesía intolerante anticlerical.

Incapaces


La religión es capaz de lo mejor y de lo peor.

F. Savater


A contrario sensu tenemos que:

1) El ateísmo no es capaz de lo mejor, y

2)
El ateísmo no es capaz de lo peor.

La premisa elíptica, que Fernando no creo que niegue, es "El ateísmo no es una religión".

sábado, 24 de marzo de 2007

Moral inmanente


No hay una distinción inmanente entre placer y dolor. El placer por el placer es como el dolor por el dolor: irracional. El masoquismo es una perversión hedonista, y viceversa.

Si se aduce que el dolor normalmente nos destruye y el placer por lo general nos conserva, respondo que no hay inmanencia en una moral basada en la noción objetiva de "conservarse", la cual no deja de referir a una disciplina externa. Si por otro lado se alega que, a diferencia del dolor, el placer inclina a nuestra satisfacción, contesto que entonces la moral no es inmanente a la pulsión y a la decisión del sujeto, sino dependiente del concepto "satisfacer" y de la totalidad de su campo semántico (equilibrio, paz, etc.), o bien no se distingue en nada del deseo bruto.

La moral es siempre algo por encima de nosotros. Y muy por encima de la pluma de los inmoralistas.

Estimado filólogo


Dudas de que Cristo fuera Dios, dudas de que fuera sabio e incluso dudas de que fuese heterosexual. En cambio, en contra del escepticismo metódico que profesas, asumes que Cristo fue varón, cuando ni siquiera posees pruebas de que tuviese genitales masculinos. Te invito a reconsiderar también este extremo.

No sé qué podría probarte cualquier pasaje bíblico que informase de la virilidad del Mesías. Está, por ejemplo, la descripción de su nacimiento. Tal vez la aceptes por resultar un aserto de poca envergadura, a pesar de ser también el más pobremente documentado. Dirás que no se nos ocurre dudar de la barba de Jesús porque los testimonios escritos de la misma fueran escasos y poco fiables. Vayamos, pues, a lo verosímil, apartadas las fantasías conspirativas. ¿Aceptas que la predicación que se dice de Cristo es íntegramente suya, tanto como su barbaje? Si no lo aceptas, admites o bien que su predicación fue extraordinaria como cuerpo doctrinal íntegro (esto es, superior a las capacidades conocidas del hombre), o bien que todo puede estar falsificado, incluso la sexualidad del Ungido. Pero si lo aceptas es peor, porque tu camarada te revoca la licencia de ateo. ¿Qué es un ateo sin la presuposición de la mentira ajena?

Es ésta una buena exégesis: aplicar la navaja de Ockham al Nuevo Testamento. Así me hice yo católico.

01 - Dixit Dominus...

jueves, 22 de marzo de 2007

Adiós, Kant. Adiós, mecánica kántica


It is undoubtedly true that a color appears to us only when we have a presentation of it. We cannot conclude from this, however, that a color cannot exist without being presented. Only if the state of being presented were contained in the color as one of its elements, as a certain quality and intensity is contained in it, would a color which is not presented imply a contradiction, since a whole without one of its parts is indeed a contradiction. But this is obviously not the case. Otherwise, it would also be absolutely inconceivable how the belief in the real existence of physical phenomena outside our presentation could have, not to say originated, but achieved the most general dissemination, been maintained with the utmost tenacity, and, indeed, even been shared for a long time by the most outstanding thinkers. Bain said: "We can think of a tree as perceived, but not as unperceived. There is a manifest contradiction in the supposition". If what he said were correct, his further conclusions could not be objected to. But it is precisely this which cannot be granted. Bain explains this statement by remarking, "We are required at the same moment to perceive the thing and not to perceive it". It is not correct, however, to say that such a demand is placed upon us, for, in the first place, not every act of thinking is a perception. Secondly, even if this were the case, it would only follow that we can think only of trees that have been perceived by us, but not that we can think only of trees as perceived by us. To taste a piece of white sugar does not mean to taste a piece of sugar as white. The fallacy reveals itself quite clearly in the case of mental phenomena.

(...) It is not correct, therefore, to say that the assumption that there exists a physical phenomenon outside the mind which is just as real as those which we find intentionally in us, implies a contradiction.

F. Brentano


Descubro para mi sorpresa que Brentano ha dado exactamente la misma respuesta al problema que la que ofrecí yo hace dos posts. Creo que voy por el buen camino.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Realidad, flatus voci


Fantástico es una cosa, imaginario es otra. Fantástico es aquello cuya realidad objetiva se finge, como Medusa. Imaginario es lo que carece de realidad substancial, como el color azul del cielo.

Esto es muy interesante. Tenemos que para el materialista lo menos real son las ideas (olvidan aquí que "la existencia no es un predicado") y lo más real son los hechos (que no pueden ser cambiados por las solas ideas, pero sí a la inversa). Los hechos objetivos, substanciales o no. Es decir, lo tal vez aparente. Ahora bien, ¿qué debe tener un hecho objetivo para convertirse en substancial? Una idea, amigos, una idea.

04 Carissimi_ In T...


martes, 20 de marzo de 2007

Arcano


Uno de los mayores interrogantes de toda la historia de la filosofía es, en mi opinión, éste: ¿Existe la cosa en sí?

PS1: Mi respuesta: sí. Lo real distinto de lo perceptible, pues la esencia del ser no es poder ser percibido, sino poder ser pensado (sólo se percibe lo múltiple, sólo se piensa lo unitario). Y en qué cabeza no solipsista cabe que lo real sea impensable.

PS2: La última vuelta de tuerca la da la monadología: lo real es lo pensable-percipiente.

lunes, 19 de marzo de 2007

Zeus materialista


Del siguiente texto de Luciano de Samosata extraigo la filiación entre sofistas, deístas y ateos:

CINISCO.- Esto, Zeus. Y, por las Moiras y el Destino, no me escuches exasperado ni te encolerices conmigo por decirte la verdad con franqueza. Si ello es así, si las Moiras lo dominan todo y nadie podría cambiar nada de cuanto ellas una vez decidieron, ¿por qué razón los hombres os hacemos sacrificios y consagramos hecatombes, invocando que nos alcancen los beneficios de vuestra mano? No veo, en realidad, qué beneficio podemos obtener de esa práctica, si nosotros no podemos lograr librarnos de los males mediante las plegarias ni alcanzar bien alguno de los dioses.

ZEUS.- Sé de dónde proceden tus ingeniosas preguntas: de los malditos sofistas, quienes afirman que nosotros no ejercemos nuestra providencia sobre los hombres. Ellos, ciertamente, formulan tales preguntas por impiedad, intentando apartar también a los demás de los sacrificios y plegarias, como si fueran práctica vulgar; pues dicen que nosotros no nos preocupamos de vuestros problemas, ni siquiera tenemos poder alguno sobre los asuntos de la tierra. Pero no van a pasarlo bien de hablar en ese tono.


Obsérvese cómo acto seguido de la negación de la justicia divina (el orden general de las causas) se pasa al cuestionamiento de toda justicia humanamente pensable (el orden particular de las causas). No hay modo de subordinar la necesidad a la razón, dándose a efectos prácticos un resultado similar al que ofrece Calvino desde el extremo opuesto (el orden general y el particular del espíritu son contradictorios):

CINISCO.- Oigo referir que un tal Minos, un cretense, juzga allí abajo tales cuestiones. Respóndeme, por cierto, a alguna cuestión acerca de él. Dícese que es hijo tuyo.

ZEUS.- ¿Qué tienes que preguntarle, Cinisco?

CINISCO.- ¿A quiénes castiga con mayor frecuencia?

ZEUS.- A los inicuos evidentemente, tales como asesinos y ladrones sacrílegos.

CINISCO.- ¿Y a quiénes envía junto a los héroes?

ZEUS.- A los buenos y piadosos y a quienes han vivido según la virtud.

CINISCO.- ¿Por qué motivo, Zeus?

ZEUS.- Porque éstos son dignos de premio, y aquéllos de castigo.

CINISCO.- Y, si un hombre comete involuntariamente un crimen espantoso, ¿considera justo castigarlo?

ZEUS.- De ninguna manera.

CINISCO.- De igual suerte, si alguien realizara sin pretenderlo una buena acción, tampoco estimaría procedente recompensarlo.

ZEUS.- No, por supuesto.

CINISCO.- En tal caso, Zeus, no debe ni premiar ni castigar a nadie.

ZEUS.- ¿Cómo a nadie?

CINISCO.- Porque los hombres no hacemos nada voluntariamente, sino a instancias de una necesidad inevitable, si es cierto aquello que en un principio aceptaste, que la Moira es causa de todo. Si un hombre mata, ella es la asesina; y, si roba un templo, cumple con lo mandado. En consecuencia, si Minos sentenciara justamente, castigaría al Destino, y no a Sísifo; y a la Moira, y no a Tántalo. Pues ¿qué injusticia han cometido ésos al cumplir órdenes?

ZEUS.- Tampoco mereces una respuesta a semejantes preguntas. Eres un osado y un sofista; y ahora me voy y te abandono.


Todo esfuerzo deviene ineficaz; toda aspiración, inaccesible. El infierno en la Tierra.

05 Le Labyrinthe, ...

Babel


Noble propósito ateo: construir una moral "sin entes imaginarios". Pero ¿hay algo más imaginario que el yo, difuso aglutinante de fenómenos? ¿Cómo podrá ser entonces vuestra moral la que así se defina?

domingo, 18 de marzo de 2007

Entre el autómata y la bestia


La omisión del deber o el incumplimiento de una promesa causan en mayor o menor medida un daño a nuestros semejantes. Por exiguo y escasamente culposo que éste sea, pesa sobre nuestras consciencias como un error. Existen distintas formas de saldarlo. La primera es restituir al ofendido, confesándole nuestra falta. La segunda -cuando la primera sea imposible o desproporcionadamente indecorosa- es la retractación íntima y la renuncia al beneficio. La tercera, en fin, ya a salvo de las normas y de la moral interior, es chasquear los dedos y repetirse el infame refrán castellano:

Ladrón que roba a otro ladrón, cien años tiene de perdón.

Hacerle mal a un malo no puede ser tan grave, si los hombres hemos nacido para herirnos.

En una moral anárquica puede ocurrir casi cualquier cosa, pero aquí el descreído no tiene más remedio que escoger: o en la retractación íntima se apela al perdón de uno mismo (autodisculpa), o se apela al perdón de Dios. Si es al perdón de uno mismo, se está llamando impropiamente "perdón" al simple consuelo, ya que quien debe perdonar es el ofendido o la autoridad en su nombre. Si es al perdón de Dios, se rechaza el ateísmo que se dice profesar.

Ahora bien, visto esto, el ateo sólo puede optar por el primer compromiso (en virtud de un mandato formal autónomo e imprescriptible) o por el tercero, el coloide kármico. No en vano el imperativo categórico es la deuda infinita y exige una restitución total en cualquier caso. Ni una sola mentira, ni un solo silencio quedan, pues, justificados ante esa espartana regla de conducta.

Tremenda disyuntiva: un ateo con sentido del deber es un rigorista que no admite excepciones ni mitigaciones a sus yerros, luego tampoco a los de los demás. Por otro lado, un ateo sin él es un bárbaro y un criminal al acecho. Pero los dos son ateos. Se concluye que ser ateo no es nada que vincule a la moralidad.

Que siga la farsa.

06 Le Bourgeois Ge...

Comunicado


El ateísmo es como el frío, la ausencia de algo, en este caso la ausencia de religiosidad y de sentido. Prolifera en épocas de estupefacción generalizada, mas desaparece cuando las certezas sobre lo que nos rodea sedimentan y pueden interrelacionarse con las restantes ramas del saber. Es lícito decir que el método científico debe su apabullante prestigio social a su extensión práctica y a su carácter independiente en lo teórico, ese no rendir cuentas ante nadie favorecido por el realismo ingenuo. Para mantenerse en su trono y no verse confinado, como correspondería, al desván de la erudición, hoy el hombre de ciencia debe también cambiar constantemente de silla, a fin de que nadie le dispute el asiento.

Estando así las cosas, el drama de los darwinianos es que llevan demasiado tiempo en la palestra y han tenido que aguar su teoría. Qué digo aguar, licuarla en el cuenco de la propaganda. Morir de éxito, lo llamo. Es por ello que la lucha final en este terreno no la librarán biólogos ateos contra biólogos teístas, sino pregoneros contra predicadores.

viernes, 16 de marzo de 2007

El mayor secreto


O alma si supiesses quán suave,
quán regalado es Dios, quán amoroso,
y quán aprisa por molesto, y grave,
tendrías lo que juzgas deleitoso.
El que no le conoce, y que no sabe
quán dulce, quán amable es, y sabroso,
no es mucho, que del mundo la amargura
le engañe con vislumbres de dulçura.

A. Panes


(El ateo, Faetón de la humanidad, ser en contradicción consigo mismo, entre el deseo de trascender y el ridículo de no comprender).

Mon semblable


¿Qué distingue al arte del autoengaño o del misticismo? ¿No cree el gran músico en la armonía eterna, además de considerarse un orfebre del sonido? ¿No creen el gran literato y el gran historiador en la verdad inconmovible de un juicio sobre la humanidad, más allá del mero catálogo burocrático de los hechos? ¿No creen el gran pintor, el gran escultor y el gran arquitecto que la naturaleza es mejorable en términos absolutos y que hay nociones subyacentes en ella que deben glorificarse de forma separada?

Oda a la mierda


Alma mía, recuerda el objeto que vimos
esta mañana hermosa:
al torcer un sendero, una carroña infame
en tierra pedregosa.
Con las piernas al aire, como una mujer lúbrica,
rezumando veneno
entreabría su vientre de una manera cínica,
de emanaciones lleno.
El sol iluminaba aquella podredumbre
para cocerla a punto,
y devolver así a la naturaleza
cuanto le diera junto.
El cielo contemplaba esa inmensa carroña
como malsana flor.
Creíste desmayarte y caer en la hierba,
tan fuerte era su hedor.
Y las moscas zumbaban sobre el pútrido vientre,
en negros batallones,
las larvas se extendían como un líquido denso
por los sucios jirones.
Todo aquello movíase como un negro oleaje
que rompía crujiendo.,
dijérase que el cuerpo, lleno de un viejo soplo,
movíase viviendo.
Todo, en torno, sonaba como una extraña música,
como agua en el sendero
o el grano que, en continuo ritmo , el acechador
revuelve en el harnero.
Se borraban las formas, que eran sólo un recuerdo,
un esbozo iniciado
como cuando el artista, recordando lo visto,
deja el cuadro esbozado.
Por detrás de unas rocas una perra excitada
miraba tercamente,
acechando el momento de lanzarse a su presa
para hincarle su diente.
- ¡Y pensar que tú eres igual que esa carroña,
que esa horrible infección,
estrella de mis ojos, sol de mi noche oscura,
tú, mi ángel, mi pasión!
Sí, tal habrás de ser, ¡oh reina de mis gracias!
tras mis últimos besos,
cuando bajo la hierba florida y lujuriante
se deshagan tus huesos.
¡Entonces, oh mi hermosa, diles a los gusanos
que devoran tus restos,
que yo guardé la forma y la esencia divina
de mis amores descompuestos!

Baudelaire


07.Isis -Je vous a...

Impresionante


Los Simpson y House, obras cumbre del fantasmagórico ingenio ateo. Al otro lado, simples bagatelas: la Biblia, la Eneida, la Divina Comedia, el Paraíso Perdido, la música de Monteverdi, Charpentier o Bach...

Aparte de eso, la serie me parece aburrida, llena de jerga y de trucos confusionistas para mantener la atención, como tantas otras. Esa obsesión pueril y obstinada "pour épater" es realmente enfermiza, bastante más que cualquier cuadro clínico de su estrambótico argumento.

Pero no sufráis, que en algo os parecéis a los creyentes de vuestra caricatura: admiráis lo que no existe. En este caso, a un personaje de ficción paradigma de la egolatría.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Sin fines


Alguien tiene un retrato muy fiel de un amigo que ya murió. Como a este retrato no le faltarán algunas imperfecciones, su poseedor lleva en el corazón otro más fiel aún. Pero supongamos que también quiere tenerlo en la pared. ¿Cómo lograrlo? Se le ocurre la idea de hacer que unos buenos pintores lo reproduzcan mil veces, para elegir entre las nuevas versiones la que más parecido tenga, pese a la primitiva desviación. A su vez, hace que saquen mil versiones distintas de esta réplica, en la esperanza de alcanzar así un retrato perfecto. ¿Conseguirá este hombre su propósito? Evidentemente, esto es lo último que le podría suceder. Con el sistema empleado no logrará otra cosa que ir aumentando la falta de parecido, por muy fiel que fuese el retrato que utilizó como modelo. Siempre cabe que una de las versiones aventaje a las que rivalizan con ella, pero no que supere al retrato inicial.

Si suponemos que en la Naturaleza no acontece lo mismo por imponerse en ella una facilidad de variación hacia lo más perfecto, estamos ya admitiendo un principio complementario enteramente extrínseco al de la teoría darwinista. Y si nos atenemos al punto de vista de ésta, no podemos dar cuenta, como ya señalamos antes, ni de la formación de nuevos órganos, ni del progreso de los que han logrado un alto nivel de perfección.

F. Brentano


Posible objeción: las mutaciones escapan a este esquema reproductivo. Pero sigue siendo difícil de creer que pueda funcionar un sistema de perfeccionamiento donde el factor dinámico es, en general, más dañino que beneficioso a efectos de supervivencia. Según esto, los individuos más dotados serían los menos abundantes, con lo que se extinguirían rápidamente. Véase:

De una población de cien individuos hay diez que mutan. De estos diez, tres tienen una mutación exitosa y los otros siete mueren a causa de ella. La descendencia de los tres afortunados tendrá más posibilidades biológicas de sobrevivir que la de los noventa del resto de la población. Sin embargo, contará con muchas menos posibilidades estadísticas para ello, al ser los mismos inferiores en número y, por tanto, menos capaces de reproducirse.

martes, 13 de marzo de 2007

Por qué actuamos


Todo lo que te afecta produce un cambio en ti. Si esa influencia es exterior, hablamos de pasiones, cuyo efecto se traduce siempre en una disminución de tu capacidad de obrar y pensar. Si es interior, esto es, endógena o inercial, hablamos de acciones, con un efecto diametralmente opuesto al descrito. Por esta razón es imposible actuar sobre uno mismo, y también por ello no resulta válido identificar al sujeto con su cuerpo. Puedo actuar sobre mi cuerpo, pero no sobre mí mismo. Si yo actúo y me padezco, mi capacidad de obrar y pensar aumenta y disminuye simultáneamente en proporción idéntica. Ergo, se queda igual, no cambia.

La materia sin substancia o entelequia es incapaz de expresar la fuerza. Ahora bien, si presuponemos dicho sustrato inmaterial, aunque su relación con lo extenso sea indemostrable, logramos explicar el caso. El cuerpo absorbe la acción, la convierte en pasión para sí y devuelve una nueva acción disminuida (eco de la primera) al alma, que la padece. No hay dualismo: el cuerpo es un parasujeto. Por otro lado, si la relación fuera tan lineal como los materialistas pretenden, no actuaríamos, en tanto que toda acción viene mediatizada por lo corpóreo.

Telemann - 01-[Con...

lunes, 12 de marzo de 2007

Misocalia


Creo que he dado con la enfermedad que provoca el ateísmo, o tal vez sea sólo uno de sus síntomas más notorios: el odio a lo bello, previa contracción egoísta del gusto. El ateo está convencido de que hay siempre algo lúgubre como fundamento último de las cosas. El mundo no es más que un caos disfrazado de orden; el hombre, una fiera adiestrada para ser próspera; la verdad, en fin, el consenso al que esa turbamulta de bestias llega de vez en cuando y por un breve periodo de tiempo.

¡Ah, la belleza decepciona! Pues renunciemos a ella para siempre. Toda la sabiduría realista se agota en esta piojosa máxima schopenhaueriana.

Materialismo a la carta


La tesis de los memes y la de la clase dominante no me parecen compatibles en absoluto. Ésta asume que la religión es superestructura de un proceso histórico y una sublimación de las carencias materiales; aquélla, que es una característica obsoleta no ya de la clase dominada, sino de la especie dominante, que muestra así su aparatosa sobreabundancia de recursos evolutivos. Es decir, la primera depende del fracaso de un grupo de individuos (encargados de proyectar la fantasía consoladora), y la segunda de su éxito. Así, tendríamos que el conjunto de individuos más miserables y peor dotados para la supervivencia es el que guarda una observancia mayor (según Marx) y menor (según Dawkins) de la religión.

Las nubes




(Mi mujer. O cómo una locura neutraliza a otra).

domingo, 11 de marzo de 2007

La moral atea: simplemente no existe


En efecto, si no se presupone ningún valor moral dado "a priori", es decir, si no se presupone ningún valor moral absoluto, no hay ninguna posibilidad de determinar lo que debe ser considerado en todas las circunstancias como bueno o malo, como justo o injusto.

H. Kelsen


PS: De ello no se sigue que los ateos no tengan moral, sino que la que tienen -si es que tienen- no es suya. Al tiempo que la menosprecian, corren tras la ajena.

02 Scène première_...

Fernando:


Leibniz y Kierkegaard están muy próximos a mi parecer. Spinoza y Nietzsche, aunque no fueran cristianos, sí eran religiosos. Hay, pues, algo positivo que los une (el odio al "yo") y no una mera "oposición a". También cito a estos dos últimos para librarlos de la apropiación de su pensamiento por parte del ateísmo.

Dragones de papel


El darwinismo fue otra cosa. No era simplemente que la teoría de la evolución, como la teoría de una Tierra esférica en movimiento, estuviera en conflicto con el literalismo bíblico; no era que la evolución, como la teoría copernicana, negara un lugar central para los humanos; y no era que simplemente la evolución, como la teoría de Newton, proporcionara una explicación no religiosa para los fenómenos naturales que hasta entonces habían parecido como inexplicables sin una intervención divina.

S. Weinberg


Dicen que la ignorancia es la madre de la petulancia. El párrafo del señor citado hace bueno el dicho, aunque en su caso uno llega a pensar que hay carencias culturales queridas, identitarias. Aquí se nos presenta a la religión como un milenario remanso de paz violentamente sacudido por cuatro científicos revoltosos. Tal vez sea así en los libros de historia que escriban los ateos cuando ejerzan la tutela intelectual absoluta que todavía se les escapa. Tal vez, digo, y habrá que resignarse a ello, pues es una cuestión de tiempo. Pero por el momento el consenso más divulgado es otro (obsérvese que adopto el léxico relativista para no ofender a ningún lector).

El cristianismo ha convivido con la persecución y la herejía desde su ya lejano alumbramiento. Las diferencias entre fieles han llegado a ser tan radicales que los mayores intelectos tuvieron que tomar cartas en el asunto, acrisolando los dogmas en definiciones complejas, sofisticadas exégesis y sutilezas lógicas. La reforma conceptual ha sido y sigue siendo una constante histórica de la más racionalista de las confesiones y, por tanto, no hay excepcionalidad ni unilateralidad en la fricción que causa la ortodoxia. Es más, hasta ahora la fe católica no se ha visto obligada a invertir sus postulados, como sí ha hecho más de una vez la ciencia positiva, que a raíz de ello -de la necesidad, virtud- afirma ser humilde por antonomasia. Dado que no han roto el gozne de la verdad, intentan dislocarlo con proteicas metafísicas al son triunfal de la propaganda.

No existen, pues, tales hitos traumáticos, hazañas que la oficina atea inventa para labrarse sus credenciales de perdonavidas.

Odiseas


He enlazado en la columna de la izquierda el blog escasamente actualizado de mi amigo Baalhug. No suelo recomendar material ajeno (salvo que estés muerto y/o seas un grande), pero me ha resultado simpático este escrito. Yo tengo aquí mis propias indagaciones sobre el mal, desde el postoperatorio. Fran las prefiere en carne viva.

viernes, 9 de marzo de 2007

Tratados como meros creyentes


Qué injusticia. Bebamos.

Zelenka - Gloria.m...

Autorretrato en espejo


Hay dos maneras de estudiar la belleza visual: como efecto y como causa. La belleza como efecto depende de la luz, la perspectiva y el estado de ánimo. La belleza como causa, en cambio, todo se lo debe a la proporción y a la armonía.

La historia del arte pictórico encarna ambos paradigmas sucesivamente: en su cumbre (Renacimiento y Barroco), la belleza plasmada es de tipo objetivo, según normas rígidas y áureos cánones, sin más concesiones al espectador que las que permitía una teatralidad retórica. Sin embargo, en su declive estético la pintura se vuelve relativista y reduccionista, encastillándose en lo opinable de la percepción, ya sea la luz (Impresionismo), la perspectiva (Cubismo) o el estado de ánimo (Expresionismo). Tras agotar todos sus corsés, carente ya de esqueleto, la obra se suicida en la abstracción o en la repetición.

Aprendamos de esto.

miércoles, 7 de marzo de 2007

La verdad sólo resulta amarga al mentiroso


Un hecho verdadero puede ser inmoral, pero su narración veraz jamás lo es. Podríamos decir, desmadejando esta tesis, que la verdad pura e independiente de lo fáctico coincide con la moralidad máxima.

Si exaltatus fueris sicut aquila


El alma posee tres facultades o potencias naturales. La primera es la razón, en virtud de la cual el hombre puede distinguir el mal del bien; la segunda es la fuerza resistente de la voluntad, por la que el hombre puede rechazar el mal; la tercera es la fuerza apetitiva de la voluntad, que permite al hombre desear el bien. Las tres están corrompidas desde el nacimiento por tres vicios originales. La razón se corrompe por la ignorancia y, así, el hombre es incapaz de distinguir el bien del mal; la fuerza resistente de la voluntad se corrompe por la ira, de modo que desprecia el bien antes que el mal; la fuerza apetitiva de la voluntad se corrompe por la concupiscencia y, por consiguiente, hace anhelar al hombre el mal en lugar del bien.

(...)

Nos perturba un gran pesar y somos sacudidos por temblores cuando observamos los sufrimientos de nuestros amigos o tememos un peligro inminente para nuestros padres. A menudo somos movidos a tribulaciones más por miedo, pese a estar sanos, que por algún estado mórbido permaneciendo enfermos. El acto voluntario que causa la compasión nos atormenta más que los padecimientos involuntarios. El poeta tiene razón al decir: "El amor es algo cargado de preocupaciones y temores" (Ovidio, Heroidas, 1, 12).

Inocencio III, Papa.

lunes, 5 de marzo de 2007

La monadología es...


... un emergentismo inverso. La extensión y las demás propiedades materiales vendrían a ser fenómenos no reducibles a su sustrato ontológico. De lo simple a lo complejo, y no de lo complejo (la materia, el movimiento) a lo simple (la percepción, la intención).

No somos dualistas


La emergencia hace referencia a aquellas propiedades o procesos de un sistema no reducibles a las propiedades o procesos de sus partes constituyentes. El concepto de emergencia se relaciona estrechamente con los conceptos de autoorganización y superveniencia y se define en oposición a los conceptos de reduccionismo y dualismo.

(...) La emergencia fuerte hace referencia a propiedades independientes de toda observación y con "poderes" causales propios. Se trata de propiedades intrínsecas al sistema y que actúan con los otros constituyentes del mismo de un modo original. La emergencia de la vida a partir de lo inanimado o de la mente a partir del sistema nervioso son los ejemplos clásicos de emergencia fuerte. Así, por ejemplo, se habla de causalidad descendente (downward causation, término acuñado por Donald Campbell en 1974) cuando las propiedades del nivel emergente tienen efectos causales sobre las propiedades o procesos de nivel inferior. (...) A pesar de que el ejemplo característico de Campbell es el de la evolución (una forma de emergencia diacrónica) el uso del concepto de causación descendente se ha extendido en el ámbito de la filosofía de la mente y se usa para hacer referencia al poder causal de propiedades mentales (como la intencionalidad o el deseo) sobre las físicas; p.e. el efecto causal de la intención de mover un objeto (nivel emergente, psicológico o mental) sobre la posición del objeto (nivel inferior, físico).

Gilipedia.

Cinco minutos con Mario


El motivo de la diferencia es éste: las verdades matemáticas dependen solamente de las hipótesis y definiciones que se nos antoje estatuir, mientras que la verdad de los enunciados de hechos depende del mundo, que no es factura nuestra.


No: herejía. Las verdades matemáticas o de razón dependen de la consistencia de los principios, así como las verdades de hecho, aunque éstas no puedan mostrar su conexión de un modo tan claro. Ese solamente iguala lo racional y lo irracional, sin más. Ni lo "a priori" está sujeto a mi sola voluntad, ni lo "a posteriori" resulta completamente ajeno a ella.


un elevado grado de confirmación no garantiza la verdad de una proposición: sólo muestra que ella es plausible.


Si la verdad es lo que se ajusta a la realidad, y dicho ajuste está probado por dicha confirmación, ¿por qué negamos a una tesis así su condición de verdadera? ¿A qué grado de verdad aspira el empirista? ¿A la angélica?


lo cierto es que los científicos procuran verdades, aunque sean aproximadas, y triunfan en la medida en que las encuentran.


Defínase verdades aproximadas y habremos llegado al meollo de la necedad.


PS: ¿Por qué aspirar a la quimérica perfección de la verdad empírica, que no existe, que es siempre perfectible y siempre válida en cualquier grado (luego, nunca es completamente válida), en lugar de optar de buen comienzo por la verdad lógica, eterna y congruente consigo misma?


Biber 1-03 Sonata ...

domingo, 4 de marzo de 2007

Dios - El mundo


Si dos hombres comieran nueces juntos, y a uno no le gustara más que la cáscara y al otro sólo la semilla, debería decirse que se complementan bien. De la misma forma, debe decirse que Dios y el mundo se complementan mutuamente. Lo que el mundo rechaza, descarta, desprecia: los sacrificados, las semillas, justamente a ellos Dios los aprecia infinitamente, los recoge con mayor celo que el mundo a aquellos a los que ama con la mayor pasión.

Kierkegaard


02 Marc-Antoine Ch...

Todo lo que arda


No deja de ser destacable que, mientras que un cristiano no puede contar con todas las opiniones de los de su fe para defender una tesis, el ateo se permite una licencia mucho más amplia. Un blogger traía a colación no hace mucho a Onfray y su consejo de que se optase por Mill a la hora de combatir el cristianismo. Fue una llamada a la coherencia que no vi que el autor del blog secundase, pues para respaldar su postura ha acudido indiferentemente a marxistas (P. Ojea) y a liberales (Dawkins), entre otros. Ni que decir tiene que la base argumental de un materialista dialéctico y la de un positivista tienen poco que ver, a pesar de los enemigos comunes. Sin embargo, integran un mismo batallón contra una supuesta irracionalidad.

Yo me pregunto: ¿es racional obrar así? ¿Es serio? ¿Os imagináis a un católico recurriendo a estribillos creacionistas o adventistas "para mayor abundamiento" contra el nihilismo ateo?

sábado, 3 de marzo de 2007

La fe útil


No hay nada por encima de la lógica, aunque algunos desinformados pongan a la experiencia en ese lugar. No hay nada por encima de la lógica, pero Dios está por debajo.

Dios está por debajo de la lógica es una paráfrasis para decir que Dios es la verdad, esto es, el presupuesto de toda lógica. No nos molestaríamos en usar el método lógico si no creyéramos en la verdad, que no puede ser demostrada por él, puesto que toda conclusión verdadera debe partir de premisas verdaderas (con lo que la regresión es "ad infinitum").

¿No sirve para nada la verdad? Yo creo que sí.

Aclaro el antepenúltimo escrito


1) Para el que sostiene la tesis de la adequatio lo irreal sólo puede ser falso; y lo falso, irreal.

2) Para el que sostiene la tesis materialista lo verdadero, por abstracta que sea su formulación, sólo puede ser real (pues figura en el cerebro de un sujeto particular).

3) "Lo verdadero es real" y "lo irreal es falso" son proposiciones consistentes entre sí.

4) Ahora bien, lo falso es pensable (para el que asume la tesis de la adequatio, lo es tanto como lo verdadero). Y lo pensable es subjetivo.

5) Luego lo falso es real (por el punto 2). Pero ello se contradice con el punto 1. Ergo, la tesis de la adequatio y la materialista son incompatibles.

albinoni concerti ...

viernes, 2 de marzo de 2007

Superposición


No queda tan clara esa relación de opuestos que se acostumbra a dar por buena: materia contra espíritu (si por tal entendemos lo subjetivo). El espíritu está en la materia y la materia es en el espíritu. Hay una relación de lugar y otra de constitución, entrecruzadas ambas, amén de presuponiendo un tercero ordenador. Dicho de otra forma: la materia es múltiple por definición y las mónadas son plurales por consecuencia lógica (al tener lugar, carecen de ubicuidad).

La futilidad del karma


Sucede con frecuencia que, por asuntos relativos al cuerpo, el alma se ensoberbece. Solemos también apartar los ojos del corazón de la fragilidad de nuestro propio cuerpo cuando nos vemos afectados por algo. Algunas personas, amigas del mundo, al ser investidas de dignidades temporales, ocupar puestos más elevados y ver el honor que muchos les tributan con obsequios, desdeñan meditar sobre su propia fragilidad y, cegados por completo, no se dan cuenta de que la vasija de barro que portan puede quebrarse en cualquier momento. Así, se dice que el santo Job se sentó en un estercolero y no en un lugar limpio, para poder considerar a partir de lo que le rodea su propia fragilidad y aumentar ante sus ojos la fuerza del menosprecio de sí. Colocaba su cuerpo en un estercolero para que su ánimo sacara provecho cayendo en la cuenta de que la sustancia de la carne había sido tomada de la tierra. Ponía su cuerpo en un estercolero para comprender a partir del hedor del lugar, que también el cuerpo volvería pronto al hedor.

Mientras el santo Job soporta la pérdida de sus bienes, mientras sufre dolido por la muerte de sus hijos, mientras aguanta tantas heridas, mientra se rasca las llagas con una teja, mientras permanece en un estercolero bañado en basura, conviene preguntarse por qué Dios todopoderoso aflige con tanta crueldad, casi con desprecio, a quienes ha amado con tanto amor desde toda la eternidad.

Considerando las heridas y tormentos del santo Job, me viene de repente a los ojos de la mente la figura de Juan el Bautista y pienso, no sin gran admiración, que ya en el seno materno había sido colmado del espíritu de profecía y, por así decirlo, había renacido incluso antes de nacer. Él era el amigo del Esposo, él era aquel mayor del cual no había surgido ninguno entre los nacidos de mujer, él era el profeta y más que profeta, y, a pesar de todo ello, fue encarcelado, y, por la danza de una jovenzuela, fue decapitado, muriendo en medio de las risas de unos desvergonzados, él, que había sido varón de tanta austeridad. ¿Acaso hubo algo en su vida que debiera ser purificado con una muerte tan execrable? ¿Cometió pecado con el alimento, él, que se alimentaba únicamente con langostas y miel silvestre? ¿Ofendió a Dios con la riqueza de sus vestidos, él, que cubría el cuerpo con pieles de camello? ¿Acaso le pudo ofender con su comportamiento, él, que no abandonó el desierto? ¿Se manchó quizás con la culpa de la locuacidad, él, que por largo tiempo se mantuvo alejado de los hombres? ¿Cuándo pecó con su silencio, él, que increpó con tanta vehemencia a los que se le acercaban, diciéndoles: "Raza de víboras, quién os ha enseñado a huir de la ira inminente"?

¿Por qué, pues, Job recibe la alabanza de Dios y, sin embargo, las llagas lo arrastran hasta un estercolero? ¿Por qué Juan recibe elogios por boca de Dios y, sin embargo, muere por las palabras de un borracho en premio a una danza? ¿Por qué Dios todopoderoso desprecia en este mundo de forma tan cruel a los que ha elegido antes de los siglos de manera tan misericordiosa?

La razón es clara a la piedad de los fieles: Dios trata así a sus elegidos, empujándolos a lo más bajo, porque sabe la recompensa que les espera en las alturas. Los arroja por fuera a lo más despreciable porque los conduce por dentro a bienes inimaginables. Así pues, que cada cual deduzca de lo dicho qué suerte futura espera a los malvados que Dios reprueba si de tal manera atormenta ahora a los que ama, o cómo serán castigados los que reciban la condena en el juicio, si de esta forma prueba la vida de los que -como atestigua el mismo Juez-, reciben ahora la alabanza.

Gregorio Magno


2-11 Venetian Vesp...


PS: Beatus Vir (Claudio Monteverdi. Salmo 112).

Beatus vir qui timet Dominum,
in mandatis eius volet nimis.
Potens in terra erit semen eius,
generatio rectorum benedicetur.

Gloria et divitiae in domo eius,
Et iustitia eius manet in saeculum saeculi.
Exortum est in tenebris lumen rectis,
misericors et miserator et iustus.

Iucundus homo qui miseretur et commodat,
disponet sermones suos,
quia in aeternum non commovebitur.
In memoria aeterna erit iustus,

ab auditione mala non timebit.
Paratum cor eius, sperare in Domino,
confirmatum est cor eius, non timebit,
donec despiciat inimicos suos.

Dispersit, dedit pauperibus;
iustitia eius manet in saeculum saeculi,
cornu eius exaltabitur in gloria.

Peccator videbit et irascetur,
dentibus suis fremet et tabescet.
Desiderium peccatorum peribit.

Gloria Patri, et Filio,
et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc et semper,
et in saecula saeculorum. Amen.

* * *

¡Dichoso es el hombre que teme a Yahveh,
que en sus mandamientos mucho se complace!
Fuerte será en la tierra su estirpe,
bendita la raza de los hombres rectos.

Hacienda y riquezas en su casa,
su justicia por siempre permanece,
En las tinieblas brilla, como luz de los rectos,
tierno, clemente y justo.

Feliz el hombre que se apiada y presta,
y arregla rectamente sus asuntos.
No, no será conmovido jamás,
en memoria eterna permanece el justo;

no tiene que temer noticias malas,
firme es su corazón, en Yahveh confiado.
Seguro está su corazón, no teme:
al fin desafiará a sus adversarios.

Con largueza da a los pobres;
su justicia por siempre permanece,
su frente se levanta con honor.

Lo ve el impío y se enfurece,
rechinando sus dientes, se consume.
El afán de los impíos se pierde.

Gloria al Padre, etc.


Peldaños


1) Defino "todo" como "todo lo pensable".

(Quien niegue este primer punto, demuestre que hay algo que escapa en sentido absoluto al pensamiento: habrá probado la existencia de Dios, con lo que me ahorrará trabajo).

2) Lo real puede pensarse, luego lo real forma parte del todo.

3) Asumo también con el buen Mario, aunque sólo para refutarlo "ad absurdum", la afirmación inversa: lo pensable es real.

(Para el buen Mario no existe ninguna diferencia entre lo pensable y lo pensado, ya que lo pensable, si no es pensado, no es nada).

4) Ergo, todo (es decir, todo lo pensable, por el punto 1) es real.

5) Ahora bien, el sujeto que piensa forma parte del todo-real-pensable.

6) Sólo los sujetos piensan, y no piensan nada que no exista, según su percepción (por el punto 3). No se discute aquí el modo o el género de su existencia.

7) Luego todo lo real-pensable es subjetivo. Si no fuera subjetivo, no sería pensable (por el punto 6).

8) Luego, si -como quieren algunos escolásticos y los ateos- todo lo verdadero ha de coincidir con la realidad, todo lo verdadero-real es subjetivo.

9) Habría, pues, entes irreales y falsos. Pero lo falso, al igual que lo verdadero, es subjetivo.

10) Ahora bien, en la irrealidad no hay nada que distinga lo falso subjetivo de lo verdadero subjetivo.

11) Luego lo verdadero y lo falso son lo mismo.

12) Ergo, dado que todo es subjetivo, todo es verdad; y también, por virtud de esto, su contraria: no todo es verdad.

13) Es decir, no todo es real (por el punto 8). Esto se contradice con el punto 4. Fin de trayecto.

1-01 Monteverdi _ ...