Esto es interesante, sí, pero al fin y al cabo nada más que una
reductio ad simium. Si los hombres fuéramos tan perfectamente racionales como los simios, la humanidad vendría a ser una proyección geométrica, sólo que optimizada, de lo simiesco.
Yo dudo de esta tesis. Y seguiré dudando hasta que me muestren actitudes completamente inútiles y hasta perjudiciales de los simios, pero aun así queridas y comúnmente efectuadas por ellos. Porque un hombre antisocial y un mono antisocial no son magnitudes comparables. Sólo en el hombre lo sociable equivale a lo racional.
Entendemos por actitud sociable aquella que tiende a buscar el mayor beneficio propio por los medios menos lesivos. No hay misterio aquí, ni gato encerrado. Por definición, lo más lesivo para un ser social que vive en sociedad es obrar antisocialmente.
Dicho de otra manera: las posibilidades que un macho dominante tiene de escapar a la venganza de sus congéneres simios son infinitamente mayores que las de cualquier criminal de nuestra especie, incluso en culturas subdesarrolladas y semisalvajes.
Spinoza dejó escrito que el hombre es lo más útil para el hombre. Esto no se aplica a ninguna bestia, cuya utilidad máxima reside en ser fiel al instinto y perfeccionarlo. Da que pensar, por otro lado, que la sociabilidad humana tenga
tanto de instintivo como de contrainstintivo.
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