martes, 19 de junio de 2007

Una sola carne


Algunos pueden encontrar demasiado radical la tesis de que las mujeres carecen de alma. No intento con ello hacerle el juego al patético bulo feminista que acusa a la Edad Media cristiana de andar por esos derroteros. De hecho, las mujeres son humanas, ya que pueden avergonzarse. Pero no tienen alma: viven en una permanente abstracción libidinosa. Como tales, pues, están más cerca de la especie que del individuo. No en vano la naturaleza las ha destinado a asumir el peso de perpetuar aquélla.

Sin embargo, Dios redimió a la mujer dos veces. La primera sometiéndola al hombre y permitiendo que amase algo concreto. (Sólo lo concreto puede someter a lo abstracto. Cuando lo abstracto somete a lo concreto, y ambos resultan contradictorios, se está incurriendo en un error de método, escolástica sexual). La segunda aboliendo la poligamia mediante las palabras de Cristo: "que sean una sola carne".

Ser una sola carne, es decir, un solo cuerpo, implica ser una sola alma, ya que por definición el cuerpo es lo regido por el alma. Si hay dos almas, hay dos cuerpos. Y si hay un alma es que nunca hubo más, a la vista de que las almas ni se mezclan ni se aniquilan entre sí. No me parece muy arriesgado suponer que Cristo sostuvo tal cosa.

De ello también se sigue que la mujer no tiene un cuerpo propio (ya que le falta el alma), sino que es parte de la naturaleza o "res nullius". El cuerpo de la mujer es para quien la tome con más y mejor fuerza. Hoy se les permite consentir, gracias al refinamiento obtenido con su sumisión milenaria en gineceos y harenes. En cualquier otro supuesto resultaría descabellado.

3 comentarios:

Tumbaíto dijo...

Yo siempre me he preguntado por qué los que creen en las almas creen que sólo tenemos una.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Tenemos muchas, pero una tiene que ser la mayor, a la que las demás se subordinan (la mónada dominante en terminología de Leibiz).

Lo que yo me pregunto es por qué motivo los que no creen en el alma se ofenden cuando digo que las mujeres no gastan de eso, o no en un grado apreciable en comparación con el hombre. Ni siquiera afirmo que sean más estúpidas. Pueden ser más inteligentes (aunque nunca geniales) y persistir en esa carencia.

Tumbaíto dijo...

Porque les ofende usted y no la inanimidad femeninda.