De la nada nada sale, y nada va a la nada. Si no hubiera leyes universales como la causalidad, lo enunciado aquí sería falso. Y a la inversa: si esto es falso, la causalidad también.
Sin embargo, lo semejante atrae a lo semejante. La naturaleza es proclive a la agrupación de sus elementos por categorías, lo cual prueba que la causalidad existe y que no es ciega.
Todo ser tiende a perseverar en sí mismo. En tanto que todo ser es semejante a sí mismo y dado que perseverar es un modo de atraer, este principio es un caso particular del anterior.
El ser es, pues, lo que persevera. Cuando algo deja de perseverar, deja de ser. Pero esto es imposible, por lo establecido en primer lugar.
En consecuencia, es eterno todo lo que es. Luego todo lo que se disuelve no es un ser. Ahora bien, la materia se disuelve. Luego, etc.
miércoles, 14 de mayo de 2008
La materia no es un ser
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