domingo, 14 de diciembre de 2008

Lo que no le debemos a Darwin


En general, y con la debida prudencia ante abstracciones tan tajantes, podríamos distinguir dos tradiciones teóricas para enfrentarse a la idea de "alma". Una esencialista y fijista (platónica) y otra gradualista o dialéctica (aristotélica-darwiniana). La teoría esencialista, especialmente en su versión fuerte (animación inmediata), es dominante en la teología cristiana. Una versión más suave (animación progresiva) puede encontrarse en Tomás de Aquino, que se inspira en Aristóteles. Para los esencialistas cristianos el alma es una esencia exterior a la materia, últimamente debida a Dios, más que un proceso de la materia (hoy diríamos: de la neurobiología del cerebro). Esta idea tiene una importancia especial en nuestra cultura, porque a juicio de muchos creyentes la "dignidad" y la moral humana no pueden salvaguardarse sin un fundamento espiritualista y trascendente al cuerpo.


Robredo tergiversa, pues voy a tener la delicadeza de no atribuir ignorancia a un doctorando en filosofía. Uno de los escasísimos distanciamientos de la patrología cristiana respecto a Platón (el Platón canónico, no el Platón fabulado de los gnósticos), que provocó grandes disputas con los por lo demás ortodoxos origenistas, es precisamente el que se refiere a la esencialidad de las almas y a su preexistencia y unión accidental al cuerpo. La Iglesia católica rechazó siempre la pretensión maniquea del alma "caída" y "atrapada", manteniendo en todo momento una antropología unitaria en la que a la salvación del alma se sigue "eo ipso" la del cuerpo.

San Agustín explicitó esta doctrina mediante sus razones seminales, una protomonadología hilemorfista que armoniza los cambios en la materia del organismo con la perduración y conservación idéntica a sí misma de la forma orgánica o alma. Una autoridad como la de San Agustín no es marginal ni despreciable, y sin embargo Robredo no tiene empacho en sostener que el alma cristiana es, en general, "esencialista y fijista". Si bien no me corresponde a mí indicar en qué dirección apunta el vector de la influencia, el Midrash "Bereshith Rabbah" (desde el s. VI) también señala este compromiso y solidaridad del espíritu con la carne. Así, comenta Abravanel:

“Êtres vivants” signifie “possesseurs d’une âme vivante”. Et lorsque nos sages expliquent dans le Midrach Beréchit Rabbah (chap. 16): “Que la terre produise”, [c’est-à-dire] qu’elle faisse sortir una chose qui lui a été confiée en gage depuis le premier jour, cela ne signifie pas, comme je l’ai expliqué, que les choses avaient été créés alors dans leurs particularités, le premier jour, mais seulement qu’elles l’avaient été dans les principes de toute chose, et. D. leur donna leur puissance de produire leurs générations au moment opportun.

(...)

Quant à l’expression “assiah” (fabrication), elle est utilisée au sujet de la forme sensitive, et non “briah” comme pour les poissons, car, ainsi que je l’ai écrit plus haut, cela correspondait alors à la création des premiers êtres recevant la forme sensitive –il s’agissait d’une première création “ex nihilo” et d’une réalité complètement nouvelle. Mais lorsqu’elle est émanée une seconde fois, por les animaux qui sont sur terre, le terme “création” n’est plus employé puisque l’âme vitale n’est plus une réalité nouvelle. C’est pourquoi c’est le terme “assiah” qui est employé ici.


El aristotelismo queda todavía más patente en el fragmento que sigue, donde se pone en relación dicha doctrina con los primeros capítulos del Génesis:

L’homme a été créé en dernier fois pour deux raisons. La première est fonction de l’organisation des formes entre elles qui fait que la première forme s’associe à la seconde en tant que matière, puissance et préparation, alors que la seconde forme délimite et complète la première en tant que forme. Et il en va de même pour la deuxième forme vis-à-vis de la trosième. L’explication de ce phénomène est que les formes de la réalité –les corps- sont anterieurs à la forme végétale, laquelle n’existe qu’une fois l’autre forme posée dans son principe, et que, de même, la forme végétale précède la forme sensible qui devance à son tour la forme intellective. Car la forme antérieure prépare toujours la suivante qui à son tour délimite, complète et distingue celle qui l’a devancée. Et ce qui est délimité est de l’ordre du potentiel, tandis que ce qui limite est de l’ordre de l’agent et de la perfection. C’est pourquoi les êtres vivants sensibles sont dotés de l’âme végétative qui est, par rapport à l’âme sensitive, comme du potentiel et de la matière, et telle est aussi la position de l’âme sensitive par rapport à l’âme intellective. C’est ainsi que, dans la Genèse, les végétaux ont été créés en premier suivis par les animaux, car l’âme végétative prépare à l’âme sensitive, et la forme sensitive a été créé avant la forme intellective, puisque l’âme vitale et sensitive est comme la matière par rapport à l’âme intellective l’ayant précédée dans la création suivant l’ordre de la réalité. L’homme a donc été créé en dernier, étant la fin des existants, et sa forme a été l’ultime et la plus parfaite de toutes les formes. Ces dernières la devancent nécessairement comme la puissance précède l’acte, et la préparation précède la forme. Nos sages ont déjà rendu compte de cette explication en disant (Midrach Beréchit Rabbah, par. 19): “Tout ce qui a été créé en second règne sur le premier”.


El cristianismo tampoco ha confundido nunca la "animación" o automovimiento con la esencia misma del alma, que es la percepción. Un alma no deja de ser mientras percibe, clara o confusamente, no obstante esté desorganizada en sede física y no constituya un individuo según las apariencias.

Visto lo cual, se impone llegar a la conclusión contraria: si el pensamiento científico predarwiniano fue esencialista en alguna medida, lo fue a pesar del cristianismo y no inducido por él.

3 comentarios:

Jesús Beades dijo...

Joseph Ratzinger, en su "Escatología" afirma que "La idea de la inmortalidad del alma se ha de abolir sin contemplaciones como algo que se opone de la manera más radical al pensamiento bíblico".
Rechaza que el alma, desligada del cuerpo, sea un concepto bíblico. Para el cristianismo, quien resucita en primicia es Cristo, y quien está unido a Cristo no morirá nunca. La dicotomía no es alma-cuerpo, sino Cristo-muerte. De hecho, cuando alguien muere, lo que tenemos delante en el velatorio no es, propiamente, un "cuerpo", pues "cuerpo" se refiere a ese todo unitario y animado que somos, que ya no está ahí. La Resurrección no "juntaría" de nuevo el alma y el cuerpo, sino que vendría a ser una nueva creación, y también una recapitulación, una refundación. De ahí la insistencia paulina en la figura de Jesús como nuevo Adán. El hombre nuevo, el de las Bienaventuranzas, el que nace de nuevo como dijo Jesús a Nicodemo. ¿Cómo? No lo sabemos.
Todo el darwinismo que pretende estar "desmitologizando" el cristianismo occidental, no hace más que explicar (cuando lo hace) el proceso creador. Es decir, está describiendo una teoría de cómo lo humano a llegado a ser humano, en su aspecto biológico. Si se da el salto de decir que así es como surge lo trascendente (lo que se ha llamado "alma", utilizando a Platón más que a la Biblia), hemos salido del campo de la ciencia, y se está jugando a filosofar. El misterioso poder creador de Dios sigue siendo misterioso después de Darwin. Quienes tienen más problemas con el darwinismo, al fin y al cabo, son ciertos protestantes (sobre todo americanos). Los católicos no tanto, pues en la propia historia de la Tradición como fuente de la Revelación (no la sola scriptura), está la simiente de un pensamiento simbolista y figurativo, no literalista.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Muy de acuerdo en todo. Decir sólo en favor de los protestantes que la denuncia a propósito de lo acristiano de tales doctrinas espiritualistas también se dio en sus filas. Pienso en Henry Dodwell, que se enfrentó a Clarke sobre este particular.

Héctor Meda dijo...

Dice Jesús Beades:
La Resurrección no "juntaría" de nuevo el alma y el cuerpo, sino que vendría a ser una nueva creación, y también una recapitulación, una refundación

Perdona, ¿qué significa eso? ¿Que el cadáver de alguien volverá al estado anterior al que estaba antes de morirse o que en el cielo lo que existen "cuerpos" diferentes a los que vivieron en la Tierra?

Hasta donde yo sé la dicotomía clásica alma-cuerpo y la naturaleza exacta del alma había monopolizado el pensamiento occidental.