lunes, 15 de octubre de 2007

El mejor de los mundos: la fe del filósofo


El principio de razón suficiente viene a decir:

1) Todo es por una razón (según el axioma: de la nada, nada sale).

2) Todo lo que es tiene más razones para ser que para no ser.

3)
Todo lo que es también es mejor que lo que no es (por el punto 1: al ser más racional, contiene más ser), y, por consiguiente, es lo mejor posible (en base al axioma: lo que contiene más ser es mejor que lo que contiene menos ser), puesto que otras posibilidades ni fueron ni serán.

35 comentarios:

Sursum corda! dijo...

Jeje.

Ninguna prueba mejor de que somos mónadas sincronizadas que el que haya enviado una respuesta con la cita de el mejor de los mundos posibles ahora mismo.

LO que pasa es que nos sincronizaron en oposición de fase. Ya ve.

Sursum corda! dijo...

Lógica parda, díría mi abuela:

"Todo lo que es también es mejor que lo que no es, y, por consiguiente, es lo mejor posible, puesto que otras posibilidades ni fueron ni serán."

Con lo cual, un asesino descuartizador de jovencitas existente es mejor que un médico descubridor de la vacuna contra el SIDA inexistente.

Buena conclusión.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Y la defenderé hasta el fin de mis días. Puedo incluso endurecer el lenguaje que acabas de emplear. Véase: un montón de excrementos existente es mejor que San Pablo inexistente. De ese túmulo de estiércol saldrá tal vez algún día un hombre en cuya descendencia habrá, a buen seguro, un santo. Pero del San Pablo imaginario no obtendremos absolutamente nada, ni siquiera sus deyecciones.

Sursum corda! dijo...

O sea, que algo es mejor que nada. Espere, déjeme pensar: diez palos reales es mejor que ningún palo...

Mmmm... la cosa es que no sé, pero no me cuadra.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Sofismas. Ningún palo es mejor que diez palos porque aquello redunda en una mayor salud de mi cuerpo, al que cautamente has elidido.

Puestos a elegir entre un cuerpo robusto y uno castigado, elijo lo primero. Pero si no puedo elegir, entonces acepto: es mejor la agresión que la inactividad.

Sursum corda! dijo...

No no.

Usted, al afirmar, "cualquier cosa existente es mejor que cualquier cosa inexistente" afirma que es mejor diez palos en sus costillas que ningún palo en sus costillas, cosa que tratándose de sus costillas le aconsejo reconsiderar.

Probablemente lo verá claro en cuestión de palos sobre las costillas y más si son la suyas. Pero cambie palos por volcanes y terremotos:

Diez volcanes y terremotos existentes son mejores que ningún volcán y terremoto.

O diez virus del SIDA y Ebola existentes son mejores que ningún virus.

Lo de que el mundo es el mejor de los posibles es de un optimismo desaforado, amigo mío, y creo que al tratar de rebatírselo sólo le afirmo en su idea. Pero a usted sólo.

simbol dijo...

Sursum

Creo que le diste 10 palos en las costillas a Irich. Pero no te sientas culpable, pues conforme a su proposición, es mejor 10 palos que ninguno.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Creo que ya he contestado a esta objeción. Cuando hablamos de que es mejor ser que no ser, hay que tener en cuenta el valor relativo de los composibles. En un mismo páramo no puedes tener una decena de volcanes activos y una ciudad próspera, porque aquéllos acabarán con ésta. Entonces, entre el ser de la ciudad y el de los volcanes, elijo el primero.

Ahora bien, si se me coloca en la tesitura de elegir entre diez volcanes y nada, por supuesto elegiré los volcanes; o los terremotos; o el virus. De la nada, nada sale. Del caos, en cambio, surgió el universo. Pues, como suele decirse, no hay mal que por bien no venga ni que cien años dure.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Muy gracioso, simbol. Pero ten en cuenta que en el ámbito físico (fenoménico) las cosas no son malas en sí, sino según sea la debilidad de aquello sobre lo que inciden, con lo que cabría plantearse si lo malo es la agresión (que al fin y al cabo es mayor ser) o la indefensión (ausencia de ser). Los golpes en las costillas pueden hacer que ingreses en el hospital; si son en los hombros, quizá te librarán de un dolor de espalda.

Sursum corda! dijo...

"no hay mal que por bien no venga ni que cien años dure."

...ni cuerpo que lo resista, añadía mi abuela, que a estas alturas ya ha quedado caracterizada como una ocurrente.

Podemos culpar a los sicilianos que ponen sus casas cerca del Etna y no a Dios de que se las pueda arrasar la lava. Pero las enfermedades miserables no son evitables cambiando de un valle a otro y la viruela se llevó miles de vidas, o la poliomielitis, que dejó a miles de niños paralizados, o tantas otras.

Y el crimen y la injusticia flagrante.

¡Si era el mejor de los mundos posibles imaginen que no se esmera!

Daniel Vicente Carrillo dijo...

¿Puedes garantizar que modificando la estructura genética humana con tal de hacerla invulnerable a las enfermedades que has enumerado (y a infinitas otras, cabría añadir) nuestra especie podría haber evolucionado con normalidad hasta el estado actual o, si acaso, hasta uno superior?

Te recuerdo que sin muerte no hay selección natural, y que todo es un continuo. Si el hombre es invulnerable sin fisuras, igualmente podrían serlo los animales de los que desciende. Digamos que la invulnerabilidad es completa. ¿Dónde queda entonces el depredador y dónde la presa? ¿Dónde el mejor adaptado? Por salvar a unos niños has condenado a la humanidad entera a no salir del estado unicelular y a permanecer así en la noche de los tiempos. En tu mejor mundo posible.

simbol dijo...

Apartando el error de que sin muerte no hay seleción natural, que ocurre por varias razones (variación, replicación, drifting..), pero no por muerte, tu argumento es perfectamente compatible con el ateismo. Este es el mejor mundo que podemos tener coforme a las leyese de la naturaleza, y an si fuera peor si los homes admitiera que dios no existe, aun sería mejor tener que no tener el tiempo que la naturaleza nos ha dado para que vivamos. Lo guardaré en el polvorín para cuando sea necesario.

Sursum corda! dijo...

¡Pero hombre!

Ahora resulta que la Evolución es la demostración de la Creación del mejor mundo posible.

Hay evolución precisamente porque no hay un plan preconcebido sino adaptaciones a un entorno.

El argumento es como el de un mago que nos dijera: soy capaz de provocar que en un dado tirado al azar salga el número que deseo. Y cuando tiramos el dado afirma haber deseado que saliera el cinco, el dos o el tres, pero nunca nos dice por adelantado qué número va a salir el próximo o dentro de tres tiradas.

Eso es todo.

No nos predice nada concreto pero todo lo que pueda pasar está de acuerdo con la tesis. Entonces ¿qué podría no estarlo? ¿Qué hay que pueda diferenciar esa tesis del mero recuento de hechos sin relación?

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Simbol:

¿Qué objeto tiene la adaptación al medio cuando se es inmortal?

Este es el mejor mundo que podemos tener coforme a las leyes de la naturaleza

Mientras no definas qué es "mejor", todo quedará en una tautología.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Sursum:

Ahora resulta que la Evolución es la demostración de la Creación del mejor mundo posible.

Nunca dije tal cosa. La evolución demuestra que la imperfección es aprovechable y no forzosamente definitiva. Abre dos niveles dialécticos: individuo-medio e individuo-generación. Gracias a ella sabemos que no puede tocarse un eslabón sin afectar directamente a toda la cadena.

Y es que el optimismo inquebrantable ante el mal no es un impío sobreañadido del panzudo burgués Leibniz, sino que está en el Evangelio. Así, como el propio filósofo se encarga de recordarnos, figuran las palabras de Jesús anunciando en parábola que el grano de trigo tiene que caer en la tierra y pudrirse para dar fruto.


Hay evolución precisamente porque no hay un plan preconcebido sino adaptaciones a un entorno.

"O Dios interviene en las leyes de la naturaleza o no hay Dios". Éste es un dilema (newtoniano) que no acepto.

simbol dijo...

"Simbol:

"¿Qué objeto tiene la adaptación al medio cuando se es inmortal?"

Ninguna. Pero la inmortalidad no ocurre.

Te concedo sinembargo, que tu presentación no justificaba mi observación en lo relativo a la selección. Simplemente interpreté (mal) que decías que la muerte influía en el proceso de seleción.

Te debo una.

Sursum corda! dijo...

La muerte.

Si de lo que se trata en la evolución es de la supervivencia, ¿por qué morimos? ¿Mueren las bacterias y los demás seres unicelulares que se reproducen por división?

Es frecuente encerrarse en paradojas al plantearse los problemas de forma equivocada. La vida continúa si se reproduce y se amplía; Basta ver que si hay un ser vivo que no se reproduce y otros sí, al cabo de un tiempo los que se reproducen se apropiarán de los recursos.

Y en la reproducción se trata de ocupar más espacio que el de los otros con la estrategia más eficaz para ese fin. En un medio altamente variable lo útil es dejar muchos intentos diferentes, es decir, muchos descendientes genéticamente diferenciados y ése es el motivo de la reproducción sexual en la que existe la recombinación de genes entre los cromosomas de cada pareja.

Ahora bien, la duración de la vida está en razón de lo ventajoso que sean los genes que la favorecen y esta claro que en un ambiente altamente variable no es adaptativo ser longevo sino reproducirse a toda prisa. si un proceso de selección no elimina los genes del deterioro con la edad o no favorece los que evitan tal deterioro, podemos protestar como individuos pero la Evolución simplemente no tiene en cuenta nuestras lamentaciones.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

La muerte es una buena aliada de la vida... en el mejor de los mundos.

Fernando G. Toledo dijo...

Si todo es por una razón, ¿cuál es la razón de que exista Dios? Si hay algo que pueda existir sin una razón, ¿por qué debe ser Dios y no el mundo (o más amplio: la realidad, el ser, la materia)?
Advertencia: si la respuesta es que "Dios es la razón", también puede aplicarse a "la materia".

El mejor de los mundos posibles es un mundo sin dioses.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

La respuesta, en efecto, es que Dios es la razón, y la razón no tiene razón allende de ella misma. Llamar a la materia "la razón", además de extravagante, es engañoso, pues con "materia" nos referimos en abstracto a una multitud de acontecimientos al margen de cualquier punto de vista y, por tanto, de cualquier razón. Ahora bien, si con ello quisiéramos aludir a todos los puntos de vista o razones comprendidos en el universo, entonces hablaríamos de "razones" en plural, no de razón. E incluso cabría objetar que hay razones no existentes e inmateriales, sea porque son pasadas, sea porque resultan hipotéticas. Sólo Dios, razón de razones, nos saca del apuro.

Gengis Kant dijo...

Estimado irich, creo que usted ha metido dos principios dentro de uno:

- El de razón, que afirma que toda esencia (no importa si meramente posible o realizada) tiene su razón de ser (sea en el orden de la mera posibilidad o en el de la posibilidad realizada).

- El del lo mejor, que afirma que, de todos los mundos posibles, ha sido realizado el que tenía las mejores razones (lo que no significa, como un objetor suyo cree, que sea el mejor por ser real sino que es real por ser el mejor).

Un cordial saludo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Hola, Gengis, cuánto tiempo.

No hace falta postular un principio de lo mejor para explicar esto: que lo más racional ocurre porque es lo mejor, y que lo mejor ocurre porque hay Dios. Digamos que ello se sigue de la propia definición de lo mejor, que aquí se identifica con lo más racional.

A todo esto, puede que haya habido una pequeña confusión por tu parte. Cuando Leibniz habla del "principio de lo mejor" se refiere a aquel por el que operan los seres libres, que es, como dije en otro comentario, una mezcla de tres variables: los principios subjetivos, la percepción y -como efecto distorsionador- la pasibilidad. Así, para obrar lo mejor no basta con conocerlo (como erróneamente opinan las morales socráticas) y tener una percepción distinta de nuestra circunstancia, sino que también es preciso obrar bajo influencia de la gracia, que evita que las dos variables anteriores se oscurezcan.

Fernando G. Toledo dijo...

Pues hablemos de razones: todo es por una razón, pero ello no exige que cada cosa remita a una única razón. Dios sólo nos mete, no nos saca de ningún apuro.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Puedes multiplicar las razones, pero si das un término a esa multiplicación (es decir, si no multiplicas al infinito), y no introduces vacío o fenómenos sin causa, ni discurres en círculo, hallarás que los antecedentes tienden a la simplicidad y a la unidad, que debe presuponerse en grado absoluto aunque jamás se encuentre.

Atilio dijo...

Si en el ámbito físico, como tu dices, todo es fenómeno, como tu dices, y ello no es ni bueno ni malo, como tu dices, la frase "este es el mejor de los mundos" que tu dices, no tiene sentido. Y toda la conversacion se cae.
También muestras un escepticismo patológico a los avances científicos poniendo en duda que una eventual cura de alguna enfermedad maligna traiga consigo consecuencias nefastas. como principio esta errado pues la historia y la experiencia muestran que el avance científico trae beneficios. Esto también esta en contradicción con la frase inicial. Los creyentes encuentran todo tipo de razón para explicar que este mundo es una mierda, así como la vida, y que lo bueno debe existir en otro lado. Al mismo tiempo afirman sin problemas que este es el mejor de los mundos. No seria errado si la afirmación se refiriese solamente al carácter factico y verdadero del mundo. Pero la calificación "mejor" que deviene de la creación divina carece de sentido.
Es un claro ejemplo de especulación bizantina.

Gengis Kant dijo...

El principio de lo mejor no puede ser subsumido en el de razón suficiente, o determinante. Éste rige el orden de las esencias; aquél, el de las existencias. El de razón invita a investigar por qué, en cada mundo posible, las esencias son como son; el de lo mejor, a buscar la razón de que, de todos los posibles, sea este mundo el que existe.

Emilio Cervantes dijo...

Irich,

¿Es posible que demasiada filosofía pueda corromper el lenguaje y el entendimiento?, o ¿tal vez que haya yo leído demasiado rápido todos los comentarios?

Lo que es no es que sea mejor que lo que no es, sino que es. Lo que no es, no es ni mejor ni peor que nada, simplemente no es. No siendo no merece consideración, de bueno ni malo, de mejor ni peor.

Sursum corda! dijo...

Si a cualquiera nos preguntaran qué prefiero: un millón de euros o cinco, cualquiera diría que los cinco. Y lo contrario si son palos y no euros.

La relación es cualitativa y la existencia no tiene que ver, salvo en el refrán pragmatista "más vale pájaro en mano que ciento volando".

Por eso, si Dios se pudo decidir por un mundo entre infinitos posibles antes de crearlos, para Leibniz tiene sentido que escogiera con el único criterio racional posible: escoger el mejor mundo posible. pero no es mejor por ser real sino que es real por ser mejor cualitativamente.

Así, no se nos dice que sin enfermedad el mundo sería peor porque la enfermedad sea mejor que la no enfermedad, sino que un mundo sin enfermedad debe ser peor si Dios escogió uno con enfermedad por lo anterior.

Pero, evidentemente, eso no puede ser un argumento aparte de que Dios exista y que tenga una infinidad de mundos diferentes y posible sapra crear y que, como Leibniz, se admita que los seres sólo son diferentes si son cualitativamente diferentes.

Pero nada de eso es evidente ni está probado.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Sursum:

Tomar datos aisladamente para denunciar la obra inmensa de Dios no deja de ser algo petulante. Leibniz ponía el ejemplo de Alfonso X, quien, en base a las concepciones de Ptolomeo, dijo que, de haber podido asesorar él mismo a Dios, éste habría hecho un universo más ordenado. El tiempo demostró que se precipitaba, pues en efecto el universo era más ordenado, siendo su percepción del mismo la responsable de distorsionarlo.

Sería bueno que, como un nuevo Alfonso X, nos señalaras cómo podría ordenarse mejor este universo.

Sursum corda! dijo...

¿Y por qué habría de hacer tal cosa?

Mi argumento no es que Dios lo hizo mal y que yo lo haría mejor sino que sólo vemos los hechos, que parecen ir, por lo que respecta a la naturaleza, al azar y sin propósito, y no hay necesidad de postular un ordenador sobrenatural pues no hay más que un orden natural, es decir, derivado de las leyes físicas y sin tener en cuenta la existencia del ser humano.

La respuesta a esto de Leibniz es que el mal que aparece es el mejor de los bienes posibles, pero visto sin perspectiva. Y eso sí me parece petulante ya que niega un azar evidente y postula un orden no evidente y que no explica nada en el sentido que tiene "explicación", es decir, reducción de una multiplicidad de hechos a unos pocos conocidos.

Cualquier cosa se deduciría de esa idea, pues Leibniz nos diría lo mismo nos fuera bien, mal o regular.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Reproduzco un argumento que concebí hace tres años sobre este asunto, y que figura en mi web de teología:

I.

Problema:

¿Es racional suponer que el desorden engendra orden? Sólo me lo pregunto, ni afirmo ni niego.

Antes deberíamos aclarar qué entendemos por "orden" y por "desorden".

Definición 1:

Llamo unidad a aquello que cuenta con un movimiento propio.

Demostración de la proposición implícita:

La disparidad de movimientos prueba que la unidad existe. De lo contrario, la misma cosa podría moverse en sentidos opuestos a la vez, lo que es absurdo.

Corolario:

Se objetará que dos cosas distintas pueden moverse a la par. Sin embargo, su dirección no será idéntica, o serán la misma cosa. Podemos hablar de tantas "cosas" como direcciones haya.

Definición 2:

El movimiento es la sucesión de la unidad.

Axioma:

Resulta evidente que el orden implica multiplicidad. La unidad por sí sola no puede estar ni ordenada ni desordenada, ya que carece de lugar relativo. Lo mismo puede decirse del movimiento, que conlleva multiplicidad.

Entonces, el orden vendría a ser aquello que da coherencia al movimiento. La unidad no es ni ordenada ni desordenada, pero al moverse presupone un lugar en la multiplicidad, pues no hay movimiento en el vacío.

Proposición 1:

El movimiento es un accidente.

Demostración:

Digamos que la unidad se mueve (o es movida) en un entorno múltiple. La identidad consigo misma hace que en cada estado del movimiento sea ella y no otra la que se desplaza. Esto es, el cambio la afecta de un modo accidental, no substancial.

Proposición 2:

El orden puede predicarse como una característica de cierto tipo de movimiento.

Demostración:

Si con el movimiento la unidad perdiera la identidad, no existiría movimiento propiamente dicho, sino sucesión de lo múltiple.

Proposición 3:

Llamo orden a la posibilidad que tiene lo uno de ser en el todo sin confundirse con el todo. Dicha posibilidad sólo la ofrece el movimiento (como principio de individuación), y en particular el movimiento ordenado.

Demostración:

Por las proposiciones 1 y 2.

Proposición 4:

Toda noción de orden lleva consigo la de unidad real.

Demostración:

Por la proposición 3.

Proposición 5:

Es imposible que el orden proceda de lo desordenado.

Demostración:

Si "proceder" nos obliga a tener en cuenta el movimiento, no es concebible que un movimiento desordenado genere un movimiento ordenado (por la Proposición 3). No obstante, toda noción de orden presupone una unidad real (por la Proposición 4), ergo implica necesariamente algo anterior al movimiento que en sí no es ordenado ni desordenado, sino ordenador. Hablo de Dios.

Amalia Pedemonte dijo...

Muy buen espacio, ya te linkée justamente a propósito de este post que me pareció preciso en su formulación, así como otros posts del blog (últimamente valoro la síntesis por sobre todo)...

Lo que es es mejor de lo que no es, pero también lo que no es participa de lo que es , por una especie de condensación maniqueísta , diríamos...
De manera que las posibilidades que ni fueron ni serán de alguna manera también son : "La posibilidad es un acto en potencia"..

Buenaventura y enhorabuena por el Blog ,

Aquileana :)

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Hola, Amalia. Gracias por todo. ¿Puedo saber dónde me enlazaste?

Daniel Vicente Carrillo dijo...

¡Ah, Aquileana! Buen blog, lo he descubierto hoy.

Emilio Cervantes dijo...

Ese "azar evidente" que apasiona a los darwinistas y que siempre está en el primer término de sus ecuaciones mentales es su vaca sagrada. Intocable e indiscutible.

Sin embargo, para la Filosofía y para la Ciencia, para ambas el azar debe quedar relegado al último término con la intención de ir reduciéndolo y acotándolo en la medida de lo posible. Porque la Ciencia es la herramienta de la que el filósofo dispone para acotar ese azar.

El azar es aquello a cuyo conocimiento hemos venido renunciado. Lo que, temporalmente, hemos decidido que no nos pertenece. Y, sin embargo, podemos acercarnos a él, limitarlo. Ver la forma que encierra ese pedazo de mármol del que, profesionalmente unos o con fe otros, vamos quitando cascotes.