No matéis al mensajero. No es condenable que se designe a una raza humana como estadísticamente menos inteligente que otra. Sí lo es el creer que un mayor grado de inteligencia nos hace más humanos; que la humanidad depende de algo gradual y potencial como las luces, el dolor o la apariencia antropomorfa.
domingo, 21 de octubre de 2007
De lo que se siembra
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8 comentarios:
Lo que le reprochan a Watson es que afirme que los negros son estadísticamente menos inteligentes que los blancos, no que diga que son menos humanos.
¿Y qué si resultase ser cierto? Si la noticia fuera que las mujeres son más inteligentes que los hombres, ¿acaso los feministas no harían bandera de ello sin que nadie las señalase?
Y lo hacen y nadie las señala.
Con frecuencia aparece una noticia sobre que las chicas son más competentes en los estudios.
Eso suponiendo que los estudios sean un test de inteligencia válido, exhaustivo y universal. Mucho suponer. Pero, en fin, no cabe duda de que hay sectores de la población menos inteligentes que otros, y que en ello se dan condicionantes biológicos, no sólo de entorno.
Un ejemplo innegable serían los disminuidos psíquicos. Imagino que los mismos que se escandalizan porque alguien constata -sea cierto o no- que los negros son menos inteligentes que nosotros verán con buenos ojos las prácticas eugenésicas consistentes en abortar cuando se detecta el síndrome de Down. La incomodidad que manifiestan es simétrica: que los que tienen los mismos derechos no sean inferiores; que los que son inferiores no tengan los mismos derechos (mejor dicho: ningún derecho).
En efecto, ése es su argumento: el feto No es persona y, por tanto, No es sujeto de derechos, que es en lo que consiste la igualdad política o legal.
Algo que yo siempre he rechazado (ver post "Sobre el origen del hombre", en octubre).
A Watson ya se le echó encima la opinión pública cuando dijo entender que una mujer quisiera abortar en el caso de que gracias a un hipotético test pudiera saberse que el hijo fuera a ser homosexual. No te quepa la menor duda de que nadie esgrimió en su defensa lo de que el feto no es persona.
Un diez por esa apreciación, Shankara.
Al margen: a ver si me inspiro y escribo algo, que la fiscalidad me amodorra.
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