martes, 23 de septiembre de 2008

Nada que conservar


Todo esto, CLD, es cierto, y sin embargo el darwinismo ideológico fomenta también -y con más razón- el nihilismo progresista que está en la raíz de todas las subversiones irreligiosas. No hay que pasar por alto que la visión darwiniana (necesariamente reduccionista por una cuestión de método) da por demostrados los siguientes puntos:

1) Que la moral carece de fundamentos absolutos, estando sus preceptos en función de la presión selectiva. Ello implica destruir cualquier atisbo de derecho natural, el cual, si bien tiene en cuenta las características de la especie (que integrarían la ética), lo hace tomando como base al individuo (la moral de las decisiones autónomas y responsables). Así pues, nada impide que un darwinista no condene el infanticidio de manera universal amparándose en Malthus, como ya hemos tenido ocasión de comprobar. Es más, no sólo se invierte este orden natural de medios a fines en el que la sociedad sirve al hombre, sino que se vacía de contenido a la especie misma, que en adelante deja de ser un bloque homogéneo y un marco de referencia para convertirse en un corte epistemológico arbitrario en un momento de la evolución.

2) Que los comportamientos complejos son el resultado de acumulaciones insensibles de facultades que resultaron exitosas para la supervivencia de las generaciones anteriores. El papel de la inteligencia y la libertad queda, pues, subordinado al del instinto y la inercia. Se incurre en una suerte de zooantropía axiomática por la que se niega que haya rasgos verdaderamente humanos, es decir, cualidades que no sean una ampliación o modificación de otras que puedan rastrearse etológicamente. La traducción jurídica de este modo analógico y aproblemático de entender nuestra condición pasa por conceder derechos a los animales e, inevitablemente, animalizar los derechos de los hombres, tomando como valores en sí principios sensibles (el dolor) o relativos (la empatía).

3) Que la sociedad organizada según un común consenso carece de objetivos últimos fuera de perseverar en sí misma. Esto es, que en el hecho mismo de conservarse encuentra el cuerpo social su razón de ser y mayor perfección, y no en los ideales de la justicia, la belleza o la verdad, simples abstracciones provincianas, ficciones útiles y espejismos al cabo. Lo cual impide o dificulta grandemente que podamos aspirar a una humanidad unida por principios intangibles que no sea, por tanto, de continuo arrojada a la guerra por el control de los recursos.



Dicho esto, tampoco yo creo que los nazis estuvieran especialmente inducidos por Darwin para obrar del modo en que lo hicieron. Sí es notable, en cambio, la influencia de Nietzsche en ellos, quien pese a ser crítico con las teorías sociológicas ingenuas que encontraban apoyo en la selección natural, se dejó impresionar por las consecuencias ateleológicas y "vitalistas" de una fuerza que atraviesa todas las formas de vida de la naturaleza, infinitamente plástica, cruel e implacable a la que llamó voluntad de poder.

12 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

A Nietzsche le caían muy mal los alemanes, tanto, que para hacerlo compatible con las ideas nazis su hermana tuvo que falsificar su obra.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Sí, Nietzsche, más allá de cierta rudeza luterana, tenía poco de alemán. Todos sus manierismos estilísticos y preocupaciones existenciales son más bien los propios de un francófilo. Huelga decir que nada me mueve a calumniarlo atribuyéndole maldades ajenas y póstumas. No creo, en suma, que sea responsable de nada en particular, ya que era alguien muy presto a contradecirse y a jugar con el significado profundo de las palabras. Pero precisamente por esto -por ahuyentar de sí la responsabilidad filosófica y moral y reducirla a "máscara"- quepa atribuirle una influencia decisiva en muchas corrientes ideológicas dañinas. Su alineación metafísica con Sade o la proclamación de "la inocencia del devenir", así como el propósito de "calmar la consciencia a los malvados" han de considerarse algo más que anécdotas o licencias literarias.

Gregorio Luri dijo...

Tienes razón, Irich, Nietzsche abandona a sus lectores en el laberinto y no les enseña ninguna salida a la salud que él tanto proclama. Por eso mismo, en mi humilde parecer, hay que leer insistentemente a Nietzsche... pero con una mirada postnietzscheana.

Abulafia dijo...

La idea de Malthus asociada a la selección natural forma parte de una concepción caducada de la evolución.

Hoy en dia, los recursos del medio limitados y la subsiguiente diezma de individuos no es la clave del asunto. La clave es la reproducción diferencial y llevar las crías hasta la edad adulta. Es necesario actualizar conceptos.

La teoría de la evolución darwiniana es una teoría científica que se cumple, se falsea y resiste. Todas estas interpretaciones que haces no tienen nada que ver con el darwinismo. El darwinismo no se mete con el "derecho natural" y todas esas pajas mentales. Simplemente explica el mecanismo de la evolución. No pretende establecer ningún tipo de sociedad ni nada por el estilo, eso lo hacen los que manipulan la idea y los que juegan a filósofos.
El darwinismo social es un truño y casi siempre demuestra una incomprensión total o parcial de la teoría de la evolución. Por qué todo el mundo se piensa que comprende perfectamente los hallazgos de Darwin y que conocen a fondo la teoría? Es más difícil de lo que parece, chicos, hay muchos biólogos que patinan continuamente. Acusáis al darwinismo de cosas que no hace, porque lo desconocéis profundamente.

Entonces es cuando se leen paranoias como esta "Que la moral carece de fundamentos absolutos, estando sus preceptos en función de la presión selectiva." Dios mio, pobre Darwin...

Dejando la teoría de la evolución de lado: la moral carece de fundamentos absolutos? Pus claro, coño, quien puede dotar de significado absoluto un concepto sociedad/histórico dependiente como la moral? Aparte del autor de este blog, claro ;)

Por cierto, te cansaste pronto del debate...

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Abulafia, las ideas tienen consecuencias. El darwinismo no se limita a estudiar la evolución de las especies, así como el marxismo no se conformó con el escrutinio de las relaciones de producción. Extender la hipótesis de la selección natural al ámbito de la cultura entraña, según mi modo de ver, las consecuencias filosóficas que he señalado.

No es ningún secreto que mi especialidad no es la biología, ni lo pretendo. Pero, como dije, aquí me interesan sólo las implicaciones morales de una teoría cuya enunciación general es bastante simple, motivo éste de donde proviene su éxito y aceptación más allá del ámbito científico especialista.

Mi crítica es ésta: si el darwinismo fuese cierto en todos sus campos de aplicación, no habríamos abandonado el estado de naturaleza de manera definitiva, ni siquiera provisionalmente. En lugar de habernos elevado por encima de la necesidad que impulsa a los seres irracionales, estaríamos si cabe más hundidos en ella, en un entorno en el que toda decisión escaparía a nuestro control racional y donde no habría más opciones que seguir el curso natural o violentarlo en nuestro perjuicio. Mosterincito Robredo nos lo recuerda día sí y día también con su desprecio dogmático por las que él llama utopías, donde habría que encuadrar también los derechos humanos más básicos (no en vano he indicado el paralelismo de esta actitud con la nietzscheana del "ocaso de los ídolos"). Sin embargo, la mera inmoralidad de una tesis no determina que sea errónea. Ahora bien, en la medida en que opinas que la moral carece de contenidos objetivos, deberías haber llegado a la conclusión de que toda interpretación moral de un fenómeno es falsa (Nietzsche de nuevo), y no sólo aquellas que "acusan al darwinismo".

No me he cansado del anterior debate; me alegra comprobar que tú tampoco. Aprovechando que has tenido la gentileza de mencionarme en tu blog, responderé allí mismo cuando encuentre un momento.

Abulafia dijo...

"si el darwinismo fuese cierto en todos sus campos de aplicación".

Este es el problema, describir el mecanismo de le evolución de la vida observando y modelizando lo hechos no significa que la teoría se pueda "aplicar" a lo que nos dé la gana. El darwinismo si se limita a estudiar la evolución, lo demàs son analogías más o menos afortunadas.

"no habríamos abandonado el estado de naturaleza de manera definitiva, ni siquiera provisionalmente"

Cómo íbamos a abandonar el estado de naturaleza? De qué demonios estamos hablando? La metáfora medieval de la ascensión que usas te impide ver que en realidad la razón si tiene un papel importante, pero que si lo desvinculas de las emociones y sentimientos, el resultado es alguien incapaz de vivir.

El darwinismo no tiene implicaciones morales, la moral se puede tratar exactamente igual si hemos evolucionado "lamarkianamente" o "darwinianamente" o como sea.

Lo que me toca la fibra es que no se haga bien la distinción entre lo que dice el darwinismo de verdad y lo que son juegos mentales más o menos ingeniosos con la idea. Hay que marcar la diferencia entre lo que dice la teoría y lo que es inventado.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Con "abandonar el estado de naturaleza" me refiero a obrar según principios racionales, esto es, de conveniencia social, donde nuestro interés y el de los demás quede equilibrado. Es el objetivo de la justicia, para cuya consecución es preciso haber superado mediante el rechazo en el fuero interno el estadio hobbesiano del hombre, o en su defecto confiar al poder estatal la facultad de decisión moral de cada individuo (la unidad pagana entre política y religión).

Ahora bien, según el darwinismo ese equilibrio no se alcanza por la decisión libre (es decir, moralmente), sino que se fija en las coordenadas de la herencia genética y/o el éxito social de una serie de estrategias. Como ya hiciera Mandeville, se señala que los vicios privados juegan un papel decisivo en la prosperidad pública y que, en resumen, se da una desconexión total entre la moral y la virtud. Sade argumentó de manera similar al hablar del crimen como engendrador de fortuna para el colectivo (en línea con Maquiavelo: "audaces fortuna iuvat") y de la piedad y contención como causas de la desventura individual.

Por último, aceptado un mínimo denominador común, el darwinismo es lo que los darwinistas digan, ¿no crees?

Pepe dijo...

Lo que le toca la fibra.

El darwinismo es aquello que afirman los darwinistas: la memética, el darwinismo social y tantos caminos abiertos por darwinistas. Una receta tan genial para explicar la vida no puede sino ampliar su poder explicativo, pero el contenido informativo del darwinismo puede resumirse así: La ciencia nos enseña que una bacteria puede llegar a ser un elefante o una almeja aprovechando algunos errores y variaciones aleatorias que se producen en la copia del genoma y siendo apta y adaptada durante el trayecto o seguir siendo una bacteria por los siglos de los siglos si tiene pocos errores.

Abulafia dijo...

Mira, no te ofendas Pepe, pero vas un poco flojo de conocimientos sobre el tema. Queda claro en tu blog y quedó claro en nuestra breve discusión. Eres un creacionista sin demasiada imaginación. No voy a discutir contigo, te faltan datos y no quieres aprenderlos aunque los tengas delante. Prefiero discutir con Irichc por que por lo menos sus teorías, aunque alejadas de la realidad, tienen cierta coherencia interna y son un buen ejercicio intelectual. Lo tuyo es demasiado cutre y absurdo.

Abulafia dijo...

Irchc, el concepto de libertad lo hemos inventado nosotros, y no está mal. El darwinismo biológico no niega la capacidad de decidir ni la capacidad de obrar segun un ideal, ni la capacidad de reprimir instintos socialmente inaceptables como ir matando y violando por la calle. Si eso es ser libre y por lo tanto moral el darwinismo biológico evidentemente no es un obstáculo por el simple hecho de que en la naturaleza se da. Se da particularmente en nosotros y en menor grado en otras especies(bonobos, etc).

La moral cristiana se ayuda de obrar "Como si". Es muy importante el "como si". Relativistas morales como Kant te hablan de obrar como si el alma existiera, o Dios o el Mundo. No necesitan que estas entidades existan. Los ateos obran igual que los creientes, etc. Son palabras para conceptos que emergen en la sociedad. Conceptos necesariamente basados en nuestra naturaleza, y rastreables a lo largo de nuestra linea evolutiva (Neandertales, erectus, ergaster, etc).

Pepe dijo...

No me ofendo porque me llamen absurdo, ignorante y cutre. Mostrar no solo la miseria moral sino la intelectual del darwinismo tiene estos riesgos si se toca la fibra, pero no recuerdo haber discutido con ningún abulafia

Abulafia dijo...

El discurso del màrtir creacionista està muy trillado.

Era Dodger en la discusión.