jueves, 13 de diciembre de 2007

¿Somos libres? (II)




Al menos hasta donde sé las soluciones de un sistema físico no están acotadas en el tiempo y sin embargo una solución es necesaria para ciertas condiciones iniciales impuestas.


Si lo que quieres decir es que, dadas unas leyes físicas en determinadas condiciones espaciotemporales, aquéllas se cumplen necesariamente, estoy en desacuerdo. Dado que las leyes no son necesarias (pues para serlo requerirían ellas mismas de causas necesitantes), todavía menos lo será lo regulado por ellas.

Sostener que el cumplimiento de las leyes es necesario, si bien ni las leyes ni lo regulado por ellas lo son, es falaz también. Esta forma de razonar se ha venido conociendo con el nombre de sofisma perezoso, y no es más que el suponer que porque algo ha ocurrido tenía que ocurrir. ¿Cuál es el error? La falsa inferencia o "petitio principii" de que de la determinación se sigue la necesitación, como si la previsibilidad de algo restara espontaneidad al devenir.


¿Podrías también explicar porque (en un sistema físico) ser causado no equivale a ser necesario? no se me ocurre nada que teniendo causa no sea necesario como consecuencia.


Ya lo he dicho. Lo necesario es lo que tiene validez con independencia de las circunstancias. Si eliminas la separación entre lo necesario, lo contingente y lo posible, todo lo que existe y hasta todo lo que puede concebirse se convertirá en necesario. Habrás de reconocer, entonces, aunque no sabrás probarlo, que todo lo inexistente es imposible.

Necesario es aquello cuya inexistencia entraña contradicción lógica.

Contingente es aquello que existe o existirá según una razón, pero sin que su inexistencia vulnere las leyes del pensamiento.

Posible es, por último, lo que no repugna a la razón pero carece de razón para existir.

En estas coordenadas, lo que llamo espontáneo es lo contingente cuya razón de ser es él mismo (las almas o mónadas). Hasta que no se demuestre que lo espontáneo es imposible, no podrá afirmarse que de la existencia de cualquier mundo se sigue que no haya en él albedrío.

A mayor abundamiento explico los dos principios citados:

Principio de razón suficiente: Dado que algo es y nada se opone a su existencia, tiene que seguir existiendo en el tiempo. Así, basta con que algo sea para que persevere, ya que su ser es la razón de su infinito perseverar.

Principio de razón necesaria: Dado que algo es pensable, tiene que alcanzar la existencia. O bien, dado que algo es pensado, existe.

La razón suficiente, al retrotraerse a una infinidad de casos pasados, nunca nos dice por qué algo es antes que nada, sino por qué algo es de una manera antes que de otra.

La razón necesaria -con mayores matices de los que he mostrado aquí- es el argumento ontológico.

De la mezcla espuria de ambas surge el sofisma perezoso.


Supongo que el problema que planteas es de tipo filosófico (científicamente no entiendo la pega, vamos, que no le veo problema).


Redefiniendo los términos nunca hay problema. Los positivistas apelaban a la disolución de determinadas incógnitas que, según ellos, no debían ser resueltas, por absurdas. Es por este motivo que me gustaría que se me señalara dónde he sido absurdo o superfluo y, por tanto, anticientífico.

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