Por si alguien no se había dado cuenta, este blog es un homenaje a los señores aquí retratados, a mi juicio los dos genios más perdurables que ha dado Europa. Pude haber titulado este espacio de la misma forma que el presente post, pero me pareció poco apropiado. Finalmente preferí sacrificar la claridad al decoro.
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Hace 4 horas
7 comentarios:
Todo el honor que haga falta a Leibniz. Pero si el aporte de Agustín no es más que una preambula fidei, evitemos llamarle "filosófico" a su aporte. ¿Es algo más?
La fe cristiana no es como las tablas de Moisés, a las que basta leer para entender. Exige construir y desentrañar muchos significados e implicaciones ocultas. A Agustín le debemos la doctrina sobre la gracia (o de la imposibilidad de ser bueno por tus propias fuerzas), entre otras muchas cosas.
"Doctrina sobre la gracia". Si ése es su mayor aporte llamémosle esforzado apólogo, no filósofo.
¿Qué sabes de ella?
Podría hacer de cuenta que sé tanto como para que tu conocimiento de ella, que es mucho mayor, nos permite a ambos sacar a Agustín de entre los filósofos.
"Podrías", quise decir.
Si lo sacamos de ahí, que sea para ponerlo más alto. Pocas doctrinas como ésta han sido tan transversales en la historia de la moral, que es una parte de la filosofía. También está la influencia de San Agustín en la teoría del conocimiento (Descartes, Husserl) y en las bases ontológicas del racionalismo, que son lo que Agustín llamó "iluminación divina", una crítica a la adequatio peripatética.
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