sábado, 25 de marzo de 2023


Éste es el argumento hercúleo:

El todo tiene una causa o ninguna. Si no tiene causa, no hay un regreso infinito en el orden causal. Si tiene causa, la causa forma o no forma parte del todo. Si forma parte del todo, la causa del todo es superior e inferior al todo. Si no forma parte del todo, el todo no es el todo. Por tanto, el todo no tiene causa y no hay un regreso infinito en el orden causal.

Sin embargo, es una contradicción pretender que la suma de todas las causas es acausal, pues se compone de causas, como lo sería decir que la suma de todos los colores es acromática. Para que el todo no tenga causa debe ser más que la suma de todas las causas. Debe ser la conjunción de lo causado y lo incausado, es decir, de lo real y lo verdadero.

Si el todo es acausal a causa de lo verdadero, lo verdadero forma parte del orden causal del todo como causante incausado. Asimismo, si lo verdadero obra como causa en lo real, lo real es isomorfo a lo verdadero, ya que todas las causas forman parte de una misma cadena. Por lo que es tan cierto que la realidad tiene las propiedades de la verdad, a saber, la congruencia interna, como que la verdad tiene las de la realidad, esto es, la autoconservación y la capacidad de afectar a otros.

De la negación del regreso infinito en las relaciones de dependencia se sigue que la primera verdad es también la causa primera. En otras palabras: si existe una verdad que no procede de ninguna otra verdad, de ella proceden no sólo todas las verdades, sino también toda la realidad.


1) Todo lo que es real está en el espacio y el tiempo. 

2) Todo lo que es real tiene una causa. 

3) El todo (la suma de todas las entidades) no tiene causa. 

4) Por lo tanto, el todo (la suma de todas las entidades) no es real. 

5) Por lo tanto, el todo (la suma de todas las entidades) no está en el espacio en el tiempo. Lo cual es absurdo, ya que la suma de todas las entidades comprende a las que están en el espacio y en el tiempo.

Como la conclusión del punto 5 es absurda, debemos inferir que o no todo lo que es real tiene una causa (si suponemos que el todo es real y no tiene causa) o que el todo es causado por algo que no es el todo (lo cual es nuevamente absurdo) o que el todo es causado por sí mismo (lo que implica el sinsentido de que el todo es superior a sí mismo, partiendo de la premisa de que la causa es superior a su efecto). 

Por tanto, la única conclusión válida sería que no todo lo que es real tiene una causa, ya que algo dentro de la realidad no tendría causa. Esto refuerza la tesis de que la realidad (que es causada) es un subconjunto de la verdad (que no es causada), habida cuenta que la causalidad en lo real no tiene excepciones.

He mostrado que no podemos defender que el todo no es un ente que requiere una causa y al mismo tiempo afirmar que todo lo que es real tiene una causa. Así pues, debe repararse en que la objeción a mi argumento según la cual el todo puede no ser una entidad que requiera una causa es contraproducente si quiere demostrarse que podría haber un regreso infinito en la causalidad. Porque, si este es el caso, entonces no hay un regreso infinito en la causalidad.

Y puesto que también he probado que la autocausación del todo es imposible (ya que sería superior a sí mismo), ninguna de las posibles objeciones a mi argumento se sostiene, por lo que resulta victorioso e irrefutable. En consecuencia, debemos afirmar que no hay un regreso infinito en la causalidad.


martes, 21 de marzo de 2023


En el reino de las ideas:

Todos los números dependen de 1, ya que todos pueden reducirse a la unidad mientras que la unidad no puede reducirse más. Así, puede haber un progreso infinito de números por adición, pero no puede haber un retroceso infinito de números por sustracción. Si hubiera una regresión infinita de números por sustracción, tendríamos que admitir que las unidades están hechas de multiplicidades y las multiplicidades de unidades, lo cual es absurdo.

Si todos los números pueden reducirse a la unidad excepto 1, entonces todos los números dependen de la unidad excepto 1. Por lo tanto, no se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia de los números.

En el reino de las causas:

Proposición: El efecto es inferior a su causa.

Demostración:

Toda causa genera un efecto igual, superior o inferior a ella.

1. El efecto no es igual a la causa.

Prueba: Dos productores iguales crean productos iguales. De modo que si una causa B, siendo distinta de su consecuente C, fuera igual a su antecedente A, estaríamos ante dos productores iguales, A y B, creando dos productos desiguales, B y C respectivamente. Pero esto es imposible. Por lo tanto, el efecto no es igual a la causa.

2. El efecto no es superior a la causa.

Prueba: Todo lo que está en el efecto procede de la causa, ya que no procede de sí mismo (puesto que es efecto) ni de la nada (que carece de todo y, por tanto, también de potencia). Todo lo que está en la causa no procede del efecto. Por lo tanto, el efecto no es superior a la causa.

3. El efecto es inferior a la causa.

Prueba: Dado que el efecto no es ni igual ni superior a la causa, se sigue que es inferior. A contrario sensu, debemos concluir que la causa es superior al efecto.

Luego, por reducción al absurdo:

1) Todo tiene una causa (= se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia de las causas).

2) El todo (la suma de todas las entidades) tiene una causa.

3) La causa es superior al efecto.

4) Cualquier parte es inferior al todo (es decir, menos inclusiva, menos representativa y menos general).

5) Si la causa del todo perteneciera al todo como a su parte, sería superior e inferior al todo, lo cual es absurdo. De lo contrario, la causa del todo estaría limitada por algo posterior a él, lo que implica que sería ilimitada (y en consecuencia no una parte del todo) antes de producir su efecto.

6) Luego la causa del todo no pertenece al todo como a su parte.

7) Por tanto, el todo no es todo, lo cual es absurdo.

8) Por tanto, la primera premisa según la cual todo tiene una causa es falsa. Por consiguiente, no se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia de las causas.

sábado, 18 de marzo de 2023


A continuación presento una versión abreviada del argumento ontológico expuesto anteriormente:

1) No se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia (axioma).

2) Toda verdad distinta de la verdad absoluta depende de una verdad absoluta que es el principio de no contradicción (en base a la proposición 1).

3) Todo lo real es verdadero (axioma).

4) Todo lo real depende de una verdad absoluta (en base a las proposiciones 2 y 3).

5) No hay dependencia de la verdad absoluta respecto a las demás verdades, ni éstas pueden ser causa de aquélla (en base a las proposiciones 2 y 4).

6) La verdad absoluta no pertenece al conjunto de los entes reales (en base a las proposiciones 4 y 5).

7) Todo lo existente obra y todo lo obrante existe (axioma).

8) Depender de un ente es ser cambiado por dicho ente (axioma).

9) La realidad es cambiada por la verdad absoluta (en base a las proposiciones 2, 4 y 8).

10) La verdad absoluta no es cambiada por la realidad (en base a las proposiciones 5 y 8).

11) La verdad absoluta, siendo independiente de lo real y límite de lo limitado, es ilimitada (en base a las proposiciones 1, 2, 6, 9 y 10).

12) Si cualquier verdad existe limitadamente, entonces la verdad absoluta existe ilimitadamente (en base a las proposiciones 7, 8 y 11).

13) Si alguna entidad existe ilimitadamente, tal entidad no es defectuosa y tiene todas las perfecciones. Por lo tanto, tal entidad es Dios.

martes, 14 de marzo de 2023


1) Todo cuanto es inteligible tiene ser o no es nada en absoluto. Si no es nada, no puede ser causado por nuestra mente ni producir efecto alguno en ella. Ahora bien, lo inteligible ya es causado por nuestra mente, ya produce en ella un efecto, o ambas. Por tanto, todo cuanto es inteligible tiene ser.

2) Todo ser es por sí mismo o es por otro.

3) Ningún ser que sea por sí mismo puede pasar a ser por otro, ni viceversa.

4) El principio de no contradicción es inteligible. Por tanto, tiene ser y éste es por sí mismo o por otro.

5) Si el principio de no contradicción tiene el ser por otro, no se conserva por sí mismo. Supóngase por hipótesis que es conservado por la materia. Si la proposición "La materia conserva el principio de no contradicción" es verdadera, lo es porque su contraria es falsa, es decir, es verdadera en virtud del principio de no contradicción. Y si es siempre verdadera, será verdadera incluso si no existe la materia, lo que la convierte en falsa, toda vez que si fuera verdadera en presencia y en ausencia de materia y, en una palabra, fuera verdadera siempre, el principio en el que se sustenta sería necesario y no dejaría de conservarse aun cuando la materia no existiera. 

6) No siendo siempre verdadera, la proposición "El principio de no contradicción no puede conservarse sin materia" o bien será contingentemente verdadera en presencia de materia o bien será falsa en cualquier escenario. Si es verdadera contingentemente, esto es, según el devenir, el principio de no contradicción podrá ser por sí mismo cuando no hay materia y ser por otro cuando hay materia. Pero, por el axioma del punto 3, se ha concluido que esto es imposible. Luego la proposición "El principio de no contradicción no puede conservarse sin materia" es siempre falsa.

7) Todo lo que se conserva obra y todo lo que obra existe. 

8) Si el principio de no contradicción puede autoconservarse sin materia, entonces obra y, por tanto, existe un ser inmaterial e ilimitado. Esto es así ya que no está limitado por el espacio y el tiempo, al no recibir el ser de la materia, ni por ningún otro ser, al constituirse en fundamento de lo inteligible. 

9) Como no puede haber dos seres ilimitados, dado que se limitarían entre sí, se sigue que la materia y el universo material son limitados, habida cuenta que un ser ilimitado debe necesariamente limitar a un ser limitado. 

10) Si la materia y el universo material son limitados y el principio de no contradicción es ilimitado, entonces un ser inmaterial ilimitado limita y penetra a todos los seres materiales. Lo cual es tanto como decir que lo real es un subconjunto de lo verdadero.

lunes, 13 de marzo de 2023


Las ideas abstractas actúan sin energeia, como un teorema en las mentes de quienes lo captan. Que el mundo está lleno de logos es una concepción griega, no mía. Heráclito dijo:

- Que el logos existe desde siempre.
- Que todas las cosas vienen a la existencia según este logos.
- Que el logos todo lo gobierna.
- Que el logos es lo que es común y lo que une.

En la participación platónica lo real toma parte en lo eterno, recibiendo de las formas separadas sus características estables. Pues bien, donde hay un recibir hay un dar, y donde hay un dar hay un obrar. No hablo de una participación en puros nombres, como los malvados en la maldad o los perros en la caninidad, sino de la coagulación de lo real en su sustrato racional objetivo, representado por los números.




Si el principio de no contradicción existiera seguiría siendo ilimitado, ya que existir en mi terminología no equivale a ser en el espacio y en el tiempo (llamo a eso ser real), siendo así que es un sinónimo directo de obrar. Y dado que 1) tal principio indudablemente obra, pues se conserva a sí mismo y da valor de verdad a todas las proposiciones verdaderas, que a su vez están en la esencia de todo lo real, y 2) obrar es un predicado, se sigue que 3) existir es un predicado y que 4) el principio de no contradicción existe.

 

No es verdad que "cualquier cosa que obre, incluso en nuestra mente, hace parte de un plano material". Y, si crees que es verdadero, debes hacer un mínimo esfuerzo de demostración.

El dilema que has de resolver es muy sencillo: puesto que el principio de no contradicción no deriva de ninguna verdad, o bien el principio de no contradicción se conserva a sí mismo o bien es conservado por el pensamiento material de los cerebros que lo conciben. Si concluyes que se conserva a sí mismo, habrás admitido que existe un obrar inmaterial, ya que el principio de no contradicción carece de cuerpo. Si, por el contrario, afirmas que es conservado por cerebros, te basarás en la siguiente proposición universal: "Todo lo verdadero es procesado por cerebros". Si esta proposición es universalmente verdadera, lo será también en ausencia de cerebros que la procesen, por lo que será verdadera y falsa cuando no haya cerebros (¿te suena la paradoja del mentiroso?). Y si no es universalmente verdadera, es una verdad contingente y debe excluirse en ella el término "todo". Por tanto, se formularía del siguiente modo: "Algo verdadero es procesado por cerebros". Este aserto es completamente insustancial, porque incluso las verdades "a posteriori" son verdad aunque no capten la atención de ningún ser racional o sensible, como el ruido del árbol que cae cuando nadie está allí para escucharlo.

domingo, 12 de marzo de 2023


Supongamos que el principio de no contradicción puede ser contradicho. Eso sería absurdo.

Supongamos asimismo que el principio de no contradicción deriva de otra verdad. Tal verdad debe ser verdadera, es decir, no contradictoria. Por tanto, dependerá del principio de no contradicción, por lo que es falso que el principio de no contradicción derive de otra verdad.

La conclusión es que el principio de no contradicción no es contradicho por nada ni derivado de nada. En consecuencia, carece absolutamente de límites.

Todo lo que no es autocontradictorio, si carece absolutamente de límites, no puede limitarse al reino de lo no existente.

Por tanto, si el principio de no contradicción carece absolutamente de límites, debemos identificarlo con una entidad que existe necesariamente.

Todo lo defectuoso es limitado.

Por tanto, todo lo que carece absolutamente de límites y existe necesariamente también existe perfectamente.

Por tanto, el principio de no contradicción existe necesaria y perfectamente.

Si fuera posible la existencia de dos o más seres perfectos, éstos se limitarían o se incrementarían el uno al otro. Si se limitan mutuamente, no carecen absolutamente de límites ni, por este motivo, son perfectos. Si se incrementan mutuamente, no existen perfectamente, lo que también va contra la premisa. Síguese que no es posible la existencia de dos o más seres perfectos.  

Por tanto, todo lo que existe necesaria y perfectamente existe singularmente.

Por Dios se entiende el ser que existe necesaria y perfectamente.

Si el principio de no contradicción y Dios existieran necesaria y perfectamente siendo distintos, no existirían singularmente, lo que hemos concluido ser imposible.

Por tanto, el principio de no contradicción y Dios son uno y el mismo ser.

Por tanto, Dios existe necesaria y perfectamente.

sábado, 11 de marzo de 2023


a) Toda verdad remite a otra. De lo contrario, el límite de la verdad sería una no-verdad, en la que aquélla encontraría su comienzo y su fin. Lo falso engendraría a lo verdadero, y lo verdadero a lo falso. 

b) Las verdades, pues, sean cuales sean, nos conducen mediante un encadenamiento a la Verdad suprema y absoluta, que es Dios.

c) Afirmar una sola verdad que sea tal, y no sólo de nombre, supone negar el límite que la cancelaría, afirmar la cadena de verdades vinculadas a ella y, por consiguiente, afirmar a Dios.

d) Luego, aunque esa supuesta verdad fuera "Dios no existe", al predicarse como verdad, de ella se sigue que Dios, es decir la Verdad, existe.

e) Pero, si Dios existe, la anterior proposición es falsa, y si no existe también, pues no existe la Verdad ni tampoco las verdades. Luego, de un modo u otro, Dios existe.

En forma:

1. ¬∃x∃y(T(x) ∧ ¬T(y) ∧ V(x,y))

2. ∀x∃y(T(x) → (T(y) ∧ V(x,y)))

3. ∀x∀y((V(x,y) ∧ ¬(∞R)) → (∃z(T(z) ∧ AT(z) ∧ G(z))))

4. ∀x(T(x) → ¬L(AT))

5. ∀x((N(x) ∧ ¬AT) → ¬T(x))

6. ∴ ∃x(G(x)))

Donde:

T es verdad.
V es vínculo de remisión.
R es regreso.
AT es la verdad absoluta.
G es Dios.
L es límite.
N es Dios no existe.

Es decir:

1. No es el caso que existan entidades x e y tales que x sea verdadero e y no sea verdadero, y haya un vínculo de remisión entre x e y.

2. Para toda entidad x, existe una entidad y tal que si x es verdadero, entonces y es verdadero y existe un vínculo de remisión entre x e y.

3. Para toda entidad x e y, si existe un vínculo de remisión entre x e y, y no se da un regreso infinito, entonces existe una entidad z tal que z es verdadero, z es la verdad absoluta y z es Dios.

4. Para toda entidad x, si x es verdadero, entonces la verdad absoluta no está limitada.

5. Para toda entidad x, si x es “Dios no existe” y la verdad absoluta no es verdadera, entonces x no es verdadero.

6. Por tanto, Dios existe.

viernes, 10 de marzo de 2023


Mi argumento se basa en la proposición, para mí axiomática, según la cual no es el caso que haya un regreso infinito en las relaciones de dependencia. Para afianzar su condición de axioma procederé a reducir al absurdo la tesis contraria.

Si la cadena de relaciones de dependencia fuera infinita, ello conllevaría que dicha cadena existe necesariamente. Así, si no existiera necesariamente, tendría una causa que sería su inicio, lo que va contra su propia noción, que excluye todo inicio. Por tanto, al postular la existencia de esta cadena, debemos afirmar asimismo su carácter no contingente.

Una cadena necesaria, carente de extremos, puede concebirse como un bucle o como una línea recta infinita. Si se tratara de un bucle, dado que los miembros de la cadena están sujetos al espacio y al tiempo pero ninguno es anterior o posterior a otro, se daría el caso de que yo sería más joven y más viejo que mi abuelo. Por tanto, una cadena en forma de bucle es imposible, al violar el principio de no contradicción.

Esto no nos deja otra opción que concebir la cadena infinita como una línea recta sin comienzo ni fin. Pero algo así sólo sería posible si la cadena tuviera una cantidad infinita de materia para no repetirse en algún punto. Esta infinita cantidad de materia podría ser o potencial o actual. De ser potencial, la materia podría crear materia, lo que contraviene las leyes conocidas de nuestro universo. Por otro lado, si fuera actual, todo existiría simultáneamente y el tiempo sería destruido, lo que tampoco se corresponde en absoluto con la realidad que conocemos, donde las cosas empiezan a ser y cesan de ser.

Planteado en forma de dilema: o sostenemos que la materia es infinita en acto y el tiempo no existe en ningún universo posible, o afirmamos que una cantidad finita de materia puede generar materia infinitamente. La primera posibilidad viene desmentida por toda experiencia. La segunda entraña una contradicción, ya que, además de suponer en la materia propiedades no materiales, implica conferir a un ser finito en masa una potencia infinita, o -para colmo de absurdos- conferírsela a la nada.

En consecuencia, la cadena infinita de acontecimientos no puede ser ni un bucle ni una línea recta, por lo que, no dándose alternativas, debe concluirse que no puede ser en absoluto.

miércoles, 8 de marzo de 2023

 

Infiero del siguiente modo que todo lo real es verdadero:

1) Llamo “contradictorio” al sujeto portador de dos predicados opuestos.

2) Si lo verdadero es contradictorio, entonces lo verdadero es y no es contradictorio, lo que es absurdo. Por tanto, lo verdadero no es contradictorio.

3) Llamo “real” a lo que existe en el espacio y el tiempo.

4) Si lo real no es verdadero, entonces lo real puede ser contradictorio, esto es, puede existir y no existir en el espacio y el tiempo, o existir de un modo y del modo opuesto simultáneamente, lo que es absurdo. Por tanto, lo real es verdadero.

Si la propiedad de lo verdadero, que es no ser portador de dos predicados opuestos, no se diera en lo real, esto es, si fuera una propiedad del lenguaje convencionalmente transferida a la realidad, entonces lo real podría existir y no existir o existir de un modo y del modo opuesto simultáneamente. Ahora bien, dado que esto es imposible, hay que concluir que lo real es verdadero por su propia naturaleza y no porque convencionalmente se le dé este valor mediante el lenguaje.


Sostengo que todo lo no contradictorio es verdadero simpliciter, esto es, en un sentido puramente formal. Ésta es la única noción filosófica de verdad que me parece defendible. Como subcategorías tenemos las verdades necesarias y las contingentes. Cualquier proposición a la que llamamos ahora "verdad", si es una verdad contingente, fue falsa en el pasado y lo será en el futuro. Sólo las verdades necesarias son verdad siempre.


El argumento demuestra que, si algo es verdad, existe una verdad absoluta e ilimitada que no pertenece al conjunto de entidades reales, mientras que todo lo real o verdadero depende de la mencionada verdad absoluta, la cual posee todas las perfecciones y es indistinguible de Dios.


1. ~(∞R)

Prueba:

1.1. ∀x (DE(x) → (∃y (SD(y) ∧ D(x, y))))
1.2. ∀x (¬D(x, x) ∧ ¬B(x, x))
1.3. ¬D(SD, SD) ∧ ¬B(SD, SD)
1.4. ∀EE (D(SD, E) → B(SD, SD)) → Absurdo
1.5. ∀EE (¬D(SD, E)) → A(SD)
1.6. ∴ ~(∞R)

2. ∀x(T(x) → (∃y(T(y) ∧ D(y, x)) ∧ ~(∞R) → (AT(z) ∧ (z = PNC))))

Prueba:

2.1. ∀x∀y (¬(T(x) ∧ ¬T(y) ∧ D(x, y)))
2.2. ∀x (∃y ((T(x) ∧ ¬AT(x)) → (T(y) ∧ D(x, y))))
2.3. ~(∞R)
2.4. ∀x (CT(x) → (∃y (ST(y) ∧ D(x, y))))
2.5. ∀x (T(x) ∧ x ≠ PNC → ¬(∞S(x)))
2.6. ∴ ∃x (AT(x) ∧ x ≡ PNC)

3. ∀x (RR(x) → T(x))

Prueba:

3.1. ∀x(CD(x) ↔ (∃p∃q(P(x, p) ∧ P(x, q) ∧ ¬(p ↔ q))))
3.2. (T(CD) → (T(CD) ∧ ¬T(CD))) → Absurdo → ¬T(CD)
3.3. ∀x(RR(x) ↔ (E(x) ∧ STI(x)))
3.4. (¬T(RR) → (CD(RR) ∧ STI(RR) ∧ ¬STI(RR))) → Absurdo → T(RR)

4. ∀x (RR(x) → ∃y(AT(y) ∧ D(x, y)))

5. ~(∃p, q (AT(p) ∧ T(q) ∧ CC(q, p)))

Prueba:

5.1. ∀x∀y(CC(x, y) → D(y, x))

6. ∀x ((RR(x) → ∃y(AT(y) ∧ D(x, y))) → ¬BR(AT))

7. ∀x(E(x) → (E(x) ↔ O(x))) ∧ ∀x(O(x) → (O(x) ↔ E(x))) ∴ ∀x(E(x) ↔ O(x))

8. ∀x∀y(D(x, y) → C(y, x))

Prueba:

8.1. ∀x (DE(x) ≠ IE(x))
8.2. ∀x ∀y ((D(x, y) ∧ ¬∃(y)) → IE(x))
8.3. ∀x ∀y (D(x, y) ∧ ∃(y)) → ¬IE(x) ∧ LB(x, y) ∧ CB(x, y))

9. ∀x(T(x) → (∃y(T(y) ∧ D(x, y))) ∧ AT(z)) → ∀x(RR(x) → CB(z, x))

10. ~(¬BR(AT) ∧ BR(x) ∧ CB(x, AT))

11. ¬BR(AT) ∧ ~(∞R) ↔ (¬L(AT) → ∃x(L(x) ∧ D(AT, x)))

Prueba:

11.1. ∀x∀y((D(y, x) → L(x, y)) ∧ (¬D(y, x) → ¬L(x, y)))

12. ∀x((L(x) ∧ T(x)) → ¬L(AT)) ∴ ∀x(T(x) → (∃y(AT(y) ∧ ¬L(y))))

13. ∀x [(¬LB(x) → ¬DD(x) → P(x))] ∴ G(x)


Donde:

R es regresión en las relaciones de dependencia.
DE es entidad dependiente.
D es relación de dependencia.
SD es el conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia.
B es relación de pertenencia.
EE es cualquier entidad.
A es absoluto (o independiente).
T es verdad.
AT es una verdad absoluta (o independiente).
CT es verdad compleja.
ST es verdad más simple.
S es simplicidad.
PNC es el principio de no contradicción.
RR es real.
CD es un sujeto portador de dos predicados opuestos.
STI es espacio y tiempo.
BR es pertenece al conjunto de entidades que son reales.
E es existencia.
O es actuando preservándose o cambiando una entidad.
CC es causa.
C es entidades que cambian.
IE es entidad independiente.
LB es es limitado por.
CB es es cambiado por.
L es límite.
DD es defectuoso.
P es tiene todas las perfecciones.
G es es Dios.


Definiciones:

Llamo verdad o verdadero a lo no contradictorio.

Llamo defectuoso al ser limitado.

* * *

Lo que en lenguaje natural equivaldría a:

1. No es el caso que haya un regreso infinito en las relaciones de dependencia.

Prueba:

1.1. Para toda entidad x, si x es una entidad dependiente, entonces existe una y tal que y es el conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia y x tiene una relación de dependencia con y.
1.2. Para toda entidad x, x no puede tener una relación de dependencia consigo mismo y x no puede pertenecer a sí mismo.
1.3. El conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia no tiene relación de dependencia consigo mismo y no pertenece al conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia.
1.4. Para cualquier entidad, si el conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia depende de esa entidad, entonces el conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia se pertenecería a sí mismo, lo que lleva a una conclusión absurda.
1.5. Para cualquier entidad, si el conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia no depende de esa entidad, entonces el conjunto de todas las entidades que tienen relaciones de dependencia es absoluto (o independiente).
1.6. Por tanto, no es el caso que haya un regreso infinito en las relaciones de dependencia.

2. Para toda entidad x, si x es verdadero, entonces existe un y tal que y es verdadero y hay una relación de dependencia de x con y, y no hay un regreso infinito en las relaciones de dependencia, entonces z es una verdad absoluta y z equivale al principio de no contradicción.

Prueba:

2.1. No existe ningún par de entidades x e y tal que x sea verdadera, y no sea verdadera y x dependa de y.
2.2. Para toda entidad x, existe una entidad y tal que si x es verdadera y no es una verdad absoluta (o independiente), entonces y es verdadera y x depende de y.
2.3. No es el caso que haya un regreso infinito en las relaciones de dependencia.
2.4. Toda verdad compleja depende de una verdad más simple.
2.5. Para toda entidad x, si x es una verdad y x no es el principio de no contradicción, entonces x no puede tener una simplicidad infinita.
2.6. Por tanto, hay una verdad absoluta y es equivalente al principio de no contradicción.

3. Para toda entidad x, si x es real, entonces x es verdadero.

Prueba:

3.1. Para toda entidad x, x es contradictoria si y sólo si existen predicados p y q tales que x tiene predicado p, x tiene predicado q y p y q no son equivalentes (lo que significa que son opuestos).
3.2. Si un sujeto portador de dos predicados opuestos es verdadero, entonces sería verdadero y no verdadero, lo que lleva a una conclusión absurda. Por tanto, un sujeto portador de dos predicados opuestos no es verdadero.
3.3. Para toda entidad x, x es real si y sólo si x existe y está en el espacio y el tiempo.3.4. Si no es verdad que lo real es verdadero, entonces lo real es un sujeto portador de dos predicados opuestos y existe y no existe en el espacio y el tiempo, lo que lleva a una conclusión absurda. Por tanto, lo real es verdadero.
3.4. Si no es verdad que lo real es verdadero, entonces lo real es un sujeto portador de dos predicados opuestos y existe y no existe en el espacio y el tiempo, lo que lleva a una conclusión absurda. Por tanto, lo real es verdadero.

4. Para toda entidad x, si x es real, entonces existe un y tal que y es una verdad absoluta y hay una relación de dependencia de x a y.

5. No es el caso que existan entidades p y q tal que p sea una verdad absoluta, q sea verdadero y q cause a p.

Prueba:

5.1. Para todas las entidades x e y, si x causa y, entonces y depende de x.

6. Para toda entidad x, si x es real y está en relación de dependencia con una verdad absoluta, entonces esa verdad absoluta no pertenece al conjunto de los entes que son reales.

7. Para toda entidad x, si x existe, entonces la existencia de x es equivalente al obrar de x conservándose a sí misma o cambiando otra entidad. Y para toda entidad x, si x obra, entonces el obrar de x es equivalente a la existencia de x. Por tanto, para toda entidad x, su existencia es equivalente a su obrar preservándose a sí misma o cambiando otra entidad.

8. Para toda entidad x e y, si x se encuentra en una relación de dependencia con y, entonces y provoca un cambio en x.

Prueba:

8.1. Para todas las entidades x, ser una entidad dependiente no es igual a ser una entidad independiente.
8.2. Para todas las entidades x e y, si x depende de y e y no existe, entonces x es una entidad independiente.
8.3. Para todas las entidades x e y, si x depende de y e y existe, entonces x no es una entidad independiente, x está limitada por y, y x es cambiada por y.

9. Para toda entidad x, si x es verdadero, entonces existe una entidad y que es verdadera y hay una relación de dependencia de x a y, y z es una verdad absoluta, entonces para cada entidad x que es real, x es cambiado por z.

10. No es el caso que existe una entidad x que pertenece al conjunto de los entes que son reales y que cambia una verdad absoluta que no pertenece al conjunto de los entes que son reales.

11. Una verdad absoluta no pertenece al conjunto de entidades que son reales, y no hay un regreso infinito en las relaciones de dependencia, si y sólo si, si una verdad absoluta no está limitada, entonces existe una entidad x tal que x está limitada y está en relación de dependencia con la verdad absoluta.

Prueba:

11.1. Para todas las entidades x e y, si y depende de x, entonces x limita a y; y si y no depende de x, entonces x no limita a y.

12. Para toda entidad x, si x está limitada y es verdadera, entonces una verdad absoluta no está limitada. Por tanto, para toda entidad x, si x es verdadera, entonces existe una entidad y tal que y es una verdad absoluta e y es ilimitada.

13. Para todas las entidades x, si x es ilimitada, entonces x no es defectuosa, entonces x tiene todas las perfecciones. Por tanto, x es Dios.

martes, 7 de marzo de 2023


Según creo, las premisas son correctas y la conclusión inevitable.
 
La premisa 1 es un axioma y negarlo conduce a una contradicción. Véase: Si tu línea genealógica fuera infinita, no tendrías un primer padre. Sin primer padre, no habrías tenido segundo ni ulteriores padres, por lo que no habrías nacido. Pero has nacido. Por tanto, tu línea genealógica no es infinita, ya que conlleva una contradicción, a saber, que no has nacido y has nacido.

Las premisas 2, 3, 4, 5 y 6 se siguen de 1.

La premisa 7 también tiene valor axiomático. Existir es obrar y obrar es existir.

La premisa 8 depende de la distinción entre lo real (que cambia) y lo verdadero (que no cambia). Si concedemos que lo real depende de lo verdadero, como se ha probado mediante las premisas 1 a 6, y que esta dependencia condiciona a lo real; y, por otro lado, admitimos que el condicionar a otro forma parte del obrar y, por consiguiente, del existir, entonces es innegable que la verdad, aun desvinculada de la realidad, obra y existe.

La premisa 9 se sigue de la 6 y de la 8. Si la verdad absoluta no es real y existe, debe concluirse que existe sin estar sujeta a cambio o alteración de ninguna clase.

La premisa 10 es una reducción al absurdo. Si la verdad absoluta es limitada, no puede ser fundamento de lo limitado, ya que si se fundara a sí misma sería ilimitada; luego debe depender de lo que fundamenta lo limitado, puesto que las relaciones de dependencia son limitadas (en base a la premisa 1). Por ello debería concluirse que la verdad absoluta depende de una no-verdad y no es fundamento de las relaciones de dependencia, siendo absoluta sólo nominalmente. Pues de lo contrario sería independiente (por ser absoluta ex definitione) y dependiente (por necesitar fundamento, en base a la premisa 1). Como ambas consecuencias son imposibles (que sea una verdad absoluta que no hay verdad absoluta, o que la haya y, por su limitación, venga a ser un oxímoron), se rechaza y se concluye lo contrario, a saber, que la verdad absoluta es ilimitada.

Observa que negar la verdad absoluta sólo puede hacerse absolutamente, como hecho bruto. Dado que, si la verdad según la cual la verdad absoluta no existe fuera dependiente de otra verdad, nos llevaría a postular la verdad absoluta (nuevamente, por la premisa 1). Ahora bien, si la verdad según la cual no existe verdad absoluta es un hecho bruto no dependiente de nada, entonces la proposición "No existe una verdad absoluta" sería una verdad absoluta, al 1) representar la adecuación perfecta entre el lenguaje y la realidad y 2) carecer de fundamento. Y, como tal, se refutaría a sí misma.

La premisa 11 señala que, si la verdad absoluta no es limitada, no está en el mundo, en el sentido de que ni se ubica en él, ni concuerda con él, ni se identifica con él.

A partir de aquí, aunque en esta versión lo haya omitido para no fatigar, es sencillo deducir los atributos de Dios. Así, una verdad ilimitada es un ser sin defectos del que deben predicarse todas las perfecciones, incluida la existencia. Y ello considerando que ésta es un predicado derivado del obrar (que en Dios es un obrar óptimo y máximo) y que la verdad a priori es necesariamente.



1. No es el caso que exista un infinito regreso en las relaciones de dependencia.

2. Para todo x, si x es verdadero, entonces existe un y que es verdadero y se encuentra en una relación determinada con x, e y es absolutamente verdadero.

3. Para todo x, si x es real, entonces x es verdadero.

4. Para todo x, si x es real, entonces existe un y que es absolutamente verdadero se encuentra en una relación determinada con x.

5. No es el caso que existan dos cosas tal que una sea verdadera, la otra sea absoluta y la cosa verdadera cause la cosa absoluta.

6. Si todo lo que es real depende de una verdad absoluta, entonces una verdad absoluta no pertenece al conjunto de entidades que son reales.

7. Para todo x, si x es una actualidad, entonces es una existencia, y si es una existencia, entonces es una actualidad.

8. Si todo lo que es real depende de la verdad absoluta [y sería distinto si no dependiera de ella], entonces la verdad absoluta cambia las cosas que son reales. Si la verdad absoluta cambia las cosas que son reales, entonces la verdad absoluta actúa. Si una actualidad es una existencia y la verdad absoluta actúa, entonces la verdad absoluta existe.

9. La verdad absoluta no pertenece al conjunto de entidades que son reales y cambian.

10. Si la verdad absoluta no depende de nada y no existe un infinito regreso en las relaciones de dependencia, entonces si la verdad absoluta es limitada, no existe nada que sea limitado y se encuentre en una relación de dependencia con la verdad absoluta. [Lo que es absurdo. Por tanto, la verdad absoluta es ilimitada].

11. Para todo x, si x es un reino limitado y una existencia, entonces la verdad absoluta no es localizable en x.

sábado, 4 de marzo de 2023


1. Una regresión infinita en las relaciones de dependencia es imposible.

2. Todo lo que es verdadero depende en última instancia de una verdad absoluta.

3. Ya se conciba lo verdadero como lo no contradictorio, ya como la adecuación de una proposición y un hecho, en ningún caso lo falso poseerá ser, toda vez que o bien será contradictorio, o bien será un "flatus vocis" carente de realidad. En consecuencia, todo lo que llega a ser es verdadero.

4. Por tanto, todo lo que llega a ser depende en última instancia de una verdad absoluta.

5. Si la verdad absoluta fuera la concordancia de una proposición y un hecho, dependería de la adecuación de aquélla a éste, por lo que no sería el último término de la relación de dependencia de lo verdadero. Por consiguiente, la verdad absoluta no es la concordancia de una proposición y un hecho.

6. Dado que el conjunto de todos los entes que devienen depende de una verdad absoluta, ésta no pertenece al conjunto de los entes que devienen. Y puesto que tampoco es la concordancia de una proposición y un hecho, síguese que la verdad absoluta no pertenece ni a lo empírico ni al lenguaje descriptivo de lo real. Luego sólo puede ser autorreferencial o "a priori".

7. Si no hay nada en el obrar que no esté en el existir ni nada en el existir que no esté en el obrar, entonces existir y obrar son lo mismo. Pues existir sin obrar sería un ser sin conservarse y sin condicionar el ser del otro, lo que es imposible; y obrar sin existir sería un conservarse y un condicionar el ser del otro sin ser, lo que no es menos imposible. Ahora bien, obrar es un predicado. Por tanto, dado que obrar y existir son indiscernibles, existir es un predicado.

8. La verdad absoluta, al ser eterna e independiente del devenir, se conserva a sí misma. A su vez, siendo el fundamento de todo lo verdadero, condiciona el ser del otro. A resultas de ello, es fuerza concluir que la verdad absoluta obra y existe.

9. La verdad absoluta, en tanto no depende de nada ni está sujeta al devenir, carece de todo límite.

10. Todo ser defectuoso es limitado.

11. La verdad absoluta, al carecer de todo límite, no es defectuosa en absoluto, por lo que posee todas las perfecciones en grado máximo.

12. La verdad absoluta es idéntica a Dios, ya que no comienza a existir ni deviene, y sin embargo obra, es condición necesaria para que todo lo demás exista y posee todas las perfecciones en grado máximo.

13. Un dios creador del mundo es más perfecto que un dios que no crea el mundo. Por tanto, si Dios existe, poseyendo todas las perfecciones en grado máximo, será creador del mundo. Y, puesto que la Verdad obra y Dios es la Verdad, siendo el existir indiscernible del obrar, Dios existe. Luego Dios es el creador del mundo.

14. La verdad absoluta es una verdad necesaria, por lo que debe existir necesariamente.

15. Dios, siendo la verdad absoluta, existe necesariamente.

viernes, 3 de marzo de 2023


¿Qué sucede en el cerebro de un profesor y en el de sus alumnos cuando conciben el teorema de Pitágoras? ¿Lo conciben de un modo idéntico en tanto que teorema o cada uno a su manera según su configuración cerebral? Si lo conciben de un modo distinto, no es el mismo teorema; y si lo conciben de un modo idéntico, ¿cómo va a resultar un efecto idéntico de una multiplicidad de causas distintas, dadas las infinitas diferencias entre el cerebro del profesor y el de sus alumnos? Luego la causa de que conciban exactamente lo mismo es el teorema, no sus cerebros. Por consiguiente, el teorema ha obrado en sus cerebros.


La existencia no es la condición necesaria para que algún ente tenga alguna propiedad. Por el contrario, la existencia es la propiedad común a todo ente, que es el obrar. El existir es, pues, un obrar conservándose y un condicionar el ser del otro. 

Existir tampoco puede radicar en ser extenso y temporal, ya que lo que se extiende y lo que deviene son cuantitativos y proceden por grados, admitiendo un más y un menos, mientras que el ser y el no ser sólo admiten un sí o un no. Luego, dado que el ser tiene que fundarse a sí mismo o carecer absolutamente de todo fundamento, el ser no puede fundarse en un más y un menos, como si hubiera algo a lo que el ser pudiera añadirse o sustraerse como su accidente, sino en una autoafirmación.

Si no hay nada en el obrar que no esté en el existir ni nada en el existir que no esté en el obrar, entonces existir y obrar son lo mismo. Pues existir sin obrar sería un ser sin conservarse y sin condicionar el ser del otro, lo que es imposible; y obrar sin existir sería un conservarse y un condicionar el ser del otro sin ser, lo que no es menos imposible. Ahora bien, obrar es un predicado. Por tanto, dado que obrar y existir son indiscernibles, existir es un predicado.

En este sentido, es válido decir que la verdad de determinado aserto existe, ya que conserva su propio ser y condiciona el ser ajeno, aunque no tenga una naturaleza espacial o temporal. También es correcto afirmar que lo inespacial o lo intemporal existen, porque conservándose limitan el espacio y el tiempo e impiden su infinitud actual. Sin embargo, no es válido sostener que la nada existe, toda vez que el ser que no lo es todo no limita con la nada, sino con todos los seres que no es.

Siendo válida la aseveración de que determinada verdad existe, con mucha más razón es válida la que establece que la verdad común a todas las verdades existe. Esta verdad es el principio de identidad, esto es, la autoafirmación del ser, que epistemológicamente se corresponde con el principio de no contradicción. De lo cual se sigue que todo lo no contradictorio es verdad; que la verdad absoluta existe necesariamente, dependiendo sólo de sí misma; y que, puesto que todo lo que existe es verdadero y está condicionado por la verdad, y lo es también lo que no existe en el mundo en tanto que posible, la verdad obra máximamente en el mundo y fuera del mundo.

El ser que existe necesariamente y obra máximamente es Dios. Luego la verdad absoluta es Dios y es por ello absolutamente innegable que Dios existe, siendo ésta una verdad tan poderosa que quienquiera que pretenda negarla incurrirá forzosamente en contradicción.

sábado, 25 de febrero de 2023


1. Una regresión infinita en las relaciones de dependencia es imposible.

2. La verdad de un enunciado no puede aumentar ni disminuir, es decir, no depende únicamente del devenir, si es que depende de él en absoluto.

3. Todo lo que es verdadero, no dependiendo únicamente del devenir, depende también o únicamente de la verdad, entendida como congruencia o ausencia de contradicción.

4. Todo lo que es verdadero depende en última instancia de una verdad absoluta, que evita una regresión infinita en la dependencia.

5. Todo lo que puede existir es verdadero, a saber, no es autocontradictorio.

6. Todo lo que llega a ser puede existir.

7. Todo lo que llega a ser es verdadero.

8. Todo lo que llega a ser depende de una verdad absoluta.

9. Todo lo que es verdadero, incluidas las verdades contingentes, las cuales también dependen del devenir, depende de una verdad absoluta.

10. Dado que el conjunto de todos los entes que devienen depende de una verdad absoluta, una verdad absoluta no pertenece al conjunto de los entes que devienen.

11. Una verdad absoluta no comienza a existir, pero es condición necesaria para que todo lo demás exista.

12. Una verdad absoluta, en tanto no depende de nada ni está sujeta al devenir, carece de todo límite.

13. Todo ser defectuoso es limitado.

14. Una verdad absoluta no es defectuosa en absoluto, por lo que posee todas las perfecciones.

15. Una verdad absoluta es idéntica a Dios, ya que no comienza a existir, es condición necesaria para que todo lo demás exista y posee todas las perfecciones.

16. Una verdad absoluta es una verdad necesaria, por lo que debe existir necesariamente.

17. Dios, siendo una verdad absoluta, existe necesariamente.




El valor de una proposición a priori o de una verdad necesaria no depende del tiempo. No crece ni decrece, ni aparece o desaparece. Si su existencia estuviera en función de los sujetos pensantes, la verdad de las proposiciones verdaderas a priori tendría grados como los tiene la consciencia, por lo que algo podría ser más verdad o menos verdad según las facultades cognitivas de quien lo pensara. Pero esto es un absurdo mayúsculo. La verdad no admite un más ni un menos (César cruzó el Rubicón o no lo cruzó; si lo cruzó, no hay nada más verdadero que afirmarlo; si no lo cruzó, no hay nada más verdadero que negarlo), y sólo las verdades contingentes pueden ser o no ser según el devenir ("César vive"). Por el contrario, las verdades necesarias son siempre y nunca dejan de ser, ya sea porque su opuesto es imposible ("César no existió antes que sí mismo"), ya porque agotan las posibilidades lógicas ("César existió o no existió").

En consecuencia, las verdades contingentes están sujetas al devenir, no a los seres pensantes, ni siquiera a los entes mensurables ("No existen entes mensurables" será verdadero si no existen). Mientras que las verdades necesarias sólo están sujetas a la verdad, a la que nada sujeta.

Asimismo, si no se niega el axioma según el cual "Todo lo que puede existir es verdadero" y se considera que indudablemente todo lo que deviene puede existir, debe concederse que el devenir mismo, puesto que es verdadero, forma parte de la verdad eterna e inalterable y está sujeto a ella, en oposición diametral a lo promulgado por el materialismo epistemológico.

viernes, 24 de febrero de 2023

 

¿Es "La verdad depende de la adecuación del lenguaje con la realidad" una afirmación verdadera? Si es verdad, ¿depende de su adecuación con la realidad? Y si es verdad pero no depende de su adecuación con la realidad, ¿por qué es verdad?

Si todos los mundos posibles provienen de un mundo necesario y una verdad necesaria es verdad en todos los mundos posibles, cabría plantear si dicha verdad necesaria proviene de un mundo necesario.

Ahora bien, si todas las verdades necesarias provienen de un mundo necesario, debe notarse que "Todas las verdades necesarias provienen de un mundo necesario" no proviene de un mundo necesario, ya que no describe el mundo, sino cierta noción de verdad. De donde se sigue que "Todas las verdades necesarias provienen de un mundo necesario" no es una verdad necesaria. Pero si quisiera afirmarse que "Todas las verdades necesarias provienen de un mundo necesario" no proviene de un mundo necesario pero es a pesar de ello una verdad necesaria, debería concluirse que no todas las verdades necesarias provienen de un mundo necesario, con lo que la proposición se autoinvalidaría. 

Pues bien, si "Todas las verdades necesarias provienen de un mundo necesario" no es una verdad necesaria, entonces no es siempre verdad. Lo que conlleva que "Algunas verdades necesarias no provienen de un mundo necesario" es asimismo verdad.

Si "Todas las verdades necesarias provienen de un mundo necesario" es una verdad contingente y "Algunas verdades necesarias no provienen de un mundo necesario" es asimismo contingentemente verdadera, síguese que es posible que haya verdades necesarias que no dependen de un mundo necesario.

Si es posible que haya verdades necesarias que no dependen de un mundo necesario, entonces es posible que dicho mundo no sea necesario para la existencia de dichas verdades. Por tanto, es falso que "La verdad depende de la adecuación del lenguaje con la realidad" sea siempre una afirmación verdadera.

Si hay verdades necesarias que pueden existir sin el mundo, ello conlleva que es posible que el mundo no exista, lo que da lugar a afirmar que no es un mundo necesario.

Además, si hay verdades necesarias que pueden existir sin ningún mundo, entonces ningún mundo puede ser necesario.

Si ningún mundo es necesario pero, por el principio de razón suficiente, debe darse un ser necesario, entonces el ser necesario no es un mundo.



Si "La verdad depende de la adecuación con la realidad" es verdad siempre, es una verdad necesaria que no depende de la adecuación con la realidad. Si, en cambio, la proposición sólo es verdad cuando alguien la piensa, no es una verdad necesaria ni depende de la adecuación con cualquier realidad, sino principalmente de la adecuación con el pensamiento actual. De modo que si hoy es viernes pero no hay nadie que lo piense, no será verdad que hoy es viernes.

Por otro lado, si "La verdad depende de la adecuación con la realidad" es verdad porque se adecua al pensamiento de quien así piensa, también podrá decirse que la proposición contraria es verdad si es pensada por alguien, ya que no se le podrá exigir más que esta inane concordancia psíquica.

A la vista de estos absurdos manifiestos, es fuerza concluir la falsedad del aserto según el cual la verdad depende de la adecuación con la realidad.


Si "Alguna verdad es necesaria" es una afirmación verdadera y, según se pretende, necesario es aquello que se da en todos los mundos posibles, entonces o bien lo necesario (la verdad) depende de lo posible y contingente (los mundos), lo que es absurdo, o bien es necesario que exista algún mundo. Si es necesario que exista algún mundo, éste es necesariamente nuestro mundo, que existe. Y si nuestro mundo existe necesariamente, entonces es imposible que existan otros mundos en lugar de nuestro mundo, por lo que es falso que lo necesario sea lo que se da en todos los mundos posibles, ya que, existiendo un mundo necesario, no hay otros mundos posibles.

jueves, 23 de febrero de 2023

 

"Ninguna verdad es necesaria" no puede ser una verdad necesaria, ya que forma parte del conjunto de las verdades de las que se predica la no necesidad. Tampoco puede ser una verdad contingente, toda vez que ello conllevaría que "Alguna verdad es necesaria" es asimismo una verdad contingente. Sin embargo, si hay verdades necesarias no pueden depender de una verdad contingente. Por tanto, debe concluirse que "Ninguna verdad es necesaria" no es ni una verdad necesaria ni una verdad contingente, sino una falsedad.

Si "Ninguna verdad es necesaria" es una afirmación falsa y consiguientemente "Alguna verdad es necesaria" es una afirmación verdadera, supongamos que "La realidad existe" es una verdad necesaria. En este caso, alguna verdad y la realidad serán necesarias. Lo que dará lugar a que las verdades a las que llamamos necesarias podrán existir por sí mismas sin la realidad y a que, por otro lado, la realidad a la que llamamos necesaria podrá existir por sí misma sin las verdades necesarias. Ahora bien, ambos escenarios son incomposibles y mutuamente excluyentes, pues en el escenario en el que la verdad puede existir sin la realidad asumimos que la realidad puede no existir y es por ello contingente, mientras que en el escenario en el que la realidad puede existir sin la verdad asumimos que la verdad puede no existir y es por ello contingente. Y dado que es imposible que algo sea necesario y contingente, se sigue que la verdad sólo puede ser necesaria si no lo es la realidad, y que la realidad sólo puede ser necesaria si no lo es la verdad. Con todo, hemos concedido que "Alguna verdad es necesaria" es una afirmación verdadera. Por tanto, "La realidad existe" no es una verdad necesaria.


martes, 21 de febrero de 2023

 

Cuando decimos que se da una verdad lógica o matemática, como un teorema o la proposición "el todo es mayor que cualquiera de sus partes", y una verdad fáctica o empírica, como un relato histórico o la proposición "hoy es jueves", ¿qué razón nos mueve a llamar verdad a ambas? Si el adjetivo de una es ser "a priori" y el de otra ser "a posteriori", ¿acaso sabemos qué representa el sustantivo que les es común? 

Esta incógnita no puede ser despejada desde un paradigma empírico, pues ambas verdades no tienen nada que las haga semejantes. Y, dado que el reino de la verdad no es susceptible de ser dividido, ya que ésta nunca es contra sí misma ni extraña a sí misma, es necesario concluir que una de las llamadas verdades no es verdad.

El materialista cree que todo emana de la realidad y es en última instancia reductible a ella. Cualquier verdad abstracta no es más que una destilación de un sustrato fenoménico y, como tal, una fantasía. No hay, entonces, auténticas formas segregadas, ya que la naturaleza es solo una, sin nada por encima o por debajo de su propia noción. 

Quien estima que la verdad es la adecuación del lenguaje a la realidad concibe a una verdad finita como subconjunto de una realidad infinita. La verdad no es para él más que el espacio que trabajosamente ha conquistado la razón humana. Frente a ella, la realidad, anterior a la inteligencia, sume en una penumbra impenetrable todo lo que escapa a nuestra mirada.

Esta formulación de la verdad como excrecencia de lo que acontece encierra la luz expansiva de las ideas eternas en la estrecha provincia de nuestro entendimiento. Si la verdad no es lo más antiguo, tampoco es lo primero. Si no es lo primero, no es lo más fuerte. Si no es lo más fuerte, puede ceder. Y si la verdad cede, la verdad no es ni ha sido nunca nada.

Lo verdadero sólo hará valer su derecho, que es el derecho absoluto de un imperio indestructible, si se define como aquello que puede expresarse sin contradicción. Esto corta el nudo gordiano, habida cuenta que la propiedad de no ser autocontradictorio se predica tanto de las verdades lógicas como de las fácticas.

Todo lo posible es verdad. La realidad no es sino el subconjunto de una verdad infinita, que no hace que lo verdadero sea más verdadero, sino real. Puesto que, si referimos el epíteto a un solo sujeto, o se es verdadero o no se es, pero no se puede ser más verdadero, toda vez que la verdad no está supeditada al devenir ni a los vaivenes del crecimiento y el decrecimiento. 

Realidad y verdad quedan de este modo conciliadas. Lo real es verdadero porque pertenece a la verdad y gracias a ella es sin ser contra sí mismo ni extraño a sí mismo, dada la trabazón inalterable de todas las cosas. Mientras que la verdad es real porque nada hay más real que lo que es siempre.


domingo, 19 de febrero de 2023

 

Si "la verdad es una relación entre una proposición y la realidad" fuera verdad, entonces "la verdad es una relación entre una proposición y la realidad" expresaría una relación entre una proposición y la realidad, lo que es evidentemente falso.

Asimismo, si no existiera la realidad, sería verdad que no existe la realidad. Por lo que no es cierto que la verdad sea una relación entre una proposición y la realidad.

Asimismo, si la necesaria existencia de la realidad no puede ser probada y la verdad depende de la realidad, entonces la necesidad de la verdad no puede ser probada. Por tanto, la verdad es siempre contingente. Lo que es tanto como afirmar que "la verdad es contingente" es una verdad necesaria. Queda, pues, reducido al absurdo. 

Incluso si resultara admisible que la verdad es contingente, ello conllevaría que "la verdad es una relación entre una proposición y la realidad" no sería una verdad necesaria, lo que a su vez implica que su opuesto, "la verdad no es una relación entre una proposición y la realidad", sería posiblemente verdadero. Por consiguiente, no sería siempre falso que la verdad es independiente de la realidad.

Además, si la verdad fuera la relación entre una proposición y la realidad, la verdad no estaría ni en la realidad ni en la proposición. Del mismo modo que, si el matrimonio es la relación entre un hombre y una mujer, el matrimonio no está ni en el concepto de hombre ni en el de mujer. Debería, pues, aclararse si "la verdad es una relación" es un aserto que establece una relación entre el lenguaje y la realidad o entre el lenguaje y el lenguaje mismo. Si establece una relación entre el lenguaje y la realidad, debería haber algo común entre ambos para que la relación fuera válida, esto es, algo distinto de la realidad y el lenguaje que esté presente en ambos. Si, por el contrario, establece una relación entre el lenguaje y el lenguaje mismo, la verdad no es más que una norma gramatical sin valor extrínseco. Luego, si la verdad es la relación entre una proposición y la realidad y tiene un valor extrínseco y no meramente gramatical, debe ser algo distinto de la realidad y del lenguaje que esté presente en ambos. 

Si dos entes son distintos entre sí, o bien uno es anterior al otro o bien ambos existen simultáneamente. Está fuera de duda que la realidad es anterior al lenguaje. Por tanto, si algo es común a la realidad y al lenguaje pero distinto de ambos, deberá ser anterior al lenguaje o posterior a la realidad. Dado que, si es simultáneo a la realidad o anterior a ella, será anterior al lenguaje. Si, en cambio, es posterior a la realidad, la verdad empezará a existir y no será necesaria, por lo que tampoco será una verdad necesaria que la verdad empiece a existir. O lo que es lo mismo: o bien la verdad empezará a existir o bien no empezará a existir y será siempre o no será nunca. Pero esto carece de sentido, ya que, si la verdad es siempre o no es siempre, es posible que sea necesaria, cuando la necesidad excluye la posibilidad; y si la verdad nunca es, entonces nunca es verdad que la verdad nunca es. En consecuencia, la verdad no empieza a existir y no es posterior a la realidad.

Sentado que el lenguaje es posterior a la realidad, si fuera cierto que la verdad es común a la realidad y al lenguaje, resultado de la correspondencia entre ambos, y que, por ello, no hay verdad sin lenguaje, se seguiría que la verdad no podría ser simultánea a la realidad, ya que ésta es anterior al lenguaje. Pero hemos visto que tampoco puede ser posterior a la realidad. Por tanto, es fuerza admitir que la verdad es anterior a la realidad y al lenguaje, y que la verdad no es una relación entre una proposición y la realidad. 


sábado, 18 de febrero de 2023

 

¿Cuál es el valor más alto en la jerarquía moral? Cualquiera que sea el que propongamos podrá ser cuestionado, excepto uno.

1. No es la máxima felicidad del máximo número de personas. 

Si la justicia debe cumplirse, los criminales deben ser castigados. La justicia debe cumplirse. Por tanto, los criminales deben ser castigados. De donde se sigue que es falso que siempre tengamos que procurar la máxima felicidad del máximo número de personas.

2. No es la búsqueda de la virtud por la virtud misma.

Todos deben buscar la felicidad. La virtud sólo hace felices a los virtuosos, mientras que hace a los no virtuosos infelices. Por tanto, no todos deben buscar la virtud por la virtud misma.

3. No es la consideración del hombre como un fin en sí mismo.

Emplear algo como medio para lograr un bien mayor es racional y moralmente correcto. El hombre no es el mayor bien concebible. Por tanto, el hombre puede ser utilizado como medio para conseguir un bien mayor. De lo contrario, todo sacrificio virtuoso sería inmoral.

Sin embargo:

1. La verdad es el mayor bien concebible. Por tanto, la mayor felicidad del máximo número de personas consiste en ser fiel a la verdad y adorarla, en lo que también estriba la mayor bondad.

2. Todos deben buscar la felicidad. La virtud hace felices a los virtuosos y a los no virtuosos infelices, ya que sólo los primeros conocen la razón que los mueve a seguirla. Sin embargo, la verdad hace a todos veraces y, como ya se ha dicho, felices y buenos en grado sumo. Luego todos deben buscar la verdad por sí misma, y la virtud por la verdad.

3. Emplear algo como medio para lograr un bien mayor es racional y moralmente correcto. No hay mayor bien que la verdad. Por tanto, sólo la verdad es un fin en sí misma.

En consecuencia, la verdad es el valor más alto en la jerarquía moral. No es difícil probarlo. Si afirmamos que "X es el valor moral más alto", estamos aseverando que "X es el valor moral más alto" es verdad, lo que conlleva que depende  de la verdad para ser válido. En este sentido, si un valor debe ser validado por otro valor se sigue que no puede ser el valor más alto, esto es, aquel que se valida a sí mismo. Por consiguiente, "X es el valor moral más alto" no puede ser una proposición verdadera a no ser que por X se entienda la verdad.

La verdad sólo depende de sí misma, pues no es el resultado de nada distinto a ella. Por ello, la verdad es eterna e inmutable. Sin embargo, nada en el universo ni el mismo universo es eterno o inmutable. Por tanto, la verdad no es el mismo universo ni nada material contenido en el universo.

Podría argumentarse que la verdad es sólo un nombre que empleamos para referirnos a todo lo que es verdadero. Pero, como ya hemos probado, la verdad debe ser reconocida como el valor más alto para que cualquier otro valor pueda ser valioso. Tal no sería posible si la verdad fuera sólo un nombre o si no existiera por sí misma. En consecuencia, la verdad es real y existe por sí misma.

Así, si la verdad existe por sí misma y no es el universo ni nada material contenido en el universo, debemos decir que  la verdad es o bien Dios o bien nada en absoluto. Habiendo acordado que la verdad es real (ya que de lo contrario nada sería verdad, ni siquiera la afirmación "la verdad no es real"), ha de concederse que la verdad absoluta y autosubsistente es Dios.

Dado que la definición de la verdad y la de Dios son idénticas, es correcto sostener que la verdad es Dios y que Dios es la verdad. Vemos, pues, que la verdad es una realidad autosubsistente e inmaterial que constituye el valor moral más alto en la jerarquía y se valida a sí mismo. Por otro lado, Dios es una realidad autosubsistente e inmaterial que constituye el valor moral más alto en la jerarquía y se valida a sí mismo. No siendo admisible que existan dos valores máximos, resulta evidente que la verdad es Dios y Dios es la verdad.

Todo ser autosubsistente e inmaterial no puede ser limitado por nada, al ser superior a todos los demás seres y no estar constreñido por el espacio o el tiempo. Por el contrario, todo ser defectuoso es limitado de algún modo. Así, todo ser autosubsistente e inmaterial, al no ser defectuoso en modo alguno, es omnisciente, omnipotente y perfectamente bueno, esto es, bueno sin ningún límite o máximamente bueno. Ahora bien, la verdad es una realidad autosubsistente e inmaterial. Por tanto, la verdad es omnisciente, omnipotente y perfectamente buena.

Asimismo, la verdad existe necesariamente. Luego, una vez se ha mostrado que Dios y la verdad son idénticos, síguese que Dios existe necesariamente.

lunes, 13 de febrero de 2023

Todo derecho natural es absoluto


No existe un derecho natural que no sea absoluto. Si se establece que un derecho es natural y, no obstante, limitado por otro derecho, ha de concluirse -en contra de la premisa- que ambos derechos no son naturales, pues al limitarse mutuamente dependen de la autoridad de un tercero, el cual debe reconocerlos no según criterios de verdad sino de mera oportunidad o conveniencia. Así, si la libertad deambulatoria encuentra su límite en el derecho a la propiedad, y el derecho al matrimonio en el derecho a la indemnidad sexual, es evidente que ninguno de los dos derechos tiene fuerza suficiente para subsistir a pesar del otro. Luego, dado que ambos presuponen la existencia de la sociedad, que entraña siempre una pluralidad de intereses en conflicto, ambos se subordinan al Estado, que puede cercenarlos o redefinirlos y, dado el caso, suspenderlos o eliminarlos.

No hay límite en la facultad limitativa del Estado. Éste no puede decidir sobre la verdad, al ser anterior a todo cuerpo social y superior a toda opinión o deseo, pero sí tiene el deber de determinar qué es oportuno o conveniente. De manera que el Estado jamás ostentará el poder de abrogar la verdad, que es el único derecho natural y absoluto, si bien podrá hacer cuanto le plazca con los demás derechos en tanto esté en posesión efectiva de sus facultades. Por lo que es necesario confesar que el único derecho que el Estado no puede otorgarnos es el derecho a errar o a prescindir de la verdad, y que por ello no está en su mano claudicar en el deber absoluto de imponerla.

No existen ni el deber ni el derecho de tolerar el error, ni hay tal cosa como un derecho a errar


El contexto del debate es el siguiente: He preguntado a la IA si era moralmente correcto derogar el derecho a errar en favor del derecho a sostener la verdad, o si por el contrario tal derecho debía mantenerse siempre, a pesar de cualquier argumento racional o acuerdo universal, esto es, a pesar de que se demostrara que tal acción es socialmente eficiente y toda la humanidad la validara. La respuesta ha sido que el derecho a errar es inherente e inalienable y, dado que es intangible y trasciende toda voluntad humana, siempre ha de ser sostenido. A ello he contestado que, si no podemos errar respecto a la intangibilidad del derecho a errar (pues todo "debes" conlleva un "no debes" que afecta a la proposición contraria), se sigue que no es un derecho universal, ya que no aplica en todos los casos. Y si podemos errar, con más razón ha de negarse su naturaleza necesaria, pues el mismo derecho a errar nos permitiría conculcar este derecho de forma legítima. De donde debemos concluir que la premisa de su intangibilidad es falsa, por lo que sí sería moralmente correcto abrogar por mor de la verdad y la virtud el derecho a errar.







La tolerancia como ideología política descansa en un engaño. Pruébase:

Obrar moralmente es mejor que obrar inmoralmente.

Si existiera un derecho a ser peor, tendríamos el derecho a obrar inmoralmente. Lo que es absurdo, ya que el derecho no puede ser el fundamento manifiesto de la inmoralidad.

Por tanto, no existe un derecho a ser peor.

Ahora bien, errar es peor que no errar.
 
En consecuencia, no existe un derecho a errar.

Si no existe un derecho a errar, no existe un deber de tolerar el error.

Ahora bien, no existe un derecho a errar.

Por tanto, no existe un deber de tolerar el error.

El razonamiento que he presentado es concluyente salvo que se nieguen sus premisas, a saber: 1) que obrar moralmente es mejor que obrar inmoralmente; y 2) que errar es peor que no errar. Sentadas las mismas, no hay alternativa: se tiene derecho a errar o no se tiene. Si se tiene, se tiene para todo error, ya que si el derecho a ser peor sólo pudiera hacerse valer en algunos casos no sería universal. Por ejemplo, si tengo derecho a errar y a hacerme peor respecto a lo que establece la religión pero no respecto a lo que prevé el código penal, sólo tengo un derecho a hacerme peor en el ámbito religioso. Semejantemente, si tuviera un derecho a vivir que sólo pudiera hacerse efectivo en determinado territorio, no sería un derecho omnímodo e inalienable. Por tanto, si existe un derecho a errar con limitaciones no puede ser nunca un derecho natural oponible al Estado, sino a lo sumo un derecho que éste concede graciosamente por mera conveniencia social. Y si existe un derecho a errar sin limitaciones, entonces no existe el Estado.

La tolerancia como ideología política por la que se impone a los poderes públicos y a todos los que les están sujetos un deber ineludible de tolerar el error, en lugar de un mero derecho a hacerlo si tal les conviene, sólo puede sustentarse en el escepticismo y el relativismo.

Tampoco es posible, sin embargo, contemplar un hipotético derecho del Estado a tolerar el error, ya que ello supondría admitir que el Estado y no la verdad es el fundamento de la moral. Derecho absoluto es aquel que no puede ser limitado ni condicionado por nada distinto a sí mismo. El Estado no tiene un derecho absoluto sobre la verdad, pues si se aparta de ella deviene tiránico; luego está limitado por ella. El único derecho que no admite excepciones, al estar en la base de todo obrar moral, es el derecho a profesar la verdad, por lo que nunca es legítimo abandonarla y seguir el error. Un derecho de esta índole es intemporal y anterior al Estado. Por consiguiente, el Estado no puede negarlo o limitarlo, sino que ha de garantizar siempre su observancia. Es decir, tiene el deber de imponerlo.

sábado, 21 de enero de 2023


Si el universo es causado, no es necesario; si no es necesario, hay otros universos posibles; si hay otros universos posibles, la causa del universo debe determinarse a crear un universo entre todos los posibles, lo que conlleva que posee entendimiento y voluntad (debe entender todos los universos posibles y ha de querer que uno de ellos pase a ser en acto). Y esto con más razón si consideramos que el creador del universo es causa ejemplar y causa eficiente de todo entendimiento y toda voluntad creados. En consecuencia, Dios tiene una naturaleza personal, por lo que no es arbitrario afirmar, como se hace en las Escrituras, que nos ha hecho a su imagen y semejanza.
 
Si es cierto que somos semejantes a Dios y que éste es el Óptimo Máximo, pues como verdad de verdades, acto puro y causa primera es más eminente que cualquier bien actual o posible, aun admitiendo que no se da proporción entre nuestro ser finito y su ser infinito no carece de sentido amarlo y tener amistad con Él, toda vez que es racional buscar el propio bien, y la amistad y el amor consisten en la unión del semejante con el semejante.

Ésta me parece una buena base para estimar que la causa primera es religiosamente significativa.

miércoles, 18 de enero de 2023


Supongamos por hipótesis que el principio de causalidad es una mera ficción humana. Ello conlleva que en algún momento o en todo momento algo empiece a ser sin causa o cese de ser sin razón. Pues, dado el caso de que nada empiece a ser sin causa ni cese de ser sin razón, deberá concluirse que el principio de causalidad es universal, no una ficción de los hombres.

Si un ente deja de ser, o bien se transforma en otro o bien es aniquilado. Si se transforma en otro, no cesa de ser absolutamente, sino sólo en cuanto a su organización. Por tanto, si lo que está en devenir pasa de una forma a otra sin que nunca carezca por completo de ella, es siempre con razón, ya que su razón es su forma y el vínculo entre sus distintas formas.

Ahora bien, si un ente deja de ser por aniquilación pasará de tener una forma a no tener ninguna. Ni la forma tendrá a su formado, por lo que no será forma, ni el formado tendrá a su forma, por lo que no será formado ni formable y no habrá nada en absoluto. De modo que se generará una discontinuidad y, por así decirlo, un desdoblamiento entre el mundo y la nada, dándose en aquél disminución sin incremento correlativo en ninguna parte. Dicha disminución será o bien limitada, circunscribiéndose a cierto ente, o bien ilimitada, ocasionando la aniquilación de todo ser. De ser limitada, será limitada por una razón o no lo será. Si es limitada sin razón, será limitada sin límite, lo que es una contradicción, toda vez que todo límite es número y todo número es razón; y si es limitada por una razón, el ser no carecerá de razón ni siquiera cuando es aniquilado.

Por consiguiente, el ser sólo puede aniquilarse sin razón si se aniquila sin límite, disolviendo el conjunto del universo. Basta, pues, una sola fisura en la causalidad para que el mundo pierda el ser. Sin embargo, esta posibilidad de extinción total de lo existente debe descartarse, ya que la nada nunca está en potencia ni llega a ser, sino que es siempre causa deficiente en grado idéntico, sin aumento ni menoscabo. Luego, si el mundo posee y mantiene el ser, debe postularse que no hay fisuras en la causalidad y que ésta es verdaderamente universal, no ficticia.

Sentado que la causalidad es una ley sin excepciones, se sigue que nada empieza a ser sin causa ni cesa de ser sin razón. Y esta ley, al no depender de ninguno de sus sujetos y comprenderlos a todos, es superior a todo lo causado y a todo lo que empieza a ser, siendo evidente que nada causa a la causalidad, que es por tanto necesaria. Ya hemos visto que no hay en el universo partes causadas y partes incausadas, sino sólo partes causadas, habida cuenta de que la causalidad en él jamás decae. En consecuencia, no hay en el universo partes necesarias. De lo anterior es preciso concluir que la ley que impone al universo ser causado y serlo siempre no mana del mismo universo. Ha de atribuirse a su causa, que es Dios.