sábado, 22 de abril de 2023

 

Lo múltiple es la unión de lo unitario.

Debemos discernir distintos tipos de uniones según el modo en que las entendamos:

1. La unión esencial no depende de ninguna causa.

2. La unión accidental depende de una o más causas. Dentro de ésta cabe discriminar:

2.1. La unión imaginaria, en la que la causa de la unión del todo es extrínseca a las partes.

2.2. La unión real, en la que dicha causa es intrínseca a las partes.

La unión esencial viene representada por la unión de los números naturales mayores que uno con todas sus partes que sean asimismo números naturales.

La unión imaginaria es efecto de la voluntad de quien la ordena y no de las partes ordenadas por ella, como es el caso de la unión de una unidad con su fracción o de una multiplicidad con cualquiera de sus infinitas divisiones posibles.

La unión real encuentra ejemplo en la unión de los cuerpos.

Así pues, lo múltiple puede darse esencialmente (como número natural) o accidentalmente (como división imaginaria o como cuerpo). Si lo múltiple se da accidentalmente, podrá ser el caso:

- Que lo múltiple sea una pluralidad de unidades unidas imaginariamente, como las letras del alfabeto o las palabras que riman entre sí. 

- Que lo múltiple sea una pluralidad de unidades unidas realmente. 

Ahora bien, dos unidades que permanezcan separadas entre sí serán indistinguibles, ya que ni sus lugares añadirán nada a su noción, ni las unidades, siendo idénticas, serán capaces de distinguir a sus lugares. Si son indistinguibles, son una y la misma unidad. Y si son la misma unidad, no hay unión, pues nada puede unirse a sí mismo.

Tampoco puede darse una superposición de unidades en un mismo lugar, dado que al carecer de partes no podrán interpenetrarse y, careciendo de separación, ningún medio podrá unirlas.

Por tanto, la extensión es el único medio por el que lo múltiple puede llegar a unirse realmente y a través del cual lo indivisible se une a lo indivisible mediante lo divisible, y lo divisible a lo divisible mediante sí mismo. Al ser un medio necesario para articular lo múltiple, la extensión se infiere de lo múltiple y no debe ser tenida por una noción primaria, con más razón si consideramos que lo múltiple se infiere a su vez de lo uno.


martes, 18 de abril de 2023


La oposición de Spinoza a entender la línea como una sucesión de puntos se debe a que concebía la extensión como un atributo, es decir, como una noción fundamental que no puede derivarse de ninguna otra, siendo en sí misma irreductible. Esta presuposición es errónea, habida cuenta que la línea y la extensión pueden deducirse de los números y de los principios de la lógica, como a continuación demostraré.

1. Un punto es una unidad, ya que tanto la unidad como el punto carecen de partes y es por lo demás imposible distinguirlos.

2. De la unidad deriva la multiplicidad, que no es sino una unidad repetida. 

3. De las nociones de unidad y multiplicidad obtenemos la ideación de dos puntos.

4. Dos unidades (es decir, dos puntos) están o no están unidas entre sí (por la ley del tercio excluso, que es una aplicación del principio de no contradicción). 

4.1.1. Si dos unidades están unidas entre sí, están en el mismo lugar.

4.1.2. Si dos unidades no están unidas entre sí (esto es, están separadas), no están en el mismo lugar.

4.2. Dos unidades pueden permanecer o no permanecer separadas entre sí. 

4.2.1. Si dos unidades permanecen separadas entre sí, hay dos unidades indistinguibles en dos lugares distintos, lo que debe rechazarse por el principio de identidad de los indiscernibles, pues un lugar se distingue de otro por lo que contiene, no lo que contiene por el lugar. 

4.2.2. Si dos unidades no permanecen separadas entre sí, son unidas posteriormente (unidas accidentalmente).

4.2.3. Por tanto, la unión de dos unidades inicialmente no unidas entre sí es lo que llamamos línea.

4.2.4. Por tanto, es necesario que, si se da lo múltiple y no está inicialmente unido (esencialmente unido), se dé lo extenso.

Obsérvese que en la demostración no utilizo ningún concepto que se aparte de la unidad ni ningún principio que no sea estrictamente lógico.

A partir de la línea cabe inferir los ángulos, los planos y las formas geométricas. Queda entonces probado que la extensión puede deducirse de elementos racionales más simples, como la unidad y los principios lógicos, por lo que, si aceptamos que "ningún atributo ha podido ser producido por otro, sino que cada uno expresa la realidad o ser de la substancia" (Parte I, Proposición X, de la Ética), debemos concluir que la extensión no es un atributo. Asimismo, concluiremos ser falso que "un pensamiento es limitado por otro pensamiento, pero un cuerpo no es limitado por un pensamiento, ni un pensamiento por un cuerpo" (Parte I, Definición II, de la Ética), ya que, aunque es cierto que un cuerpo no limita un pensamiento, hemos visto que lo puramente mental (la unidad, el principio de no contradicción), a lo que llamo lo verdadero, no sólo limita, sino que también genera la extensión que es inherente a los cuerpos.

El sistema metafísico que defiendo es análogo al de Spinoza, en el sentido de que postula una substancia que puede expresarse a través de dos atributos. Según esta doctrina no se trata de dos atributos cognoscibles entre un número infinito de ellos, sino de los únicos. Estos son la verdad y la causalidad. La verdad representa el vínculo entre todo lo verdadero, la trabazón entre lo nunca cambiante o no contradictorio, donde el principio de no contradicción reina absolutamente. A su vez, la causalidad representa el vínculo entre todo lo real, el ligamen de lo siempre cambiante, situado en el espacio y el tiempo, donde la primera causa reina absolutamente. Ahora bien, dado que la verdad primera (el principio de no contradicción) y la causa primera son una y la misma cosa, es decir, son Dios, pero Dios es más eminentemente la verdad primera que la causa primera (puesto que los efectos son contingentes pero las verdades son necesarias), se sigue que, aunque las verdades no sean reales, las entidades reales son verdaderas y la extensión puede deducirse de conceptos y principios más simples que la noción de espacio.


lunes, 17 de abril de 2023


La adaequatio parece ser dualista. Asume que la verdad no está ni en el lenguaje ni en los hechos, sino en la correspondencia entre ambos, como si estuviera escindida en dos mundos o fuera una propiedad emergente en lugar de un sustrato inmutable.

Si, por el contrario, dicha teoría resultara ser monista y afirmara que la verdad está sólo en los hechos, siendo copiada o traducida por el lenguaje, erraría de nuevo, al excluir de la verdad las verdades a priori.

Esta concepción de la verdad confunde asimismo lo real con lo verdadero. La proposición "Hoy es viernes" no es menos verdadera que "Hoy es viernes y llueve". La verdad, ya sea necesaria o contingente, no admite grados. Puede decirse que la primera proposición es menos descriptiva de la realidad que la segunda, pero no menos verdadera. Así, en una verdad contingente su valor de verdad procede de la no contradicción, mientras que su valor de contingencia se asienta en los hechos que describe.

De ser la verdad acumulativa como lo son las descripciones, llegaríamos a la conclusión de que el universo, que es la suma de todo lo real, contiene la verdad máxima. Ahora bien, puesto que la verdad no puede ser contradictoria y el devenir lo es, pues en él todo fluye de un estado a su contrario, se sigue que el universo no contiene la verdad máxima ni, por la misma razón, ninguna verdad en absoluto. Todo lo que hay de verdadero en el universo no le pertenece, sino que es precisamente aquello que lo limita.

Con lo anterior queda demostrado que los hechos no son la fuente de la verdad y que, por tanto, ésta no puede consistir en una adecuación entre el lenguaje y los hechos.

domingo, 16 de abril de 2023

 

La tesis principal en el sistema de Spinoza es que sólo hay una substancia infinita. La tesis principal en mi sistema es que la verdad y la realidad comparten la misma substancia infinita, el logos, por cuanto ambas remiten a Dios, que es la primera verdad y la primera causa, carente de todo límite.

El valor de verdad de cualquier teorema matemático resulta de las definiciones de los términos involucrados. Es decir, es consecuencia de su no contradictoriedad y de nada más. Por lo que es justo postular que el valor de verdad en las proposiciones a priori debe atribuirse exclusivamente a su naturaleza no contradictoria.

Nótese que no hay más que dos reinos: el flujo siempre cambiante de los hechos (a posteriori) y la luz inmutable de las verdades analíticas (a priori). Las verdades a priori sólo pueden extraer su valor de verdad de ellas mismas. No pueden mendigarlo en otra parte.

Pues bien, si lo real tiene el valor de ser no contradictorio, aun cuando la no contradictoriedad es un valor lógico que asignamos asimismo a las proposiciones, no es racional negar que las entidades reales puedan tener valores de verdad so pretexto de que éstos deben asignarse solamente a las proposiciones.

Las entidades reales existen independientemente de nuestras aseveraciones o entendimiento. Semejantemente, las verdades a priori son verdad independientemente de nuestras aseveraciones o entendimiento. No son sólo efectivas en el plano ultramundano del pensamiento, sino que lo son en el mismo mundo. Por ello, las verdades a priori pueden ser parte de la naturaleza de las entidades reales.

En este sentido, no es aceptable sostener que una entidad real es no contradictoria pero no verdadera o falsa. Una vez hemos avalado que las verdades a priori son verdad sólo porque no son contradictorias, se sigue que las entidades reales, por ser no contradictorias, son verdad.

Si A es no contradictorio, conlleva la afirmación "A es no contradictorio", que es una proposición verdadera. La proposición es verdad por la sola razón de que no es portadora de predicados opuestos. No requiere nada más para ser verdad. Por idéntico motivo, aun cuando A sea una entidad real en lugar de una proposición, debe decirse que A es verdad porque no es portadora de predicados opuestos.

No es correcto pretender que "A es no contradictorio" es una proposición verdadera porque formula un enunciado sobre un hecho, esto es, la existencia de A. Sería igualmente verdad si A hubiera existido en el pasado y ya no existiera. Luego el valor de verdad de "A es no contradictorio" no depende de su correspondencia con la realidad. Si A fuera una entidad futura que todavía no existe, la proposición no sería menos verdadera. Y si A fuera una entidad no real, como un triángulo, la proposición sería asimismo verdad. Por tanto, si el valor de verdad no depende siempre de la correspondencia con la realidad, pero depende siempre de la no contradictoriedad, es forzoso admitir que las entidades reales, siendo no contradictorias, tienen un valor de verdad en sí mismas.

Quien niega obstinadamente que las entidades reales sean verdaderas asume que el valor de verdad depende de al menos dos condiciones necesarias, a saber, la formulación de un enunciado y la naturaleza no contradictoria de dicho enunciado. Sin embargo, podemos asumir que las entidades reales son proposiciones verdaderas desde una perspectiva ontológica, mientras que las proposiciones verdaderas son entidades reales desde una perspectiva epistemológica. Esto es debido a que todas las entidades reales, puesto que son no contradictorias, pueden traducirse en proposiciones verdaderas, siendo así que tales entidades, antes de existir o después de existir, no son sino proposiciones verdaderas. Para devenir reales deben existir en el espacio y en el tiempo, lo que sucederá si tienen una causa. De modo que las proposiciones verdaderas cuentan con todo lo que las entidades reales poseen excepto la causa que permite su ingreso en el espacio y el tiempo. Esta causa no cambia el valor de verdad de las proposiciones, lo que conlleva que cuando una proposición verdadera deviene una entidad real (desde una perspectiva ontológica) mantiene su valor de verdad.

No pretendo que las entidades reales y las proposiciones verdaderas son lo mismo. Digo que ambas tienen valor de verdad. Si se acepta que la causa que conduce una proposición a la existencia como entidad real no cambia el valor de verdad de dicha proposición, se está concediendo que la entidad resultante mantiene el valor de verdad que tenía como proposición, esto es, como entidad real potencial. Por consiguiente, los seres potenciales y los actuales se diferencian entre sí por no tener y tener una causa respectivamente, mientras que no se diferencian en el extremo de tener un valor de verdad.

Dicho en otros términos: una entidad real potencial no está asociada a una proposición no contradictoria, sino que es por su propia virtud una proposición no contradictoria y nada más que una proposición no contradictoria. Por la misma razón, una entidad real actual es una proposición no contradictoria más una causa.

Articulemos lo anterior mediante un argumento:

1) Todo lo posible es no contradictorio. Pues, si fuera contradictorio, sería imposible.

2) Todo lo real es posible. Pues, si fuera imposible, no devendría real.

3) Por tanto, todo lo real es no contradictorio.

4) Todo lo verdadero es no contradictorio. Pues, si fuera contradictorio, sería absurdo.

5) Si, por la proposición 4, es imposible que lo no contradictorio sea siempre falso, se dan sólo dos escenarios posibles:

a) Que todo lo no contradictorio sea siempre verdadero sólo por ser no contradictorio.

b) Que todo lo no contradictorio sea verdadero o falso, dependiendo de su adecuación a la realidad. Dada esta posibilidad, puesto que hemos aceptado en la premisa 3 que todo lo real es no contradictorio, se seguiría (en lo que no es más que un vano razonamiento circular) que todo lo real es verdadero o falso dependiendo de su adecuación a lo real. Sin embargo, si las entidades reales no pudieran ser verdaderas por afirmarse que sólo las proposiciones pueden tener un valor de verdad y negarse que las entidades reales sean proposiciones, no podríamos suponer que todo lo no contradictorio es verdadero o falso. Pues, si lo fuera, toda vez que hemos admitido que todo lo real es no contradictorio, nos veríamos obligados a conceder que todo lo real es verdadero o falso.

6) Esto nos lleva a reconocer que todo lo no contradictorio es siempre verdad por la mera razón de ser no contradictorio. Así pues, debemos confesar que no sólo todo lo verdadero es no contradictorio, sino también que todo lo no contradictorio es verdadero.

7) Ahora bien, hemos establecido que todo lo real es no contradictorio.

8) Por tanto, todo lo real es verdadero.

Si la verdad no estuviera en todo y no lo penetrara todo, incluida la realidad, o bien sería absolutamente distinta de la realidad, lo que hemos visto no ser cierto, ya que se ha apreciado que ambas poseen una naturaleza no contradictoria, o bien sería respecto a ella como un reino dentro de un reino, al estar contenida en un ámbito mayor que la limitaría. Este ámbito no existe ni en la realidad ni en el pensamiento, por lo que debe descartarse. Dado que, si entendemos que la verdad sólo está limitada por el principio de no contradicción, que es asimismo verdad, alcanzamos la certeza de que la verdad es absolutamente ilimitada.


sábado, 15 de abril de 2023


Spinoza estima que los dos únicos atributos que podemos conocer en la substancia son la extensión y el pensamiento. Sin embargo, el movimiento no puede deducirse geométricamente de la extensión, sino que -como observó Leibniz-requiere la fuerza o inercia. Por tanto, no está justificado dar a la extensión la condición de atributo mientras que la fuerza es arbitrariamente privada de ella. Ahora bien, si la fuerza es un atributo, puesto que es innegable que dos entidades pueden tener fuerzas distintas y movimientos distintos, siendo así que ni éstos ni aquéllas son reducibles a la extensión, es falso que no puedan darse dos o más substancias con el mismo atributo (Etica, Parte , Proposición V). Dos entidades pueden tener fuerzas y movimientos distintos, es decir, pueden compartir el mismo atributo (la fuerza o el movimiento) y ser dos sujetos distintos, considerando que el mismo sujeto no puede tener simultáneamente dos predicados opuestos (por ejemplo, un movimiento rectilíneo y un movimiento circular). 

Para Leibniz hay tantas substancias (mónadas) como vectores de fuerza, siendo cada una distinguible de la otra por su distinta percepción del universo. De manera que la fuerza no debe entenderse en función de la extensión, sino la extensión en función de la fuerza.

 

Campanella sostuvo que todo ser es cuanto puede ser, de manera que si un ser no tiene contrario lo será todo. Por este motivo, quienes niegan la existencia de lo inextenso o lo inmaterial afirman que la extensión y la materia son ilimitadas. 

Sin embargo, apréciese la contradicción de Spinoza. Por un lado, postula que existe la mathesis universalis, esto es, la estructura racional del universo, que no es una mera opinión humana ni una figuración segregada por nuestras facultades cognitivas. Como tal, impone un límite a la realidad y a la materia, en la medida en que es una no realidad y una no materia. Por otro lado, cree que la substancia es infinita, lo que conlleva que la extensión, su atributo, también lo es. En definitiva, Spinoza viene a decirnos que la extensión y la materia son limitadas e ilimitadas.


 

El argumento se refiere al todo de todos los todos o conjunto de todos los conjuntos, no a un todo o conjunto en particular. Concluye que dicho todo (el todo total) puede aparecer por composición, lo que lleva a la paradoja de que la nada se convierte en todo y un todo en parte, o existir inmediatamente, sin composición. Si el todo existe inmediatamente (en un instante, sin división temporal), sus partes sólo pueden diferenciarse de él idealmente, ya que no existen hasta que obran (toda vez que existir y obrar son la misma cosa). Para que se diferencien realmente del todo es necesario que obren, lo que requiere tiempo. Por tanto, se convertirán en partes después del todo.

jueves, 13 de abril de 2023


El Argumento Ontológico Hercúleo se sustenta en cuatro tesis metafísicas, a saber:

1) Que todo lo real es verdadero. 

Afirmar que todo lo real es verdadero es lo mismo que sostener que necesariamente posee forma o límites racionales. Pero para que la enunciación tenga sentido debe concebirse la verdad del modo más general, esto es, como no contradicción en lugar de como adecuación.

Ninguna realidad posible puede ser absolutamente caótica, pues ello implicaría que porta predicados opuestos al mismo tiempo y en el mismo respecto, esto es, que existe y no existe, es extensa e inextensa, móvil e inmóvil, etc., lo que debe rechazarse.

Observamos que la realidad fluye de un estado a otro contrario. Dicho flujo abarca todos los cambios posibles y los incluye en un mismo orden. Así, la realidad es una cosa o su negación, pero nunca ambas simultáneamente. De otra manera, no habría flujo y todo el devenir sería una pura fantasmagoría. Por lo que, según Heráclito, incluso en el máximo estado de cambio en el que se halla la materia, el perpetuo flujo, la substancia o logos de la realidad permanece invariable.

Si lo que participa de la verdad es verdadero, y por verdad entendemos aquello que es invariable, hay que concluir que lo real, en tanto puede ser un número limitado de cosas y no puede ser un número ilimitado de ellas, participa de la invariabilidad y es verdadero. 


2) Que no se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia. 

La descomposición "ad infinitum" de las ideas destruye su sentido, ya que nos obliga a hacer depender lo múltiple de la unidad y la unidad de lo múltiple.

Asimismo, un regreso infinito en las relaciones causales, al aplicarse al todo, conduciría a que la causa del todo fuera superior al todo como su causa e inferior a él como su parte, o a que la causa del todo no fuera parte del todo, lo que aboca al absurdo de que el todo no lo sea todo.

La única solución a esta paradoja es que el todo carezca de causa y sea la suma de todas las verdades y de todas las causas, dado que las verdades son acausales.

Véase:

a) La causa nunca es posterior al efecto.

Si la causa fuera posterior al efecto, el efecto sería anterior a la causa y sin la causa, lo que va contra su propia noción.

b) La parte siempre es posterior al todo.

Dados dos únicos elementos, a saber, la parte y el todo, si la parte fuera anterior al todo, síguese que la parte sería el todo y el todo potencial sería nada cuando la parte potencial es un todo actual. Asimismo, dicha nada pasaría a ser el todo cuando el todo pretérito deviniese parte del nuevo todo. Ahora bien, esto es absurdo, ya que las nociones de parte y todo, como las de todo y nada, no son mutuamente convertibles.

La parte tampoco es simultánea al todo, pues se llega al todo o bien por composición o bien inmediatamente. Si por composición, hallamos la paradoja de que la nada devenga todo y el todo devenga parte, lo que ha de excluirse. Si inmediatamente, la parte sólo puede distinguirse del todo por su obrar, el cual sucede en el tiempo.

c) Por tanto, algo no puede ser causa del todo y parte del todo, ya que sería anterior y posterior al todo.

d) Sin embargo, si la causa del todo no es parte del todo, el todo no será el todo, ya que no incluirá a su causa.

e) Por consiguiente, el todo carece de causa.

f) Por consiguiente, no se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia causal.

El todo no es sinónimo del universo. El universo es la suma de todo lo que existe en el espacio y en el tiempo, esto es, de todo lo real. La noción de todo en mi argumento refiere a la suma de 1) el universo, 2) las formas separadas o verdades eternas y 3) Dios, la verdad primera y causa primera. Si entendiéramos que el todo es el universo, no podríamos escapar de la paradoja: o bien tiene una causa que es parte de él, y entonces es también superior e inferior a él, o bien tiene una causa que no es parte de él, en cuyo caso el todo no es el todo. Pero si el todo es tal y como yo lo he definido, el universo puede tener causa mientras que el todo no puede tenerla.


3) Que existir y obrar son equivalentes.

En toda causa hay una verdad, admitido que todo lo real es verdadero. Recíprocamente, en toda verdad hay un obrar causante, habida cuenta que, si lo verdadero no obrase, lo real no padecería y no hallaría los límites que dicho padecimiento le provoca. Repárese en que si el obrar de la verdad no guardara relación alguna con la existencia, no se daría tal obrar causante por parte de lo verdadero en lo real.


4) Que lo absolutamente ilimitado posee todas las perfecciones. 

Esto es evidente si se concede que todo ser defectuoso tiene límites y es defectuoso únicamente por razón de sus límites.

Ahora bien, el principio de no contradicción carece de todo límite, al no derivar de ninguna otra verdad ni ser producido por causa alguna. Luego posee todas las perfecciones y existe. No ciertamente en el sentido de ser real y estar en el espacio y en el tiempo, sino en el de obrar en la verdad y en la realidad.

Si el principio de no contradicción es ilimitado, es imposible que sea limitado por algo. Por consiguiente, es necesario que obre sobre todo, sin excepción alguna. Por tanto, es una verdad necesaria y, a la vez, una causa necesaria.

domingo, 9 de abril de 2023

Recapitulación

 

He desarrollado tres argumentos para demostrar la existencia de Dios:

1. El Argumento Ontológico Hercúleo (versión completa aquí).

Considero que son eficaces en su cometido y que sus conclusiones no pueden ser evitadas, a no ser que, emulando a los escépticos, se suspenda el juicio, o que, al modo de los sofistas, se adultere la gramática de la verdad. Si alguien es de un parecer contrario y cree ser capaz de refutarlos, le animo a hacerlo para mi instrucción y la pública utilidad.


I. Heráclito decía que todo está lleno de logos.

II. Los neoplatónicos sostenían que la realidad emanaba del Uno. Entre ellos, Proclo aseveraba que la causa es superior al efecto.

III. Aristóteles consideró el principio de no contradicción como el principio lógico primario.

IV. San Agustín proclamó que Dios y la verdad son lo mismo, ya que Dios es la verdad suprema y todas las demás verdades están en la mente de Dios.

V. Enrique de Gante afirmó que Dios es lo primero que puede ser aprehendido por el intelecto.

VI. San Anselmo dedujo la existencia de Dios de su suma perfección.

VII. Llull defendía que el óptimo máximo es un intelecto infinito de la siguiente manera:

Si existe el óptimo máximo, éste es un inteligible infinito, ya que no puede ser comprendido por ninguna noción, la cual debe ser necesariamente inferior a él y estar comprendida por él. Por tanto, sólo un intelecto infinito puede comprenderlo. Ahora bien, si no existe tal intelecto infinito, se sigue que el ser óptimo máximo no es inteligible, ni siquiera a sí mismo, y por esta razón no puede ser en grado superlativo, habida cuenta que inteligir es una perfección. En consecuencia, de aceptarse esta premisa, nos veríamos obligados a concluir que el óptimo máximo es en grado superlativo (por su propia definición) y no es en grado superlativo (por su ininteligibilidad), lo que es absurdo. Luego la premisa debe rechazarse, siendo verdadera su negación: que el intelecto infinito existe.

De igual forma, mi argumento defiende que Dios es el máximo inteligible (la suprema verdad) y el máximo intelecto (un ser ilimitado que posee todas las perfecciones).

VIII. Campanella afirmó que Dios es el ser supremo que existe eminentemente en cualquier otro ser sin identificarse con ningún otro ser. En este sentido, todos los seres parciales participan tanto de Dios como del no ser, mientras que Dios no participa de nada.

Asimismo, en mi argumento Dios es el ser supremo que, como el principio de no contradicción en el orden de las ideas, debe presuponerse en cualquier otra verdad sin identificarse con ninguna otra verdad. Por lo tanto, todas las verdades parciales no son evidentes, dependiendo del  principio de no contradicción y de otras verdades, mientras que el principio de no contradicción no depende de nada.

IX. Spinoza identificó el actuar (conatus) de un ser y su esencia.

X. Leibniz postuló el principio de razón suficiente al rechazar una regresión infinita en las relaciones de dependencia.

Todas estas tesis se han reflejado en el Argumento Ontológico Hercúleo (véanse la formulación completa y la formulación simplificada del mismo), el cual demuestra que Dios es el principio de no contradicción desde un punto de vista lógico, mientras que el principio de no contradicción es Dios desde un punto de vista ontológico.


In aeterno regno sine fine

Ubi veritas et esse interteguntur

Surgebat quaestio e profundo animae meae

De divinae naturae quaerens statum.


"Omne quod est reale," meditabar voce alta,

"Verum est, et veritas dominatur

Non series infinita in relatione dependentiae,

Sive in causalitate sive in cogitatione, sustineri potest".


Hinc prima veritas emicat,

Principium non contradictionis, summum

Spatio et tempore soluta, stabat,

In essentia sua, libera infinite.


Nam esse et agere unum sunt,

Ut sapientes olim viderunt

Et in infinito dominante,

Tantum lege sua cohibetur.


Si prima causa in realitate oriretur,

Sed non responderet veritati verae

Realitatem ut veritatem frangeret,

Defensio axiomatis eluderetur.


Et si prima causa congrueret,

Cum veritate non prima, mirum est

Tum enim prima veritas alterius penderet,

Vincta et constricta, potestas commutata.


Ergo, ex necessitate, prima causa et prima veritas coniunguntur,

In caelesti harmonia saltatione

In immateriali regno inhabitant,

Cosmicum mysterium personificantes.


Ecce, Herculeum Argumentum Ontologicum,

Peregrinatio ad divini et profundi cordis

Revelans divinae naturae,

In sapientiae et gratiae concentu, sine vinculis.


sábado, 8 de abril de 2023

El Argumento Ontológico Hercúleo



2. No hay un regreso infinito en las relaciones de dependencia. En consecuencia, no hay un regreso infinito ni en las relaciones causales ni en las relaciones noéticas, por lo que se dan una primera causa y una primera verdad. 

3. La primera verdad es el principio de no contradicción. Puesto que no depende de ninguna otra verdad y no está en el espacio ni en el tiempo, es absolutamente ilimitada. 

4. Existir y obrar son equivalentes. 

5. Si algo es absolutamente ilimitado, no tiene más límites en su obrar  que los impuestos por el principio de no contradicción.

6. Si hubiera una primera causa que fuese real y no se correspondiera con una verdad que fuese verdadera, contradiría la premisa 1.

7. Si la primera causa correspondiera a una verdad distinta de la primera verdad, entonces la verdad que correspondiera a la primera causa dependería de otra verdad que no correspondería a la primera causa. Esta situación implicaría que la verdad primera no puede causar nada y que es limitada, lo que contradice la tesis de que la verdad primera no tiene límites, enunciada en la premisa 3, y la tesis de que si algo es absolutamente ilimitado, no tiene límites en su obrar distintos a los impuestos por el principio de no contradicción, enunciada en la premisa 5.

8. Por tanto, la primera causa debe corresponder a la primera verdad.

9. La primera verdad es inmaterial (el principio de no contradicción), tal como establece la premisa 3.

10. Por tanto, la primera causa es inmaterial y es el principio de no contradicción.

11. El principio de no contradicción y Dios son indistinguibles.

12. Por tanto, Dios es la primera verdad y la primera causa.

* * *

Demostración de la premisa 1:

1.1. Para toda entidad x, x es contradictoria si y sólo si existen predicados p y q tales que x tiene un predicado p, x tiene un predicado q y p y q son opuestos.

1.2. Si un sujeto portador de dos predicados opuestos es verdadero, entonces sería verdadero y no verdadero, lo que lleva a una conclusión absurda. Por tanto, un sujeto portador de dos predicados opuestos no es verdadero.

1.3. Para toda entidad x, x es real si y sólo si x existe y está en el espacio y el tiempo.

1.4. Si no es verdad que lo real es verdadero, entonces lo real es un sujeto portador de dos predicados opuestos y existe y no existe en el espacio y el tiempo, lo que lleva a una conclusión absurda. Por tanto, lo real es verdadero.

Demostración de la premisa 2:

I.

2.1.1. Si nada puede darse el ser a sí mismo, porque nada es superior a sí mismo, y la causa da el ser a su efecto, se sigue que la causa es superior a su efecto.

II.

2.2.1. Supongamos que todo tiene una causa (= hay un regreso infinito en la cadena de dependencia de las causas).

2.2.2. Si la premisa anterior es verdadera, el todo (la suma de todas las entidades) tiene una causa.

2.2.3. La causa es superior al efecto.

2.2.4. Cualquier parte es inferior al todo.

2.2.5. Si la causa del todo perteneciera al todo como a su parte, sería superior al todo en tanto que causa e inferior al todo en tanto que parte, lo cual es absurdo.

2.2.6. Por tanto, la causa del todo no pertenece al todo como a su parte, y el todo no es todo, lo cual es absurdo.

2.2.7. Por tanto, es falsa la primera premisa según la cual todo tiene una causa. Por consiguiente, no hay un regreso infinito en la cadena de dependencia en las causas.

III.

2.3.1. La causa nunca es posterior al efecto.

Si la causa fuera posterior al efecto, el efecto sería anterior a la causa y sin la causa, lo que va contra su propia noción.

2.3.2. La parte siempre es posterior al todo.

Dados dos únicos elementos, a saber, la parte y el todo, si la parte fuera anterior al todo, síguese que la parte sería el todo y el todo potencial sería nada cuando la parte potencial es un todo actual. Asimismo, dicha nada pasaría a ser el todo cuando el todo pretérito deviniese parte del nuevo todo. Ahora bien, esto es absurdo, ya que las nociones de parte y todo, como las de todo y nada, no son mutuamente convertibles.

La parte tampoco es simultánea al todo, pues se llega al todo o bien por composición o bien inmediatamente. Si por composición, hallamos la paradoja de que la nada devenga todo y el todo devenga parte, lo que ha de excluirse. Si inmediatamente, la parte sólo puede distinguirse del todo por su obrar, el cual sucede en el tiempo.

2.3.3. Por tanto, algo no puede ser causa del todo y parte del todo, ya que sería anterior y posterior al todo.

2.3.4. Sin embargo, si la causa del todo no es parte del todo, el todo no será el todo, ya que no incluirá a su causa.

2.3.5. Por consiguiente, el todo carece de causa.

2.3.6. Por consiguiente, no se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia causal.

IV.

2.4.1. Si A depende de B, C depende de B y A depende de C, asumiendo que las relaciones de dependencia son relaciones causales que suceden en el espacio y el tiempo, entonces todos los elementos A, B y C serán anteriores y posteriores a A, B y C, lo cual es absurdo.

2.4.2. Si A causa B y B causa A, entonces A es y no es superior a B, y B es y no es superior a A, lo cual es absurdo.

2.4.3. En consecuencia, no hay dependencia circular en la causalidad.

Demostración de la premisa 3:

Todas las verdades dependen del principio de no contradicción, mientras que éste no depende de ninguna verdad. Esto debe afirmarse axiomáticamente, sin necesidad de ulterior prueba. Sin embargo, podemos proporcionar la siguiente demostración:

3.1. Supongamos que el principio de no contradicción puede ser contradicho. Eso sería absurdo. 

3.2. Supongamos asimismo que el principio de no contradicción deriva de otra verdad. Tal verdad debe ser verdadera, es decir, no contradictoria. Por tanto, dependerá del principio de no contradicción, por lo que es falso que el principio de no contradicción derive de otra verdad. 

3.3. La conclusión es que el principio de no contradicción no es contradicho por nada ni derivado de nada. En consecuencia, carece absolutamente de límites. 

Demostración de la premisa 4:

4.1. Para toda entidad x, si x existe, entonces la existencia de x es equivalente al obrar de x conservándose a sí misma o cambiando otra entidad. Y para toda entidad x, si x obra, entonces el obrar de x es equivalente a la existencia de x. 

4.2. Por tanto, para toda entidad x, su existencia es equivalente a su obrar preservándose a sí misma o cambiando otra entidad.

Demostración de la premisa 11:

11.1. Todo lo que no es autocontradictorio, si carece absolutamente de límites, no puede limitarse al reino de lo no existente. 

11.2. Por tanto, si el principio de no contradicción carece absolutamente de límites, debemos identificarlo con una entidad que existe necesariamente. 

11.3. Todo lo defectuoso es limitado. 

11.4. Por tanto, todo lo que carece absolutamente de límites y existe necesariamente también existe perfectamente. 

11.5. Por tanto, el principio de no contradicción existe necesaria y perfectamente. 

11.6. Si fuera posible la existencia de dos o más seres perfectos, éstos se limitarían o se incrementarían el uno al otro. Si se limitan mutuamente, no carecen absolutamente de límites ni, por este motivo, son perfectos. Si se incrementan mutuamente, no existen perfectamente, lo que también va contra la premisa. Síguese que no es posible la existencia de dos o más seres perfectos. 

11.7. Por tanto, todo lo que existe necesaria y perfectamente existe singularmente. 

11.8. Por Dios se entiende el ser que existe necesaria y perfectamente. 

11.9. Si el principio de no contradicción y Dios existieran necesaria y perfectamente siendo distintos, no existirían singularmente, lo que hemos concluido ser imposible. 

11.10. Por tanto, el principio de no contradicción y Dios son uno y el mismo ser.

martes, 4 de abril de 2023

El Argumento Hilemórfico de la Contingencia


La materia no puede existir sin forma, en tanto está limitada por la forma, la cual determina qué puede ser y qué no puede ser la materia. La materia sin forma sería ilimitada y podría ser absolutamente todo, lo que significa que podría tener dos predicados opuestos al mismo tiempo, es decir, ser existente e inexistente, móvil e inmóvil, causada e incausada, etc. Este extremo viola el principio de no contradicción y debe rechazarse, al ser imposible.

Si la materia no puede existir sin forma, se sigue que, si la materia es necesaria, entonces la forma es necesaria.

Sin embargo, si la forma cesa de ser se seguirá que la forma es contingente.

Ahora bien, la forma cesa de ser para convertirse en otra forma. Por tanto, la forma es contingente.

Una entidad necesaria no puede depender de ninguna entidad contingente.

A resultas de lo anterior, es  falso afirmar que una entidad necesaria no puede existir sin una entidad contingente.

En consecuencia, es falso afirmar que la materia, siendo necesaria, no puede existir sin la forma, que es contingente. Por tanto, dado que la materia no puede existir sin la forma y ésta es contingente, síguese que la materia es contingente.

Por otro lado, sabemos que ninguna entidad puede estar compuesta de entidades con predicados opuestos a la primera entidad.

De ello resulta que, si el universo está compuesto de materia y forma y ambas son contingentes, el universo debe ser contingente.

Ahora bien, el universo está compuesto de materia y forma, siendo ambas contingentes. Luego el universo es contingente. 

Por tanto, la existencia del universo presupone un ser inmaterial, inespacial e intemporal, que es Dios.


Los números son o bien unidades o bien multiplicidades. Sin embargo, las multiplicidades no pueden tenerse por no-unidades, considerando que p no puede reducirse a ~p, pero las multiplicidades pueden reducirse a unidades. 

Si aceptamos que las multiplicidades pueden reducirse a unidades, no podemos conceder asimismo que quepa reducir las unidades a multiplicidades, pues ello carecería de sentido. Por consiguiente, las unidades pueden considerarse no-multiplicidades, ya que no son iguales ni están compuestas por multiplicidades. 

Además, si las multiplicidades pueden reducirse también a multiplicidades, esta reducción tomará como referencia de simplicidad la unidad, toda vez que no habría reducción si ambas multiplicidades fueran igualmente complejas. Esto se debe a que el número uno es el componente básico de los números enteros y sirve como elemento de identidad para la multiplicación y división.

Esto nos lleva a descubrir un principio más amplio: Ninguna entidad puede descomponerse en entidades con predicados opuestos respecto de la primera entidad. Por "predicado opuesto" entiendo aquel que excluye absolutamente su negación. Por ejemplo:

- Si una entidad es extensa, no puede descomponerse en entidades inextensas.

- Si una entidad es existente, no puede descomponerse en entidades inexistentes.

- Si una entidad es necesaria, no puede descomponerse en entidades contingentes.

Veamos de qué modo aplicaría este principio a nuestro caso:

a) Una no-unidad equivale a cero, esto es, a nada. 

b) No se puede reducir la unidad a nada o viceversa. 

c) Con todo, cabe reducir las multiplicidades a la unidad. Síguese, pues, que las multiplicidades no son no-unidades. 

d) Si las multiplicidades no son no-unidades, están compuestas de unidades o no lo están. 

e) Si las multiplicidades no están compuestas de unidades, no pueden reducirse a unidades o a multiplicidades más simples, lo cual es falso. 

f) En consecuencia, las multiplicidades se componen de unidades. 

g) Por otra parte, las unidades se componen o no de multiplicidades. 

h) Si las unidades se componen de multiplicidades, entonces, suponiendo que las multiplicidades se componen de unidades (como hemos establecido), se sigue un absurdo, es decir, que las unidades se componen de unidades. 

i) Luego las unidades no están compuestas de multiplicidades ni de unidades. 

j) Así, dado que las unidades tampoco están compuestas de no-unidades, debemos concluir que no están compuestas en absoluto.

k) De la no composición de las unidades se sigue que no se da un regreso al infinito en el orden de las ideas.

La anterior conclusión parece ser necesaria si aceptamos los siguientes axiomas:

1) Ninguna entidad puede estar compuesta de entidades con predicados opuestos a la primera entidad.

2) Ninguna entidad puede estar compuesta por sí misma.

lunes, 3 de abril de 2023

Traduzco el Argumento Hercúleo


1. ~(∞R)

Proof 1:

1.1.1. ∀N ≠ U, RED(N, U)
1.1.2. ¬(∃N, RED(U, N))
1.1.3. ∴ ~(∞RN)

Proof 2:

1.2.1.1. EPR → EPD
1.2.1.2. ∀(A, B, C) [(CA(A, B) ∧ CA(B, C) ∧ EQ(A, B)) ∧ ¬EQ(B, C) → EPR → ¬EPD → Absurd
1.2.1.3. ∴ ¬EQ(EF, CC)

1.2.2.1. ∀x ¬CA(x, x)
1.2.2.2. ∀x ¬CA(N, x)
1.2.2.3. ∴ ∀(A, B) [CA(A, B) → PRO(B, A)]
1.2.2.4. ∴ ¬SU(EF, CC)

1.2.3.1. ∴ SU(CC, EF)

1.2.4.1. ∀EE, ∃CC ∧ CA(CC, EE)
1.2.4.2. ∃CC ∧ CA(CC, W)
1.2.4.3. ∀(CC, EE) CA(CC, EE ) → SU(CC, EE)
1.2.4.4. ∀(PA, W), PA ∈ W → INF(PA, W)
1.2.4.5. CA(CC, W) ∧ (CC ∈ W) → SU(CC, W) ∧ INF(CC, W) → Absurd
1.2.4.6. ∴ ∀x (CA(x, W) → (C ∉ W) ∧ (W ≠ W) → Absurd
1.2.4.7. ~(∞RC)

1.2.5.1. (D(A, B) ∧ D(C, B) ∧ D(A, C) → (PRI(A, B) ∧ PRI(B, C) ∧ PRI(C,A) ∧ (POST(A, B) ∧ POST(B, C) ∧ POST(C,A)) → Absurd
1.2.5.2. (CA(A, B) ∧ CA(B, A) → SU(A, B) ∧ ¬SU(A, B) → Absurd
1.2.5.3. ∴ ¬CIRC

2. ∀x(T(x) → (∃y(T(y) ∧ D(y, x)) ∧ ~(∞R) → (AT(z) ∧ (z = PNC))))

Proof:

2.1. ∀x∀y (¬(T(x) ∧ ¬T(y) ∧ D(x, y)))
2.2. ∀x (∃y ((T(x) ∧ ¬AT(x)) → (T(y) ∧ D(x, y))))
2.3. ~(∞R)
2.4. ∀x (CT(x) → (∃y (ST(y) ∧ D(x, y))))
2.5. ∀x (T(x) ∧ x ≠ PNC → ¬(∞S(x)))
2.6. ∴ ∃x (AT(x) ∧ x ≡ PNC)

3. ∀x (RR(x) → T(x))

Proof:

3.1. ∀x(CD(x) ↔ (∃p∃q(P(x, p) ∧ P(x, q) ∧ ¬(p ↔ q))))
3.2. (T(CD) → (T(CD) ∧ ¬T(CD))) → Absurd → ¬T(CD)
3.3. ∀x(RR(x) ↔ (E(x) ∧ STI(x)))
3.4. (¬T(RR) → (CD(RR) ∧ STI(RR) ∧ ¬STI(RR))) → Absurd → T(RR)

4. ∀x (RR(x) → ∃y(AT(y) ∧ D(x, y)))

5. ~(∃p, q (AT(p) ∧ T(q) ∧ CC(q, p)))

Proof:

5.1. ∀x∀y(CC(x, y) → D(y, x))

6. ∀x ((RR(x) → ∃y(AT(y) ∧ D(x, y))) → ¬BR(AT))

7. ∀x(E(x) → (E(x) ↔ O(x))) ∧ ∀x(O(x) → (O(x) ↔ E(x))) ∴ ∀x(E(x) ↔ O(x))

8. ∀x∀y(D(x, y) → C(y, x))

Proof:

8.1. ∀x (DE(x) ≠ IE(x))
8.2. ∀x ∀y ((D(x, y) ∧ ¬∃(y)) → IE(x))
8.3. ∀x ∀y (D(x, y) ∧ ∃(y)) → ¬IE(x) ∧ LB(x, y) ∧ CB(x, y))

9. ∀x(T(x) → (∃y(T(y) ∧ D(x, y))) ∧ AT(z)) → ∀x(RR(x) → CB(z, x))

10. ~(¬BR(AT) ∧ BR(x) ∧ CB(x, AT))

11. ¬BR(AT) ∧ ~(∞R) ↔ (¬L(AT) → ∃x(L(x) ∧ D(AT, x)))

Proof:

11.1. ∀x∀y((D(y, x) → L(x, y)) ∧ (¬D(y, x) → ¬L(x, y)))

12. ∀x((L(x) ∧ T(x)) → ¬L(AT)) ∴ ∀x(T(x) → (∃y(AT(y) ∧ ¬L(y))))

13. ∀x [(¬LB(x) → ¬DD(x) → P(x))] ∴ G(x)

* * *

Where:

R is regress in dependency relations.

RED is is reduced to.

U is unity.

RN is regress in numeric dependency relations.

EPR is equal producer.

EPD is equal product.

CA is causality relation.

EQ is equality relation.

EF is effect.

CC is cause.

N is nothing.

PRO is all its elements proceed from.

INF is inferiority relation.

SU is superiority relation.

EE is any entity.

W is the whole.

PA is a part.

RC is regress in causal dependency relations.

D is dependency relation.

PRI is prior to.

POST is posterior to.

CIRC is circular dependency in causality.

T is true.

AT is absolute (or independent) truth.

CT is complex truth.

ST is simpler truth.

S is simplicity.

PNC is the principle of non-contradiction.

RR is real.

CD is a subject carrying two opposite predicates.

STI is space and time.

BR is belong to the set of entities that are real.

E is existence.

O is acting by preserving itself or changing an entity.

C is entities that change.

DE is dependent entity.

IE is independent entity.

LB is is limited by.

CB is is changed by.

L is limit.

DD is is defective.

P is has all perfections.

G is is God.

* * *

Definitions:

- True or truth is a non-contradictory proposition.

- A defective being is a limited being.

* * *

Translation:

1. It is not the case that there is an infinite regress in dependency relations.

Proof 1:

1.1.1. For all numbers N not equal to unity, N can be reduced to unity.
1.1.2. There does not exist any number N such that unity can be reduced to N.
1.1.3. Therefore, there is no infinite regress in numeric dependency relations.

Proof 2:

1.2.1.1. Equal producers create equal products.
1.2.1.2. So that if a cause B, being different from its consequent C, were equal to its antecedent A, we would be faced with two equal producers, A and B, creating two unequal products, B and C respectively, which is absurd.
1.2.1.3. Therefore, the effect is not equal to the cause.

1.2.2.1. For all entities x, there is no causality relation between x and itself.
1.2.2.2. For all entities x, there is no causality relation between nothing and x.
1.2.2.3. For all entities A and B, if there is a causality relation between A and B then all the elements of B proceed from A.
1.2.2.4. Therefore, there is no superiority relation between the effect and the cause.

1.2.3.1. Therefore, there is a superiority relation between the cause and the effect.

1.2.4.1. Everything has a cause (= there is an infinite regress in the chain of dependency in causes).
1.2.4.2. The whole (the sum of all entities) has a cause.
1.2.4.3. The cause is superior to the effect.
1.2.4.4. Any part is inferior to the whole (i.e. less inclusive, less representative and less general).
1.2.4.5. If the cause of the whole belonged to the whole as its part, it would be superior and inferior to the whole, which is absurd. Otherwise, the cause of the whole would be limited by something posterior to it, which implies that it would be unlimited (and hence not a part of the whole) before it produced its effect.
1.2.4.6. Therefore, the cause of the whole does not belong to the whole as its part, and the whole is not everything, which is absurd.
1.2.4.7. Therefore, the first premise according to which everything has a cause is false. Thus, there is no infinite regress in the chain of dependency in causes.

1.2.5.1. If A depends on B, C depends on B and A depends on C, assuming that the dependency relations are causal relations that happen in space and time, then all elements A, B and C will be prior and posterior to A, B and C, which is absurd.
1.2.5.2. If A causes B and B causes A, then A is and is not superior to B, and B is and is not superior to A, which is absurd.
1.2.5.3. Consequently, there is no circular dependency in causality.

2. For all entities x, if x is true, then there exists an entity y such that y is true and y depends on x, and it is not the case that there is an infinite regress in dependency relations, then z is an absolute truth and z is equivalent to the principle of non-contradiction.

Proof:

2.1. There does not exist any pair of entities x and y such that x is true, y is not true, and x depends on y.
2.2. For all entities x, there exists an entity y such that if x is true and it is not an absolute (or independent) truth, then y is true and x depends on y.
2.3. It is not the case that there is an infinite regress in dependency relations.
2.4. Every complex truth depends on a simpler truth.
2.5. For all entities x, if x is a truth and x is not the principle of non-contradiction, then x cannot have infinite simplicity.
2.6. Therefore, there is an absolute truth and it is equivalent to the principle of non-contradiction.

3. For all entities x, if x is real, then x is true.

Proof:

3.1. For all entities x, x is contradictory if and only if there exist predicates p and q such that x has predicate p, x has predicate q, and p and q are not equivalent (meaning they are opposite).
3.2. If a subject carrying two opposite predicates is true, then it would be both true and not true, which leads to an absurd conclusion. Therefore, a subject carrying two opposite predicates is not true.
3.3. For all entities x, x is real if and only if x exists and is in space and time.
3.4. If it is not true that the real is true, then the real is a subject carrying two opposite predicates and both exists and does not exist in space and time, which leads to an absurd conclusion. Therefore, the real is true.

4. For all entities x, if x is real, then there exists an entity y that is an absolute truth and x depends on y.

5. There do not exist entities p and q such that p is an absolute truth, q is true, and q causes p.

Proof:

5.1. For all entities x and y, if x causes y, then y depends on x.

6. For all entities x, if x is real and stands in a dependency relation with an absolute truth, then that absolute truth does not belong to the set of entities that are real.

7. For all entities x, if x exists, then the existence of x is equivalent to x acting by preserving itself or changing another entity. And for all entities x, if x acts, then the acting of x is equivalent to the existence of x. Therefore, for every entity x, its existence is equivalent to its acting preserving itself or changing another entity.

8. For all entities x and y, if x stands in a dependency relation with y, then y causes a change in x.

Proof:

8.1. For all entities x, being a dependent entity is not equal to being an independent entity.
8.2. For all entities x and y, if x is dependent on y and y does not exist, then x is an independent entity.
8.3. For all entities x and y, if x is dependent on y and y exists, then x is not an independent entity, x is limited by y, and x is changed by y.

9. For all entities x, if x is true and there exists a y such that y is also true and y is in a dependency relation with x, and if z is an absolute truth, then for all entities x, if x is real, then x is changed by z.

10. It is not the case that there exists an entity x that belongs to the set of entities that are real, that changes an absolute truth entity that does not belong to the set of entities that are real.

11. An absolute truth does not belong to the set of entities that are real, and there is no infinite regress in dependency relations, if and only if, if an absolute truth does not have a limit, then there exists an entity that has a limit and stands in a dependency relation with the absolute truth.

Proof:

11.1. For all entities x and y, if y depends on x, then x limits y; and if y does not depend on x, then x does not limit y.

12. For all entities x, if x has a limit and it is true, then an absolute truth does not have a limit. Therefore, for all entities x, if x is true, then there exists an entity y such that y is an absolute truth and y is unlimited.

13. For all entities x, if x is not limited, then x is not defective, then x has all perfections. Therefore, x is God.