domingo, 17 de febrero de 2013

Sobre la imposibilidad de las causas segundas incausadas




Definición I

Llamo causa primera a aquella que, siendo absolutamente simple (sin partes), basta para explicarse a sí misma, y siendo absolutamente necesaria (sin cambios), todos los efectos remiten a ella.

Definición II

Llamo causas segundas a aquellas que, en oposición a la causa primera, no se explican a sí mismas, están sujetas a variación o contingencia, así como a finitud (limitadas por el espacio y el tiempo), y remiten a un ente heterogéneo para justificar su existencia.

Axioma I

La universalidad de las causas se divide en causa primera y causas segundas, tertium non datur.

Axioma II

Todo cuanto existe temporalmente produce un efecto.

Axioma III

Sólo puede predicarse la necesidad de un solo ente.

Axioma IV

Lo infinito en acto todo lo puede. Et contra, lo finito no lo puede todo.

Proposición I

La causa primera sólo puede vincularse a las causas segundas por contenerlas en germen, esto es, intrínsecamente, al modo en que el progenitor se vincula a su progenie. 

Demostración

Si el vínculo entre la causa primera y las causas segundas no derivase de la definición de la causa primera como engendradora de las demás, debería atribuirse a una tertia species distinta a la causa primera y a las causas segundas, lo que es absurdo, por el Axioma I.

Proposición II

Todas las causas segundas proceden de la causa primera.

Demostración

Ex definitione, y por la Proposición I.

Proposición III

No hay hiatos en la cadena causal.

Demostración

Dada una serie causal truncada, se hallaría en ella (en la parte ex ante) una causa sin efecto, lo que se rechaza en base al Axioma II. Hallaríase también (en la parte ex post) una causa incausada distinta de la que dio inicio a la primera serie, lo que se niega en virtud de la Definición I y el Axioma III, pues siendo causa primera sería causa necesaria y habría dos causas primeras necesarias. Por tanto, es imposible un hiato en la causalidad, si no es por vía de milagro.

Proposición IV

Nada existe sin causa, salvo la causa primera.

Demostración

Por las Proposiciones II y III, todas las causas segundas proceden de la causa primera, sin hiatos en la cadena causal. Además, todo cuanto, no siendo necesario, existe sin causa carece de razón para existir aquí antes que allí, hoy antes que mañana, de este modo antes que de este otro, etc. Por tanto, existir sin causa conlleva existir de cualquier manera posible. Ahora bien, toda causa incausada, exceptuando la causa primera, es finita. Luego, por el Axioma IV, no lo puede todo ni, en consecuencia, puede existir de cualquier manera posible. Así, toda causa incausada distinta de la causa primera sería finita (por la Definición II) e infinita (por el Axioma IV), lo que es un sinsentido. De donde se sigue que es imposible que haya causas segundas incausadas, que es lo que había que demostrar.

sábado, 9 de febrero de 2013

Parménides moral


Si el pensamiento es movimiento, el pensamiento del movimiento es el movimiento del movimiento, lo que es absurdo. Ahora bien, si el pensamiento no es movimiento, no es el compuesto de partes móviles; por lo que, siendo móvil todo lo material, se concluye que el pensamiento no es material.

Digámoslo de otra manera. Si el pensamiento es color, el pensamiento del color es la coloración del color. Luego, o se le da al color lo que ya tiene, lo que es imposible (como dar vida a lo vivo o dar muerte a lo muerto), o se le da lo que no tiene, lo que hace que deje de ser color o se torne en otro color. En este último caso la coloración del color implicaría su negación o su mutación esencial. Del mismo modo, el pensamiento del movimiento implica el pensamiento de un no movimiento, cosa que resulta autocontradictoria, o el de un movimiento distinto al pensado. Así, pensar el verde oscuro sería imposible, pues siempre y en todo caso pensaríamos en su lugar el rojo o el verde claro, sin poder concebir siquiera aquel color. Pero pensar el movimiento con exactitud es posible y concebible. Por tanto, o el movimiento no es movimiento o el pensamiento no es movimiento.