Respecto a este argumento:
Todo lo que carece de comienzo no puede ser dividido.
Todo cuanto es móvil está dividido en una pluralidad de lugares y tiempos.
Por tanto, todo lo que carece de comienzo es inmóvil.
Todo lo que puede ser dividido tiene comienzo.
Todo lo que existe en el espacio y el tiempo es móvil.
Todo cuanto es móvil está dividido en una pluralidad de lugares y tiempos.
Por tanto, todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo.
Dándose sólo dos posibles clases de entidades, a saber, las que tienen y las que no tienen comienzo, se sigue que las entidades que tienen comienzo deben ser causadas por sí mismas o por las entidades que no tienen comienzo. La autocausación es imposible, lo que conlleva que la segunda alternativa es necesariamente verdadera.
Ha de afirmarse, pues, que lo inmóvil es causa eficiente de lo móvil y no sólo su causa final. Tal conclusión, aunque sea experimentalmente incomprensible (que algo mueva algo sin contacto físico y sin moverse), es no obstante clara desde un punto de vista analítico. De este modo, siendo división el movimiento de lo múltiple e indivisión la quietud de lo uno, cabe sostener en contra de Aristóteles que el movimiento procede de la quietud como la multiplicidad procede de lo uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Propter Sion non tacebis