El argumento de Juan Filópono es casi trivial en su sencillez:
Si el infinito es lo que no puede ser recorrido, es imposible que exista un pasado infinito en acto, pues, aunque sus días no existan simultáneamente, lo innumerable habrá ingresado en la existencia, deviniendo numerado. En otros términos: si el pasado ha llegado al presente, ha sido recorrido; si ha sido recorrido, no es infinito. Análogamente, si el golpe llega al rostro tuvo comienzo, dado que tuvo fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Propter Sion non tacebis