El argumento demuestra:
1) Que la dualidad del ser uno con uno mismo y el ser uno con otros es necesaria en cualquier universo, ya que un universo estático y sin partes, o con partes totalmente inconexas, es en realidad un no-universo y una pura quimera.
2) Que dicha dualidad es necesaria también en Dios, puesto que un dios absolutamente uno es un dios mutable o impotente, esto es, un dios imperfecto y, por ende, un no-Dios.
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Propter Sion non tacebis