1. Todo lo real es verdadero.
2. No hay un regreso infinito en las relaciones de dependencia. En consecuencia, no hay un regreso infinito ni en las relaciones causales ni en las relaciones noéticas, por lo que se dan una primera causa y una primera verdad.
3. La primera verdad es el principio de no contradicción. Puesto que no depende de ninguna otra verdad y no está en el espacio ni en el tiempo, es absolutamente ilimitada.
4. Existir y obrar son equivalentes.
5. Si algo es absolutamente ilimitado, no tiene más límites en su obrar que los impuestos por el principio de no contradicción.
6. Si hubiera una primera causa que fuese real y no se correspondiera con una verdad que fuese verdadera, contradiría la premisa 1.
7. Si la primera causa correspondiera a una verdad distinta de la primera verdad, entonces la verdad que correspondiera a la primera causa dependería de otra verdad que no correspondería a la primera causa. Esta situación implicaría que la verdad primera no puede causar nada y que es limitada, lo que contradice la tesis de que la verdad primera no tiene límites, enunciada en la premisa 3, y la tesis de que si algo es absolutamente ilimitado, no tiene límites en su obrar distintos a los impuestos por el principio de no contradicción, enunciada en la premisa 5.
8. Por tanto, la primera causa debe corresponder a la primera verdad.
9. La primera verdad es inmaterial (el principio de no contradicción), tal como establece la premisa 3.
10. Por tanto, la primera causa es inmaterial y es el principio de no contradicción.
11. El principio de no contradicción y Dios son indistinguibles.
12. Por tanto, Dios es la primera verdad y la primera causa.
* * *
Demostración de la premisa 1:
1.1. Para toda entidad x, x es contradictoria si y sólo si existen predicados p y q tales que x tiene un predicado p, x tiene un predicado q y p y q son opuestos.
1.2. Si un sujeto portador de dos predicados opuestos es verdadero, entonces sería verdadero y no verdadero, lo que lleva a una conclusión absurda. Por tanto, un sujeto portador de dos predicados opuestos no es verdadero.
1.3. Para toda entidad x, x es real si y sólo si x existe y está en el espacio y el tiempo.
1.4. Si no es verdad que lo real es verdadero, entonces lo real es un sujeto portador de dos predicados opuestos y existe y no existe en el espacio y el tiempo, lo que lleva a una conclusión absurda. Por tanto, lo real es verdadero.
Demostración de la premisa 2:
I.
2.1.1. Si nada puede darse el ser a sí mismo, porque nada es superior a sí mismo, y la causa da el ser a su efecto, se sigue que la causa es superior a su efecto.
II.
2.2.1. Supongamos que todo tiene una causa (= hay un regreso infinito en la cadena de dependencia de las causas).
2.2.2. Si la premisa anterior es verdadera, el todo (la suma de todas las entidades) tiene una causa.
2.2.3. La causa es superior al efecto.
2.2.4. Cualquier parte es inferior al todo.
2.2.5. Si la causa del todo perteneciera al todo como a su parte, sería superior al todo en tanto que causa e inferior al todo en tanto que parte, lo cual es absurdo.
2.2.6. Por tanto, la causa del todo no pertenece al todo como a su parte, y el todo no es todo, lo cual es absurdo.
2.2.7. Por tanto, es falsa la primera premisa según la cual todo tiene una causa. Por consiguiente, no hay un regreso infinito en la cadena de dependencia en las causas.
III.
2.3.1. La causa nunca es posterior al efecto.
Si la causa fuera posterior al efecto, el efecto sería anterior a la causa y sin la causa, lo que va contra su propia noción.
2.3.2. La parte siempre es posterior al todo.
Dados dos únicos elementos, a saber, la parte y el todo, si la parte fuera anterior al todo, síguese que la parte sería el todo y el todo potencial sería nada cuando la parte potencial es un todo actual. Asimismo, dicha nada pasaría a ser el todo cuando el todo pretérito deviniese parte del nuevo todo. Ahora bien, esto es absurdo, ya que las nociones de parte y todo, como las de todo y nada, no son mutuamente convertibles.
La parte tampoco es simultánea al todo, pues se llega al todo o bien por composición o bien inmediatamente. Si por composición, hallamos la paradoja de que la nada devenga todo y el todo devenga parte, lo que ha de excluirse. Si inmediatamente, la parte sólo puede distinguirse del todo por su obrar, el cual sucede en el tiempo.
2.3.3. Por tanto, algo no puede ser causa del todo y parte del todo, ya que sería anterior y posterior al todo.
2.3.4. Sin embargo, si la causa del todo no es parte del todo, el todo no será el todo, ya que no incluirá a su causa.
2.3.5. Por consiguiente, el todo carece de causa.
2.3.6. Por consiguiente, no se da un regreso infinito en las relaciones de dependencia causal.
IV.
2.4.1. Si A depende de B, C depende de B y A depende de C, asumiendo que las relaciones de dependencia son relaciones causales que suceden en el espacio y el tiempo, entonces todos los elementos A, B y C serán anteriores y posteriores a A, B y C, lo cual es absurdo.
2.4.2. Si A causa B y B causa A, entonces A es y no es superior a B, y B es y no es superior a A, lo cual es absurdo.
2.4.3. En consecuencia, no hay dependencia circular en la causalidad.
Demostración de la premisa 3:
Todas las verdades dependen del principio de no contradicción, mientras que éste no depende de ninguna verdad. Esto debe afirmarse axiomáticamente, sin necesidad de ulterior prueba. Sin embargo, podemos proporcionar la siguiente demostración:
3.1. Supongamos que el principio de no contradicción puede ser contradicho. Eso sería absurdo.
3.2. Supongamos asimismo que el principio de no contradicción deriva de otra verdad. Tal verdad debe ser verdadera, es decir, no contradictoria. Por tanto, dependerá del principio de no contradicción, por lo que es falso que el principio de no contradicción derive de otra verdad.
3.3. La conclusión es que el principio de no contradicción no es contradicho por nada ni derivado de nada. En consecuencia, carece absolutamente de límites.
Demostración de la premisa 4:
4.1. Para toda entidad x, si x existe, entonces la existencia de x es equivalente al obrar de x conservándose a sí misma o cambiando otra entidad. Y para toda entidad x, si x obra, entonces el obrar de x es equivalente a la existencia de x.
4.2. Por tanto, para toda entidad x, su existencia es equivalente a su obrar preservándose a sí misma o cambiando otra entidad.
Demostración de la premisa 11:
11.1. Todo lo que no es autocontradictorio, si carece absolutamente de límites, no puede limitarse al reino de lo no existente.
11.2. Por tanto, si el principio de no contradicción carece absolutamente de límites, debemos identificarlo con una entidad que existe necesariamente.
11.3. Todo lo defectuoso es limitado.
11.4. Por tanto, todo lo que carece absolutamente de límites y existe necesariamente también existe perfectamente.
11.5. Por tanto, el principio de no contradicción existe necesaria y perfectamente.
11.6. Si fuera posible la existencia de dos o más seres perfectos, éstos se limitarían o se incrementarían el uno al otro. Si se limitan mutuamente, no carecen absolutamente de límites ni, por este motivo, son perfectos. Si se incrementan mutuamente, no existen perfectamente, lo que también va contra la premisa. Síguese que no es posible la existencia de dos o más seres perfectos.
11.7. Por tanto, todo lo que existe necesaria y perfectamente existe singularmente.
11.8. Por Dios se entiende el ser que existe necesaria y perfectamente.
11.9. Si el principio de no contradicción y Dios existieran necesaria y perfectamente siendo distintos, no existirían singularmente, lo que hemos concluido ser imposible.
11.10. Por tanto, el principio de no contradicción y Dios son uno y el mismo ser.
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Propter Sion non tacebis