jueves, 31 de mayo de 2007

Dos maneras de entender la dignidad




Si par hasard on rencontre d'honnêtes gens parmi les nègres de la Guinée (le plus grand nombre est toujours vicieux), ils sont pour la plupart enclins au libertinage, à la vengeance, au vol et au mensonge.

Enciclopedia de las Artes y de los Oficios (1.751-1.773).


* * *


1. ¿Es lícito capturar con violencia y engaño a los negros así como a otros salvajes injustamente hechos esclavos?

Sus eminencias dijeron que no es lícito.

2. ¿Es lícito comprar, vender o hacer contratos de algún otro modo posible con los negros o salvajes injustamente hechos esclavos?

Sus eminencias dijeron que no es lícito.

3. Cuando los negros o cualesquiera otros salvajes son capturados injustamente y se encuentran mezclados con otros vendibles, ¿es justo comprarlos a todos, buenos y malos?

Sus eminencias dijeron que no es lícito.

4. Los compradores de los negros, asú como de otros salvajes ¿no tienen que averiguar acerca del título de la servidumbre de éstos, si han sido hechos esclavos justa o injustamente? ¿Será lícito cuando muchos de éstos han sido injustamente cautivados?

Sus eminencias dijeron que están obligados a averiguar.

5. Los amos de los negros, así como de otros salvajes injustamente hechos esclavos, capturados con violencia y engaño, ¿no están obligados a manumitirlos?

Sus eminencias dijeron que están obligados.

6. Los compradores de negros y de otros salvajes injustamente hechos esclavos, que han sido hechos siervos con violencia y engaño, tanto los compradores como sus amos, ¿no están obligados a compensarles los daños?

Sus eminencias dijeron que están obligados.

7. ¿Es lícito a los amos de los negros o de otros esclavos, con privada autoridad, exponerlos a peligro de muerte, herirlos, quemarlos o matarlos?

Sus eminencias dijeron que no es lícito.

8. ¿Es lícito bautizar a los negros o a otros infieles, sin ser instruidos en los misterios de la fe, necesarios para la salvación y dejarlos sin esta instrucción?

Sus eminencias dijeron que no es lícito, salvo en peligro de muerte, exceptuando a los niños.

9. Los señores de los negros o de otros esclavos ¿no están obligados a impedir que vivan en concubinato?

Sus eminencias dijeron que estaban obligados.

10. ¿Es justo mantener en servidumbre a los esclavos después del bautismo, tanto si fueron esclavizados justa o injustamente?

Sus eminencias respondieron que no, si fueron esclavizados injustamente.

11. ¿Es lícito comprar negros a los herejes mediata o inmediatamente, y después de la venta, ya sea donación o cualquier otro contrato sobre los mismos retenerlos en servidumbre, y de la misma manera venderlos a aquéllos?

Sus eminencias dijeron que no, pues existía mala fe.

Decreto del Santo Oficio sobre varias dudas remitidas por los capuchinos (Roma, 20 marzo 1.686).

Quejarse es negarse


Si alguien se indignara de no haber nacido de una reina y, al contrario, de que su propia madre no haya dado a luz al que es rey, se indignaría de no ser él mismo otro, o más bien se indignaría por nada, pues todas las cosas sucederían de la misma manera, y el mismo hijo de reyes en tal caso no pensaría ni en sueños que es ahora hijo de campesinos. De la misma manera, he dejado a un lado a los que se indignaban de que Dios inmediatamente no hubiera excluido del mundo (a fin de que la mancha de ellos no se extendiera a sus hijos) a Adán y Eva una vez que habían pecado juntos y de que no los sustituyera por una pareja mejor. Pues, como he hecho notar, si Dios hubiera hecho esto, una vez suprimido el pecado, otra serie completamente distinta de cosas, otra cadena completamente distinta de circunstancias, de hombres y matrimonios, otros hombres completamente distintos habrían tenido que producirse y, por consiguiente, suprimido o extinguido el pecado, nosotros mismos no habríamos sido llamados a venir al mundo. Los que tales objeciones ponen no tienen, pues, razones para indignarse de que Adán y Eva hayan pecado, y menos aún de que Dios haya tolerado el pecado, ya que más bien deben contabilizar en el haber de esta tolerancia de los pecados de parte de Dios el hecho de su existencia.

Leibniz.




Albinoni-concerti-a-cinque03.mp3

martes, 29 de mayo de 2007

Educación para la ciudadanía, según Eduardo Robredo


Desde el punto de vista naturalista, la moralidad no es un imperativo de los dioses ni un legado de míticos legisladores, sino una función de la vida comunitaria que encuentra raíz en nuestra herencia biológica como mamíferos y primates sociables. El "deber" tiene su origen en la evolución darwiniana de la vida dentro de grupos compitiendo entre sí por gestionar recursos naturales escasos. Este "orden natural", que es la base indispensable del "orden de costumbres" o histórico, se encuentra impreso no sólo en la arquitectura de la mente humana, para decirlo con John Tooby y Leda Cosmides, sino también en la evolución de la conducta operatoria, en especial en relación a las habilidades manuales.




PS: En alguna parte Nietzsche se lamentaba (¡Nietzsche!) de que el espíritu europeo pudiera verse reducido en el futuro a la dinámica de las pulsiones simpáticas, suprimida cualquier idea inmutable de deber y honor. No todos los inmoralismos son iguales, y el inmoralismo a la inglesa de los buenistas huele a hez de macaco.

PS2: ¿Los asesinos serían abortos de la evolución (ya que atentan contra la comunidad) o estarían en su cúspide (al ser los que mejor compiten a la hora de acaparar recursos, especialmente si se organizan en ejércitos)?

PS3: Obsérvese la contradicción entre dos análisis darwinianos de la moral humana. En uno se nos decía que ciertas actitudes como la monogamia son "una buena estrategia" para la supervivencia. Las costumbres creaban el "orden natural" en un momento dado. Aquí se invierte la tesis y se viene a asegurar que es el "orden natural" el que crea las costumbres en un momento dado. Y no es que las dos sean ciertas por igual, sino que se adopta acomodaticiamente un punto de vista opuesto en cada una de ellas. Si el orden natural no es común, sino que está diversificado en las actitudes de los individuos en competencia, difícilmente puede ser considerado una "base" de algo social.

PS4: ¿Es malo que un Estado imponga su ideología partidista, y es bueno, por el contrario, que llevemos de serie una "ética" derivada de una ancestral imposición simiesca? ¿Por qué el pasado habría de tener más derechos que el presente, o la naturaleza salvaje más que la política civilizada?

Línea divisoria


Veo como un misterio el que la materia pueda tener límites externos absolutos. Estoy bastante persuadido, en cambio, de que no los tiene internos. Pues es propio de lo material el fluir sin trabas, mientras la razón apresurada inventa grumos a los que llama átomos.

A su vez, es cualidad del espíritu el contar con límites absolutos o, al menos, con límites por exclusión. Así, si todo lo material es inclusivo, al no admitir el vacío entre partes, todo lo final o espiritual es exclusivo. No puede perseguirse un fin y su contrario; no puedo irme a Bangkok y huir de esa ciudad en el mismo viaje. Pero ampliemos el ángulo y se comprobará que Bangkok y yo estamos en el mismo lugar.

Dicho esto, presento una disyuntiva: 1) o bien la selección natural atiende a fines, 2) o bien no ejerce ninguna influencia sobre el espíritu.

Atender a fines significa que lo que se desarrolla es contenido en el cauce de lo que puede ser. La materia es métrica o cuantitativamente ilimitada, pero no está lógicamente indefinida. Tiene fines inherentes. De modo que, en el supuesto de que la naturaleza prescindiese de cualquier fin e involucrara sólo una combinación aleatoria de mutaciones en un determinado ambiente competitivo, sería incapaz de decantar un acontecimiento en el que el resultado fuera singular y único, esto es, una acción.

Negando los fines se niega la forma; negando la forma se niega el espacio; negando el espacio se niega al sujeto.

Luego vuelvo. Lo anterior merece ser repensado y aclarado.

lunes, 28 de mayo de 2007

Postrera hermenéutica




Nietzsche dijo que ser buen alemán significa desgermanizarse. Nos da ahí, implícita, la clave del superhombre ateo: tiene que deshumanizarse.

domingo, 27 de mayo de 2007

Herejía universal


Para mí existe una división tajante entre creyentes: están los que aciertan y están los que yerran. Para ti, ateo, todos son idiotas y peligrosos en similar medida, según les dejemos hacer. No cabe, entonces, entrar en competiciones de credos hasta que tú y los tuyos no creáis en algo o deis a una creencia un grado de plausibilidad mayor que a todas las otras. Esta es una posición muy cómoda que os coloca como inapelables jueces a perpetuo.

Un ateo, si nos atenemos a vuestra definición estrictamente negativa de dicha ideología, no yerra, dado que no elige. Sólo muestra la insuficiencia ajena de razones para elegir. Y aunque eso sea falso (pues negar es afirmar la contraria y creer lo contrario de lo que se niega), tal nos conduce a sostener que no existe la herejía en el ateísmo, ni siquiera como cuestión conceptual. Un hereje desde el punto de vista del ateo lo es sólo para los otros, fanáticos. Es decir, solamente el fanático -y vuestro "fanático" es todo el que crea con el mismo grado de certeza con el que vosotros descreéis- merece ser tratado como hereje de la razón.

Aunque, hablando de razones, ¿podéis darme una para ser ateo? "Llevar la frente en alto sin necesidad de, para ello, soñar que alguien más alto nos ha creado". La frente en alto... ¿frente a quién? ¿De qué humillaciones y por qué extraño sofisma nos inmuniza el ateísmo? Si de las de la religión, ¿no sería mejor inventarse una donde fuéramos incuestionables? Ah, ¡pero eso destruiría el orden social! Agachad, pues, la cerviz, traidores.

En resumen, el ateísmo o bien es una opción de la razón o bien lo es del orgullo. Si lo es de la razón, lo más razonable no será siempre lo que más nos enorgullezca, y cabe pensar que va a ocurrir justo al revés: la sabiduría nos hará más modestos. Pero si lo es del orgullo, entonces la razón os estorba. Os sirve, acaso, para marcar herejes.


Genealogía de la esclavitud


Sumisión es considerarte por debajo de alguien, algo al alcance de cualquier perro. Vergüenza es, en cambio, el sentimiento único de estar por debajo de ti mismo. Para tener vergüenza debes tener un "yo mismo".

Hay ateos que jamás se avergüenzan. Ni cuando se someten.

PS: "El arrepentimiento no es una virtud, o sea, no nace de la razón; el que se arrepiente de lo que ha hecho es dos veces miserable e impotente" (Spinoza).

Moral secular


El hombre pre-caído no ve a Dios como un bien en sí, sino como un medio para otros bienes. Por este motivo lo traiciona. De dicho error (ignorar el fin supremo y los límites que le impone) se deriva otro trágico: conoce la diferencia entre el bien y el mal, y aun así prefiere el mal. Negándose a obedecer, pues no hay argumento para obedecer cuando la virtud está instrumentalizada por el deseo, pone su libertad y la de su estirpe al servicio de la irracionalidad.

Con este relato se pretende hacer ver que, mientras que la idolatría es en cierto modo innata y universal, el culto al verdadero Dios -fin en sí mismo- exige una revelación particular. Que la vida es trabajo y molestia, y que todo bien, salvo Dios, es corruptible y corruptor.

No le concedo al texto del Génesis más que una historicidad simbólica.

sábado, 26 de mayo de 2007

Cristianos especulares


Son tres las torres fortificadas del cristianismo, visto como religión razonable:

1) El pecado original.

2) El libre albedrío.

3) El orden de lo mejor.

El ateísmo puro, pues, se ve a obligado a sostener la metafísica inversa, a saber:

1) La inocencia original o "tabula rasa".

2) El siervo albedrío o hado.

3) El caos, o el orden de lo peor.

Pero estos principios arrojan una aporía:

El mal moral es necesario (2), ya que es congruente con el mal físico (3), aunque incongruente con el bien metafísico (1).


PS: Para no incurrir en excesiva oscuridad terminológica, defino el pecado original como la resistencia irracional a nuestra idea innata de bien. Lógicamente es una noción coja para quien no conceda validez a dicha idea (relativistas) o a su condición de innata (empiristas).

Aprended de James


Ahora bien, el pragmatismo, aunque dedicado a los hechos, carece de una base tan materialista como la del empirismo común. Además, nada tiene que objetar a la realización de las abstracciones, en tanto nos desenvolvamos con su ayuda entre hechos particulares y nos conduzcan a alguna parte. Interesado exclusivamente en aquellas conclusiones en que laboran conjuntamente nuestros espíritus y nuestras experiencias, no tiene prejuicios "a priori" contra la teología. Si las ideas teológicas prueban poseer valor para la vida, serán verdaderas para el pragmatismo en la medida en que lo consigan. Su verdad dependerá enteramente de sus relaciones con las otras verdades que también han de ser reconocidas.

W. James


Memento: Los debates evolucionistas, donde se da por hecho que nada puede suceder sin razón ni desarrollarse si no es útil.

viernes, 25 de mayo de 2007

El hombre es...


El hombre no es el único animal que razona.

El hombre no es el único animal que cree.

El hombre no es el único animal que habla.

El hombre no es el único animal que produce arte.

El hombre no es el único animal que ríe.

El hombre ni siquiera es el único animal que teme morir.

Podría ser el único animal que ama, si excluyésemos a las mujeres de nuestra especie. Pero eso sería jugar sucio.

El hombre es el único animal que siente vergüenza. Los que impugnan la vergüenza condenan a la humanidad.

Y, una vez más, la Biblia está en lo cierto.

Decepción


Fui arrencat al bàndol
de l’honorada gent.
—Sigues rebuig, digué la Veu, sigues escàndol
per a virtuts corcades en l’acontentament.
Dels bandejats la vida t’és prou bona;
per viaranys sense roderes aniràs;
a qui t’haurà parlat dirà la seva dona:
"Amb aquest home et fas?"
I tu, mal que et defengui llur sostre gent avara
i bordin gossos i xacals a ton trepig,
dóna mal d’ull a la bellesa clara
i infecta de misèria la joia i el desig,
car ja tota mirada, o radiant o llosca,
s’aclarà de sobte, bleïda per la fe:
vindré com terratrèmol o com gropada fosca
perquè Jo sóc, Jo sol, Iahvè!

I així he anat pel món, pollós amb tos preceptes,
embarbollant-me en figuracions,
dient els teus desdonaments i reptes
a reis i nacions.
Bon goig de jeure entre la palla poca
i del pa encetat i sobrer
i de la mel de la balmada soca
i de les móres d’esbarzer.
Però las, ensonyat, o bleixant per drecera,
en basarda de nit o en albades de plors,
només pensava a fer ton grat, quan era
més valent el meu cos.
"Iahvè m’ha abassegat —diguí—; sa força lleva
més pura encara en un escarbotat anap.
La pobresa atueix cada hora meva,
però em redreça el cap.
El meu esguard de sol al món, que no s’acala,
ha vist les voliors de tota llei d’ocells;
i el meu parrac és el record d’una ala
i al vent que passa es mou com ells.
Millor, que els meus esquinços, les meves cantarelles,
m’allunyin de la porta dels amics;
i en rompiment amb les honors més belles,
jo ofengui el capcineig de les donzelles
i l’asseguda majestat dels rics."

Iahvè, jo et vaig donar més forces i mon lluc.
Ara, però, del que has manat mon cor deslliura.
Saps que voldria reeixir i no puc.
Tot sovint, no em donaren aixopluc
sinó l’arlot, les dones de mal viure;
i tot sovint era afrontat, jo malastruc,
per la gentalla que volia riure.
Què em valia de fer mil hores de camí?
El cap girava el docte vers son escrit més fi.
Els ximples t’escarnien amb llurs amistançades
al so de lira i flauta, llaüt i tamborí.
Passaves Tu darrere finestres entelades,
fluix, amb desesma de colpir.

I crides justament Jonàs? Só una deixia
del temps, tot coquinesa: mon cor secret volia
el dolç esplai que Tu li vas negar.
No res de noble en la viltat traspua
com no hi ha força en la cua
d’un ca.
I encar, per què et refies Tu, Déu, d’un trist que passa?
Bé ho sé: té un mal decantament la nostra raça;
ningú no et fa cabal,
i al pas de les centúries ta parla s’escarrassa
com si no fossis vàlid i només eternal.
Els homes cerquen d’altres déus en folles faules.
Per què no pegues falconada a llur destí?
Tu pots el mal, d’una mirada, consumir,
i t’entretens en les bones paraules.
Digues-me, tot i que só tan mesquí,
¿com és que permeteres
que sigui corcuitós el mal, el bé tardà?

Al tros et roben les garberes
i Tu hi entres a l’hora foscant, a espigolar.
Tu que comandes legions sens nombre
te’n vas en seguiment del traïdor,
com si fossis no pas el seu Senyor,
sinó la seva ombra.
Ningú veure’t no cuida
de la gernació que encara et sent,
i fas com la finestra al baterell del vent
en una casa buida.
Ni ta amenaça esglaia ni ton consol revifa,
i menys ardit se’t veu,
com l’home que vol vendre una catifa
i que en rebaixa el preu...

Nabí.

jueves, 24 de mayo de 2007

La medida de un hombre


Me parece una idea equivocada el creer que por aceptar una prohibición nuestro albedrío queda anulado y aniquilado. En opinión mía, es justo al revés: en estos supuestos es donde la libertad mejor se demuestra frente a la inercia de la costumbre. Creo que fue Picasso quien dijo que la medida de un hombre es aquello a lo que renuncia.

Que haya prohibiciones sin sentido, eso ya es otro debate.

Ecce-prandium-meum-paravi.mp3

miércoles, 23 de mayo de 2007

Faetones




La poesía en manos de gente irreligiosa es un artilugio infantil y obsceno. El sentimiento despótico de gravitar sobre la lógica. La diseminación de la mentira en el vómito gramatical. Y la visión del mundo -así lo ven los necios- como una perpetua textura abierta.

Pero no podéis llenar vuestro vacío con letras; ni cabéis en ninguna república, demagogos infectos.

Al fin, asociador y papista


Puestos a recuperar material antiguo, éstas son mis principales aportaciones polémicas a la ortodoxia: 1 y 2.

También fui hereje


Un ejemplo de poesía femenina, es decir, gnóstica. En propia carne adolescente.

Weinachtshistorie-10.mp3

martes, 22 de mayo de 2007

En el pozo


Si el universo es finito, entonces tiene forma. Si tiene forma, está delimitado por una suerte de espacio distinto al universo. No obstante, en tanto que el espacio vacío no existe, tendría que tratarse de una prolongación del universo (lo que contradice la hipótesis) o de otro universo (lo que es absurdo).

Si el universo es infinito, la totalidad de sus partes es expresable en un número. Ahora bien, la idea misma del máximo de los números naturales es autocontradictoria, por lo que se rechaza. Sin embargo, cualquier cantidad está ya dividida hasta el infinito, al estar compuesta por la sucesión de todos los números que la preceden, que es infinita.

Todo esto se me hace en extremo chocante. Pero también podría ser que yo fuera muy estúpido.

El fiel de la balanza


No hay:

- Amor a la verdad sin miedo al error.

- Adscripción a la justicia sin odio a la injusticia.

- Apego a la virtud sin repugnancia frente al pecado.

Quien nada teme, nada ama; quien nada odia, a nada se entrega; quien no huye es que ya está cautivo. En la tensión moral reside el equilibrio ético. Sólo existe una forma de evitar la culpa: declararla.

El Dios del Antiguo Testamento es el menos humano de cuantos se conocen. Y precisamente por ello el más verosímil, si bien no el más amable. No se da en Él una brizna de corrupción o soborno. Santo y terrible, reduce la bondad y la maldad de los hombres a una conjunción de fuerzas o a un mero juego imitativo.

Más luz


El ateísmo tiene en la paradoja de Olbers una bella metáfora en la que reflejarse. Lo finito -la velocidad de la luz- como límite subjetivo de lo absoluto -la omnipresencia de la luz.



















Charpentier-JS.mp3

lunes, 21 de mayo de 2007

Un año




Quedan unos cuantos más para que puedas leer a Leibniz.

Si lo queréis ver así


Los testículos humanos son, sin embargo, almendritas al lado de los testículos de los bonobos. La razón es clara: los humanos han encontrado otra estrategia muy eficaz: la monogamia, que dio origen a la familia nuclear. En este caso el sexo perdió su papel en las interacciones sociales, quedando relegado sólo al ámbito privado, pero de este modo la hembra se aseguraba la inversión del padre en la crianza de los hijos y él ganaba la seguridad de saber que esos eran con mucha seguridad sus retoños. Parece de hecho haber sido una buena estrategia pues hay unos 100000 bonobos en todo el mundo, y unos 6500 millones de personas. Por cierto, que esta es la muy probable explicación de por qué los sistemas morales (especialmente los religiosos) suelen condenar y, si se les permite, penalizar el adulterio.


La monogamia, según el cerebro de Darwin, nos ha salvado de la animalización (y de la hinchazón). Ya podemos proclamar que fornicar es antinatural, o al menos antievolutivo. ¡Ah, el resentimiento cristiano contra los valores de la vida!

domingo, 20 de mayo de 2007

Ser para la muerte


La locura es perseguir un fin infinito que no guarda relación con ningún otro, ni real ni lógica. Ahora bien, la vida puede vivirse de dos maneras: como infinita, dando por hecho que somos o seremos inmortales, o como finita, asumiendo lo contrario. En el primer caso existe una relación con Dios o con el destino, que nunca nos abandonan. En el segundo la vida es sólo un chispazo entre dos abismos. Apagarse es su liberación, su retorno a la cordura.

La vida atea surge sin propósito y se extingue por necesidad. Está segregada y al margen de cualquier sistema que la supere y le dé sentido. Guarda, en consecuencia, una total desconexión con lo que no sea ella misma. Acotada por lo caduco de su aliento, sólo puede ensancharse a fuerza de desindividualizarse, esto es, de negarse por disolución.

Ateos: ¿Cómo puede ser el mal un problema, si de la muerte os viene tan gran beneficio?

Teutoniam dudum belli atra pericl.mp3

sábado, 19 de mayo de 2007

Harris, raquitismo ilustrado


No hay ninguna evidencia de tal Dios, y vale la pena destacar que todos nosotros somos ateos con respecto a Zeus y los miles de otros dioses a los cuales nadie rinde culto acualmente.


Es muestra de una gran dejadez teológica y filosófica el medir a todos los llamados dioses con el mismo rasero. Ni tienen los mismos principios metafísicos, ni sus teogonías son las mismas, ni sus doctrinas resultan equiparables.


Todas las ciencias específicas, desde la cosmología hasta la psicología y la economía, han superado y reemplazado lo que la Biblia nos presenta como verdades de nuestro mundo.


Quiero ver cómo la cosmología invalida el argumento de la contingencia, cómo la psicología refuta el pecado original y de qué modo la economía sustituye a la moral.


No hace falta invocar a un diseñador inteligente para explicar la complejidad que percibimos.


En biología no hace falta, del mismo modo que en informática no es necesario presuponer a un programador.


La empatía y la compasión son nuestros impulsos morales básicos.


Impulso es una palabra profundamente inmoral en este contexto. Presupone una fuerza motriz extraña a mí.


Uno se puede sentir uno con el universo.


Si uno se siente uno con todo, entonces deja de ser el "uno" mencionado en primer lugar. Esto es, deja de sentir, salvo que Harris crea en sensaciones extraindividuales.

Pero si lo que se nos quiere decir es que toda sensación es engañosa, entonces me pregunto: ¿Cuál lo es más? ¿La que me indica que tengo un "yo" distinto a mi cuerpo? ¿O la que apunta a que mi cuerpo es esencialmente uno con todos los otros?


viernes, 18 de mayo de 2007

El sueño americano, según Schultz






Los Peanuts son la crónica -cargada de ironía caricaturesca- sobre la imposibilidad contemporánea de la trascendencia e incluso del mismo "yo", que finge siempre ignorar su derrota hasta que ya es tarde para remediarla. Quien busca el amor no lo encuentra; quien persigue el éxito, fracasa y en su lugar topa con el ridículo; los anhelos de grandeza son autoengaños siempre, proyección narcisa de un falso porvenir.

Schultz fue también un notable crítico del humanismo contemporáneo, versión lírica del sueño americano, al que opuso el más pragmático "perrismo". Así, toda la moral de Snoopy está construida desde la premisa insoslayable de la conservación de la especie: la suya, evidentemente ("más vale un perro vivo que un león muerto", se nos dice en una viñeta, citando la Biblia a conveniencia al modo de algunos pastores protestantes). No hay principios universales en su ética, igualitarista y plebeya, aunque basada en la libertad de llegar a ser lo que uno desea.

Desear, ser libre. Cuando el deseo es sospechosamente igual a sí mismo y distinto a nosotros.

jueves, 17 de mayo de 2007

Cada cual lo sabe


¡Oh Susana, Susana,
cuánto dolor me cuestas!
Con esa ingenua cara,
con esos ojos inocentes...
¡Quién lo habría creído!
¡Ah, fiarse de una mujer
es siempre una locura!
¡Abrid un poco esos ojos,
hombres incautos y necios!
Mirad estas mujeres,
mirad lo que son,
Estas llamadas diosas
para los sentidos engañosas,
a las que tributa inciensos
la débil razón,
son hechiceras que nos encantan
para hacernos sufrir;
sirenas que cantan
para ahogarnos;
coquetas que seducen
para desplumarnos,
cometas que brillan
para quitarnos la luz.
Son rosas espinosas,
son zorras graciosas,
son osas benévolas,
palomas malignas,
maestras de engaños,
amigas de crear dificultades
que fingen, que mienten,
que no sienten amor,
no sienten piedad,
¡no, no, no, no!
El resto, el resto no lo digo,
ya cada cual lo sabe.

Las bodas de Fígaro.




PS: La pera del árbol de la ciencia fue para mí.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Facetas del dominio


En mi idioma querer a una mujer significa someterla psicológicamente, sin violencia ni demasiada astucia, con casi total naturalidad. Dudo que haya muchos hombres que entiendan el amor erótico de una forma muy alejada de la mía.

Amar a la humanidad es muy fácil, y hasta un socialista puede lograrlo. No hay ahí nada recíproco. Pero para amar a algo concreto hay que someterse a él o someterlo: pasión o acción. Pues el amor puede ser igualitario en los fines, pero en los medios es tan despiadado como cualquier otra pugna por el reconocimiento. La igualdad en el proceso de ser reconocido sólo engendra odio, tanto en la lucha -cuando todavía no se reconoce nada- como en el sexo -cuando ya no se reconoce nada.

Ser suplantado es infinitamente más terrible que ser vencido. El individualismo a ultranza, esto es, el afán de imponerse más allá de nuestras posibilidades y de negarse a cualquier yugo espiritual, se erige como la causa próxima de todas las infelicidades modernas. Es un imperdonable falseamiento de la naturaleza. Bajo mi punto de vista, liberal y ateo son sinónimos.

Carpe diem


A menudo sueño que voy en ascensor, solo o acompañado, y que, mientras subo niveles, hay una disminución de energía o un fallo mecánico en el sistema que provoca que el montacargas pierda velocidad. Ese momento es angustioso y claustrofóbico. Pero el peor, y que hace que en ocasiones me despierte de puro espanto, sucede cuando nos detenemos a medio piso y vemos que empezamos a descender muy lentamente, de forma paulatina y cada vez de manera más descontrolada. Olvidé decirte que es un ascensor peculiar: sin puertas y dejando a la vista los niveles entre pisos, como si fueran grandes plataformas de hormigón. En ese instante tengo que decidir si acompaño al ascensor en su caída o me encaramo para asirme a la plataforma del piso que hemos dejado a medias, el suelo estando algo por encima de mi cabeza. La primera opción conduce a una muerte probable (quedamos muy altos y bajamos sin frenos), y la segunda a una tensión horrible, esto es, permanecer colgado del nivel, solo frente al vacío, sin nada bajo mis pies en que apoyarme, y sin fuerza en los brazos tal vez para remolcar al resto del cuerpo hasta la parte superior de la plataforma de la que pendo.

Alegoría de la vida. Vive el momento.


martes, 15 de mayo de 2007

16 de mayo


Haced sonar la trompeta en novilunio,
En ocasión de nuestra fiesta solemne.
Aleluya, con gritos de júbilo,
Con el sonido de trompetas
Cantad alabanzas a Dios, nuestra fuerza.
Aleluya.














Buccinate in neomenia.mp3

domingo, 13 de mayo de 2007

Dios es


1) Un gen.

2) Un meme.

3) Una proyección de la propia miseria.

4) Un gen miserablemente memetizado (teoría ecléctica).

5) Ninguna de las anteriores.

Fuera de vuestros cerebros


"La verdad es un concepto humano". ¿Esta proposición es humanamente verdadera o absolutamente verdadera? Si es humanamente verdadera, podemos pensar otras condiciones de contorno en las que sea falsa, quedando avalada su opuesta. Y si es absolutamente verdadera, es autocontradictoria con lo que formula.

Respecto a Dios, a Él no se llega ni por deducción ni por inducción ni por imitación, al ser la primera verdad. Esto es, ni siquiera puede medirse o comprenderse con el pensamiento.

PS: Entiendo que podría darse una paradoja en el esquema clásico del "Todos los cretenses son mentirosos", formulado por el mismo cretense que se autoacusa. Pero el caso que nos ocupa es justo el contrario. Aquí el cretense -esto es, el relativista- dice ser veraz siempre, y a raíz de esta vana pretensión es descubierto como embustero, pues o bien no la avala, o bien se contradice. No hay paradoja, entonces.


Ciaconna.mp3

sábado, 12 de mayo de 2007

Desconfía


- Del político sonriente.

- Del economista pobre.

- Del cocinero escuálido.

- Del filósofo vivo.

- Del cristiano infeliz.

Cuantitativo y cualitativo


Antes de definir la circunferencia tienes que haber definido un ámbito espacial llamado "plano de coordenadas cartesianas". La perpendicularidad relativa de los ejes de dicho plano depende de la noción de grado, y ésta de la de ángulo. El ángulo, a su vez, depende de las nociones de recta y de origen común -el vértice. Así pues, siendo "origen común" una expresión no reducible a la magnitud (ya que desborda a la definición de punto, que al ser singular no comprende en sí la idea de "comunidad"), tampoco lo es la de circunferencia, derivada de aquélla.

La tesis era: Las meras magnitudes no requieren de descripción para ser medidas, a diferencia de las formas.

PS: Podríamos añadir otra tesis: Ninguna descripción agota la realidad.

PS2: La realidad puede medirse con magnitudes, pero desde la mera magnitud no se alcanza genéticamente (en el sentido de Spinoza) el concepto de realidad o, si no lo hubiera, el contenido fáctico de tal término.

viernes, 11 de mayo de 2007

Esencia femenina


Lo mantengo.



PS: No quiero quejas ateas. Los ateos creen que la verdad es un consenso. Pues bien, pocas cosas hay tan consensuadas como que Dios existe y que la mujer es mala.

También yo fui ateo


Quisiera aprovechar este espacio que me dedicas para deshacer un tópico referente al Nietzsche 'ateo'. La grandeza de Nietzsche no consiste en haber destruido el cristianismo como doctrina, por lo demás ya muy tocada desde los tiempos de la Ilustración, sino en MOSTRAR el germen de destrucción que el mismo cristianismo contiene. Nietzsche no acaba con el cristianismo, sólo dice: 'mirad, el rey va desnudo'; pero ese rey tiene súbditos (la verdad y su comedia de gesticulaciones) que se afanan en mostrarlo vestido (disfrazado) ante nuestros ojos.


Seis meses más tarde iba a rectificar mi parecer, ahora sí, para siempre:

1) Toda verdad remite a otra. De lo contrario, el límite de la verdad sería una no-verdad, en la que aquélla encontraría su comienzo y su fin. Lo falso engendraría a lo cierto, y lo cierto a lo falso.

2) Las verdades, pues, sean cuales sean, nos conducen, mediante un encadenamiento infinito, a la Verdad suprema e inalcanzable, que es Dios.

3) Afirmar una sola verdad que sea tal, y no sólo de nombre, supone negar el límite que la cancelaría, afirmar la infinitud de la progresión y, por consiguiente, afirmar a Dios.

...


Aquí puede leerse el resto de la entrevista que me hizo un amigo en 2001.

jueves, 10 de mayo de 2007

Condenado a ser libre


Escucha a Ovidio:

Video meliora proboque
Deteriora sequor.


¿Y has leído a Racine? Un pequeño error puede convertirse en tragedia.

Freue dich Weibes ...

Libido


No hay pasiones moderadas, del mismo modo que no hay fuegos tibios. Pero sí los hay pequeños o grandes, vivos o latentes. De ahí la necesidad de mantener en el cerco a Escila y Caribdis:

1) Semen retentum venenum est.

2)
Post coitum omnia animalia tristia.

Cuando la pasión sexual lleva las riendas se sufre siempre por exceso y por defecto. El término medio –por la misma noción de “medio”- requiere un tiempo para el cálculo. O todo el tiempo: la vida del sacerdote y del esposo.

miércoles, 9 de mayo de 2007

El texto al que debo gran parte de mi mala fama


Y que sigo sosteniendo, dos años más tarde.

* * *

El lobby gay y la heterosexualidad degenerada (la homosexualidad siempre lo es) quieren que el sexo sea algo indiferente, neutro, relativo, convencional, intercambiable. Pero el sexo es algo más que echar una cana al aire. En cierto modo es la esencia del hombre, tanto del vulgar y sensual como del extraordinario y espiritual. Ambos se definen en base a su relación con el sexo, sea ésta inercial o racional, obvia o problemática. Negar esta condición constitutiva del sexo es negar al hombre y convertir la humanidad en una especie animal más. Con la diferencia de que, para colmo, se la condena a la más vergonzante y egoísta de las extinciones en el altar de la lujuria.

Los homosexuales tienen un vicio por su condición, pero no pecan si no consienten a él. Absolutamente nadie puede ignorar por tiempo indefinido las tendencias viciosas, y ningún mortal está libre de pecado. Ahora bien, ¿qué pensaríamos de un obeso que intentase elevar la gula a la categoría de privilegio civil? Una cosa es respetar a los homosexuales y otra muy distinta es asumir los postulados de los gays, rendirse a la bajeza.

Antes he dicho que el sexo, como valor psicológico, es la esencia del hombre, ya que no hay manera de sustraerse a él mientras se está vivo. Sin embargo, el sexo como valor moral aislado y hedonista es voluntad de descomposición, de desintegración y de vacío. Es una protesta contra el peso de la existencia. Se opone, entonces, al amor, del que resulta lo contrario: la voluntad de unión, de integración y de lleno, la afirmación de la vida.

Un monstruo no es tal por su carácter improbable, es decir, por la parvedad de casos de su tipo, pues, si así fuera, también serían monstruos los seres excepcionales, Jesucristo a la cabeza. Ahora bien, el fenómeno monstruoso se da cuando un ser está dotado de órganos o facultades que no corresponden a fin alguno, como por ejemplo, tres ojos en un mismo rostro (que rompen el eje de simetría de la visión), la bicefalia (que impide ejercer autónomamente el control sobre los miembros) o la atracción por personas del mismo sexo, destinada a eliminar el amor de la faz de la tierra, como preámbulo macabro a la desaparición de la raza humana.

Primero fue el amor sin descendencia ("libre"), luego el amor sin compromiso (al que habría que llamar "libérrimo"). Ahora sólo queda el "amor" sin amor, entiéndase, la cópula libertina, esgrimiendo el mero goce escatológico del propio cuerpo en perjuicio de cualquier otra consideración. Hay heterosexuales que "aman" así, pero no están obligados a hacerlo. La institución jurídica del "matrimonio homosexual", por contra, crea un modelo que desecha cualquier forma de relación que no sea la fundada en el banal interés erótico y en la indiferencia sádica.

No puede haber comunión de ideales ni afirmación de la vida (esto es, familia) desde la perspectiva de la caducidad, como tampoco puede darse la amistad desde la instrumentalización sexual del otro ("Para considerar a una mujer nuestra 'amiga' sería preciso que nos inspirase alguna suerte de antipatía física", dejó escrito Nietzsche). Los homosexuales degradan el amor, rebajándolo hasta el nivel de la amistad, para acto seguido arruinar la amistad, encerrándola en la mazmorra del sexo.

Y bien, el origen de la homosexualidad es en buena parte sociológico, a saber: una mala disposición del padre para que el hijo se identifique con él. Y como el error engendra error, de familias malas pueden salir familias peores y hasta antifamilias o pseudofamilias. ¿Cuál es el quid del descalabro? Una sociedad débil, egoísta e individualizada daría lugar a esta clase de fenómenos de otro modo inexplicables.

Hoy los jacobinos, antes iusnaturalistas, olvidan la frontera que el mismo Parlamento inglés se autoimpuso: "La ley lo puede todo, excepto convertir a un hombre en mujer".

La medida legislativa que se comenta no ha sido acordada por ser un avance en materia alguna, sino por resultar electoralmente sabrosa. No se ataque, pues, a la Iglesia, que siempre dijo lo mismo: atáquese al partidillo que desde su fundación hasta la fecha ha tardado 125 años en reconocer y proclamar un "derecho inalienable", como parece al fin que lo es el concubinato homosexual. Mas adelantemos algo de teoría.

El buen Estado debe reconocer los máximos derechos, que son finitos y consustanciales, y al menos garantizar las libertades, infinitas y de carácter accidental, en tanto que éstas no frustren a los primeros. Es de notar que los derechos se complementan mutuamente (al integrar la noción de hombre), mientras que las libertades de signo contrario (que constituyen al individuo) se limitan recíprocamente. Los derechos, a su vez, constriñen las libertades adversas a su realización, pero ninguna libertad, ejecutada para el caso, puede disminuir un derecho en general reconocido.

Visto esto, pocos negarán que el trocar una libertad en derecho positivo "erga omnes" equivale a debilitar por un tiempo indeterminado todas las libertades y también todos los derechos naturales que se le oponen (verbigracia, el derecho a la familia). Aquí se une el inconveniente de que con ello no se protege nada duradero que justifique tal gravamen, quedándose la cosa en un mero refrendo "a posteriori" de la voluntad de Zutano y Mengano, privadamente respetable, si bien inútil y redundante en lo público. El individualismo institucional, además de ser una suerte de oxímoron, empobrece la dimensión del hombre.

Un Estado que garantice todos los derechos será o bien perfecto, si los armoniza con la libertad, o bien tiránico, si no lo logra. En adición, un Estado que reconozca todas las libertades se destruirá a sí mismo, convirtiéndose en anarquía. Por último, el que sólo reconozca parte de ellas cederá una fracción de su soberanía a grupos de poder, cual oligocracia.

Las parejas estables gays, las poquísimas que hay y que habrá, no dan nada a la sociedad, luego la sociedad no les debe nada en tanto que parejas. Ello aún sin entrar a juzgar su aptitud moral, que, por supuesto, también se discute.

El amor, en efecto, es la unión perpetua (o así pretendida) de dos seres y, en el caso de hombre y mujer, unión en cuerpo y espíritu. "Que sean una sola carne": cualquier otra definición lo desvirtúa. Así pues, el amor erótico, a diferencia del amor intelectual o místico, implica que esa perpetuidad se extienda al cuerpo mediante la descendencia. Y no puede decirse que el "amor" entre homosexuales sea místico, pues es carnal. Entonces, al carecer de fines carnales, es falso amor erótico, es mera lujuria y sometimiento a las pasiones, lo cual -si bien no basta para incapacitar o desacreditar a nadie- tampoco debe conceder derechos de más.

La sodomía no tiene ningún fin, ni próximo ni remoto, que no sea la obtención de placer, implícita de por sí en cualquier acto. Rascarse un brazo -se me contestará- tampoco cuenta con fines adicionales, y no por ello entra en la categoría de lo anormal o deforme. Pero nadie consagra una parte importante de su vida a rascarse, ni aspira a edificar algo superior a partir de este fundamento. Por ello es un abuso crear instituciones jurídicas "ad hoc" que, más allá de la protección contractual, amparen derechos inexistentes, como el que puedan tener los zurdos a trepar escaleras violetas. Máxime cuando tales prerrogativas individuales se oponen a derechos inalienables de la sociedad, por ejemplo, el de fundar una verdadera familia.

Pero advirtamos este extremo: El matrimonio civil es el sometimiento del otrora compromiso eterno a la contingencia contractual, la permuta de la fidelidad de dos por la voluntad condicional de uno y otro. Sólo hay un auténtico matrimonio: el que nace queriendo durar para siempre; sólo Dios puede refrendar pactos incondicionales, indisolubles en sí y superiores a todo albedrío una vez consumados.

Si el matrimonio civil moderno ha logrado prosperar ha sido dado su parasitarismo con respecto al católico, empezando por el nombre. A pesar de ello, ha supuesto una brecha en la noción sacramental de la familia, que ahora se concibe con los trazos pragmáticos de una sociedad en comandita. No es extraño que ya muchos vean en esa versión descafeinada y falsa de matrimonio, y por extensión también en el matrimonio católico, un "papeleo inútil", prefiriendo a cualquier vínculo formal la ausencia completa de sujeción, el mero estado de facto, la idílica beatitud primitiva.

Viene entonces cuando, en un ataque de inconsecuencia, "el pueblo", el atolondrado pueblo, exige que se legisle sobre las parejas de hecho porque la razón natural y la "igualdad" lo requieren. Salimos, pues, de una regulación para caer en otra. ¿Con qué cometido? Protegernos de nuestra propia voluntad, aunque lo hagamos de manera artificiosa mediante la ley, que imaginamos no impuesta, sino emanada de nuestras conciencias.

El "matrimonio homosexual", en fin, es un paso más en este montaje metafísico-jurídico, nacido para despojar al hombre de sus responsabilidades irrenunciables en favor de un Estado omniabarcante, cuyo proceder no debe cuestionarse ni siquiera en el fuero interno. Se trata en definitiva del sueño de un déspota como Napoleón (impulsor del Código Civil), perpetuado en el ideario fáustico del ateo.

Además, el placer sexual es una pasión y, por consiguiente, carece de fines propios. Los homosexuales no reinvindican el derecho al amor -eso iba a ser como reinvindicar el derecho a la alegría: una estupidez-, sino al placer. La capacidad de amar no puede regularse de forma directa, pues es de naturaleza interna. Sólo se regulan los actos externos, a saber, la consecución de una descendencia, a cuyo núcleo afectivo llamamos familia, o en su caso, la búsqueda del mero goce, a la que nos referimos como concubinato. La homosexualidad queda forzosamente reducida a este último supuesto.

El sexo es siempre promiscuo, el amor es su némesis, que le pone freno. Y el amor necesita un cauce o fin permanente para no extraviarse ni agotarse demasiado pronto. Así pues, el "amor homosexual", aun si existiese, cosa que niego, no tendría nada que ver con el matrimonio, al no contar con fines naturales.

Los gays reclaman el derecho al matrimonio para escarnecer el amor y, mediante su marginación, parecer ellos menos enfermos. Se intenta dar una solución sociológica a un problema a la postre psicológico, arrastrándose a todo el cuerpo social en una caída en picado hacia la animalidad.

No podemos proseguir sin esbozar una caracterización de nuestro objeto de estudio. Las características del amor son tres:

1) Ánimo de perpetuidad

2) Intención de reciprocidad

3) Suficiencia

Cuando se cumplen las tres se da el amor en cualquiera de sus vertientes: consanguíneo, erótico o místico, de menor a mayor sublimidad.

La condición del amor consanguíneo, el más terreno, no puede perderse nunca, ya que es innato. Basta, en efecto, con que se den relaciones de parentesco lo bastante notorias como para permanecer en la conciencia del amante. No es de extrañar que sea también el afecto más común entre los hombres y el primero en manifestarse.

El amor erótico está a medio camino entre lo innato y lo gratuito, entre lo pasivo y lo activo. Su condición es la unión carnal: no admite separación definitiva y exige su símbolo de perpetuidad en la progenie. De otro modo resulta imperfecto, inacabado. Depende tanto de la propia voluntad como del azar del encuentro y del equilibrio de las potencias de los individuos en que se da.

El amor místico no se adquiere por nacimiento ni por voluntad, sino por irradiación. El deseo que lo alimenta es puramente intelectual, sale fuera de sí y se une por el vértice infinito de la fe.

Veamos ejemplos de amor bastardo:

a) Un caso donde se cumple 1 y 2 pero no 3 es, por ejemplo, el de la poligamia, en la que ninguna relación forma un vínculo completo, sino que todos los conatos de vínculo se unen en una masa acéfala.

b) Si se verifica 1 y 3 pero no 2, topamos con el fetichismo y toda clase de idolatría en la que no podemos ser correspondidos, al tratarse de una entrega unilateral, solipsista y enajenada.

c) Supuesto típico en el que se dan 2 y 3 pero no 1 es la homosexualidad, que renuncia por principio a la descendencia, el único modo de perpetuación carnal. Y si intenta solventar esto por otros medios externos (v.g., la adopción), entonces deja de cumplir 3 y sale de un fraude para caer en otro.

d) Cuando se cumple sólo 3, obviándose 1 y 2, nos hallamos ante un vicio que se autoconsume en su propia pasión, pero no pretende durar ni ser correspondido.

e) La situación por la que se cumple sólo 2, obviándose 1 y 3, retrata un mero ejemplo de seducción sin más pretensiones.

f) Por último, un caso donde se verifica sólo 1, obviándose 2 y 3, expresa el amor intelectual que el artista tiene para con sus obras, que ni espera ser correspondido ni es autosuficiente, pues toda creación exige un código y una materia donde plasmarse.

En resumen:

1) El "amor homosexual" es un acto natural (la cópula) carente de fines naturales (la reproducción).

2) Todo amor busca unir a perpetuidad (el amor entre madre e hijo, padre e hijo, etc. no busca unir a perpetuidad, porque ya nace unido por el parentesco), pero el "amor homosexual" no sólo no lo logra, sino que no puede lograrlo desde sí mismo.

3) Luego, o bien el "amor homosexual" no busca unir a perpetuidad, o bien lo busca sin fruto.

4) Si no lo busca, no es amor.

5) Ahora bien, si lo busca sabiendo que no puede lograrlo, también es engaño.

6) Ergo, se elija lo que se elija, aceptadas las premisas, el "amor homosexual" sólo impropia y arbitrariamente puede llamarse amor.

7) Y, si no se aceptan las premisas, entonces llámese amor a cualquier entretenimiento pasajero, con lo que se demostrará que, para conseguir semejante cometido, se tuvo que vaciar el concepto, tal y como se entiende de ordinario.

Ahora el único freno contra la poligamia es la "dignidad de la mujer", que se esgrimiría como indisponible frente a aquéllas a las que no les importase compartir marido. Pero parece que a nadie le preocupa la dignidad de la familia. Es hipócrita: permitimos uniones contra natura, minoritarias en nuestra sociedad, y les negamos a los inmigrantes sus uniones tradicionales que, siendo incorrectas, al menos no carecen de fines.

Debo insistir: los gays no buscan ser naturalmente iguales que el resto de parejas, porque es imposible, ya que su condición física y espiritual se lo niega. Buscan que esas parejas sean iguales a ellos: eso sí es posible, y la ley aquí es sólo un instrumento para perpetuar esa práctica marginal. Por lo común la ley reafirma la costumbre generalmente aceptada; en España se ve que también nace para negarla y pervertirla a golpe de chantaje moral.

No deja de ser sintomático el que muchos se hayan tomado a modo de cruzada la invención de derechos, queriendo dotar de una dignidad especial a quien de por sí no la tiene. Como el que maquilla a una rana.

Sólo hacer notar que el "amor homosexual", como el supuesto amor de los animales, carece de fines conscientes o inconscientes. Con la misma autoridad con que hoy se casan hombres con hombres y mujeres con mujeres, podrían "casarse" caballos con yeguas y hasta yeguas con novillos, amparándose la extravagancia en la libre voluntad del campesino. Ahora bien, el consentimiento sin derecho no obliga a terceros, pues es pacto entre criminales; y España y Portugal bien pueden dividirse el mundo en Tordesillas, que el mundo seguirá su curso.

Oscuro aburrimiento




La concentración de la materia la vuelve opaca.



La del espíritu lo torna transparente.

martes, 8 de mayo de 2007

El fantasma en la máquina


Es imposible pensar a la vez dos cosas contradictorias de un mismo concepto u objeto. Es decir, todo puede moverse hacia todas partes salvo al mismo lugar que ocupa, puesto que en ese caso se movería y no se movería. De lo que se sigue que dicho lugar no es una parte ni tiene partes, al no poder ser recorrido por una distancia.

De la misma manera, tan innegable es que cualquier peso es susceptible de ser pesado como que este caballo sólo puede pesar lo que pesa. Pero no resulta obvio en absoluto el que sólo este caballo pueda pesar lo que pesa. De hecho es manifiestamente falso, según lo ya establecido. Ninguna descripción cuantitativa contribuye a la individuación.

Dos caballos idénticos no serán el mismo porque ocuparán sitios distintos y tendrán pesos distintos, aunque pesen lo mismo.

El individuo es, pues, una combinación de los siguientes factores: 1) la incomposibilidad de dos o más hechos en un lugar (estar o no estar); y 2) la irrepetibilidad de tales hechos ("entia non sunt multiplicanda...").

Corolario: El individuo no es un hecho, ya que ocupa un lugar, sino una condición del ser. No hay razón para suponer que esta condición se pierde con el tiempo. Ergo, el individuo es eterno, mientras el ser físico sea.

domingo, 6 de mayo de 2007

Ignorancia ecuménica


Nadie posee la verdad absoluta. Ésta es la verdad que comparten creyentes, escépticos y ateos. No se lo digáis a nadie: se llama fe.

Habe deine Lust an...

Calipso




Jamás aceptes el elogio de una mujer. Una mujer y un amanerado sólo te alabarán para arrogarse el derecho a despreciarte en un futuro próximo, ocupando tu lugar. Si no hay nostalgia en el elogio (nostalgia de una grandeza inalcanzable), no es más que adulación.

Herr unser Herrsch...

Fin del pacto


Examinadas las diversas respuestas, en este y otros blogs, y entendiendo el silencio como denegación, arribo a las siguientes conclusiones:

1) El ateo-tipo no cree en una verdad universal y única, reduciendo tal noción a la certeza que pueden proporcionarnos aquí y ahora los conocimientos académicos vigentes (pero sólo si ajustan a su metafísica atea).

2) La humildad, esto es, el situarse por debajo de algo o de alguien, es una actitud considerada intrínsecamente indigna por dicho ateo-tipo. Consecuencia de 1.

3) Se mantiene una postura esquizofrénica ante lo respetable, dado que no se quiere renunciar al supremo derecho de escarnecerlo todo. Consecuencia de 2.

4) Le resulta imposible o sumamente desagradable al descreído el no hacer acepción de personas en función de la ideología. Consecuencia de 3.

5) El arrojo del ateo redunda, como sucede en la filosofía de Nietzsche, en un enorme "ad hominem". Consecuencia de 4.

Diagnóstico: nihilismo.

Fili Mi, Absalon.m...

Sobre la libertad religiosa-II


Tales eran los jefes de la nueva Reforma, hombres de talento, a la verdad, y que no carecían de literatura, pero atrevidos, temerarios en sus decisiones, que se complacían en opiniones extraordinarias y singulares, y por esto creían elevarse, no solamente sobre los hombres de su siglo, sino también sobre la más santa antigüedad. El suizo Ecolampadio, que era otro defensor del sentido figurado, era más moderado, y al mismo tiempo más sabio; y si Zwinglio con su vehemencia parecía que era de algún modo otro Lutero, Ecolampadio se parecía más a Melancton, de quien era muy amigo. En una carta que escribió a Erasmo en su juventud, con mucho talento y mucha finura, se ven señales de una piedad tan afectuosa como ilustrada: puesto a los pies de un Crucifijo, ante el cual acostumbraba hacer oración, escribió a Erasmo cosas tan tiernas sobre las dulzuras inefables de Jesucristo, renovadas vivamente en su memoria a la vista de esta piadosa imagen, que no puede uno menos de sorprenderse. Comenzaba entonces la Reforma que venía a turbar todas esas devociones, y a tratarlas de idolatría; porque el joven Ecolampadio escribió esta carta al año 1517. En los primeros años de aquellas turbulencias, y como lo observa Erasmo, en una edad ya bastante madura para no alegar ninguna sorpresa, se hizo religioso con mucho ánimo y reflexión. También se conoce por las cartas de Erasmo que era muy aficionado al género de vida que había elegido, que se entregaba a la contemplación tranquilamente, y que estaba muy apartado de las novedades que corrían. Con todo, ¡oh flaqueza humana, y peligroso contagio de la novedad! salió de su monasterio, predicó la nueva Reforma en Basilea, donde fue pastor; y cansado del celibato como los demás reformadores, se casó con una hermosa joven de quien se había enamorado. "Este es el modo que tienen de mortificarse", decía Erasmo, y no cesaba de admirarse de estos nuevos apóstoles, que abandonaban la profesión solemne del celibato para tomar mujeres, siendo así que los verdaderos Apóstoles de Nuestro Señor, según la tradición de todos los Padres, a fin de no ocuparse sino de Dios y del Evangelio, dejaban sus mujeres para vivir como célibes. "Parece, decía, que la Reforma se reduce a desenfrailar algunos religiosos, y a casarse algunos sacerdotes; y esta gran tragedia se termina en fin como un acontecimiento enteramente cómico, pues que todo se concluye casándose, como en las comedias". El mismo Erasmo lamenta también en otros lugares, que desde que su amigo Ecolampadio dejó con la Iglesia y el convento su tierna devoción, para abarazar esta seca y desdeñosa Reforma, ya no le conocía; y que en vez de aquel candor que manifestaba cuando obraba por sí mismo, no hallaba más que disimulo y artificio, después que entró en los intereses y movimientos de un partido.

Bossuet.

Igualación postmoderna






PS: Para que no haya quien se me pierda esta vez:

Justicia social = liberación sexual.

jueves, 3 de mayo de 2007

La utilidad de un economista


Permíteme una pregunta algo malévola, J.:

Dado que la eficiencia sólo exige que no intervengamos ni pongamos trabas a los generadores de riqueza, y teniendo en cuenta que el mercado se hace cargo de todo ello autorregulándose, ¿podrías decirme de qué sirven los economistas y las mentes privilegiadas consagradas a esta rama de la política? ¿Qué clase de ciencia poseen, más allá de la predictiva, y qué les aprovecha ésta si, en base a sus propios principios, no están legitimados para prescribir nada a los demás? Ahora bien, si se trata sólo de detener el socialismo doctrinario de nuestros dirigentes, entonces nos urgen dirigentes liberales, no economistas liberales.

miércoles, 2 de mayo de 2007

La mentira suele volverse contra uno


Cuando Escipión Nasica fue a ver al poeta Ennio y preguntó por él en la entrada de la puerta, la esclava le dijo que no se encontraba en su casa, aunque Nasica advirtió que hablaba así a instancias de su amo, que se hallaba en sus aposentos. Pero, fingiendo no reparar en ello, se fue. Días más tarde, cuando Ennio fue a ver a Nasica y preguntó por él en la entrada, el propio Nasica gritó que no estaba en casa. A lo que Ennio responde: “¿Cómo? ¿Acaso no reconozco tu voz?” Nasica le contesta: “¡Eres un desvergonzado! Cuando yo te reclamé creí a tu esclava, y tú en cambio ni siquiera a mí me crees”.

martes, 1 de mayo de 2007

Imagine


Decía Nietzsche que es el dolor el que nos inclina a indagar las causas. Nunca pedimos explicaciones a la felicidad, sea ésta injusta o no.

Imaginad una vida sin mal. Imaginad una muerte sin infierno.

Sibila


"Mujer veraz" siempre me ha parecido una autocontradicción. No sé de ninguna mujer que se conozca a sí misma mínimamente por hábito reflexivo. Todas sus conquistas virtuosas son por analogía. En esa inconsciencia telúrica basan su poder sobre los que andan perdidos en meditaciones sobre ellas.

Yo corté la cabeza a Medusa.