Al considerar la penetración del dolor en la esfera de la procreación no nos es lícito olvidar tampoco la agresión a los no nacidos; es una agresión peculiar del carácter débil y a la vez bestial del "último hombre". Desde luego un espíritu cuya falta de discernimiento se revela en que confunde la guerra con el asesinato, o el crimen con la enfermedad, elegirá necesariamente en la lucha por el espacio vital el modo menos peligroso y más deplorable de matar. En una situación dominada por leguleyos los únicos sufrimientos que llegan a los oídos son los de los acusadores, pero no los de los indefensos y silenciosos.
Jünger
"Los esclavos felices"
Hace 3 horas
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