El poder de Dios es como el del barón Lamberto, que aumenta y rejuvenece con la repetición de su nombre. A la vista de lo cual no resulta extraño que hoy incluso los ateos escriban sobre teología a todas horas, compelidos por sus propias dudas, por los huecos de su gramática.
"Los esclavos felices"
Hace 3 horas
1 comentario:
Lo lamento, amigo Daniel, pero las razones son mucho más prácticas y evidentes. Es porque los creyentes de todas confesiones dan razones para reaccionar y por el avance y divulgación de la ciencia. Así nomas.
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